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El diestro valenciano prepara su reaparición el próximo día 10 en El Puerto de Santa María. Juan Cristóbal García
Enrique Ponce | Ponce vuelve a torear

Ponce vuelve a torear

El maestro, que reaparece el día 10 en El Puerto de Santa María, se pone por vez primera delante de los animales desde la cogida | «Sólo pensé en regresar cuanto antes», asegura el diestro valenciano, que lleva meses recuperándose del percance sufrido en Fallas

JOSÉ LUIS BENLLOCH

Jueves, 1 de agosto 2019, 13:25

Ni un día más ni uno menos. Y muy disciplinada. Así ha sido la rehabilitación de Enrique Ponce, al que una tarde negra de Fallas aquel toro de infausta memoria, Declamador de nombre, no respetó la orden del maestro y en lugar de seguir la muleta lo lanzó al aire para que cayese mal y se tronchase literalmente la rodilla para alarma de propios y extraños. ¡Si cae Ponce, los demás vivimos de milagro! Los doctores le diagnosticaron «rodilla catastrófica», nada que truncase su ánimo.

Han pasado ciento treinta y cuatro días desde entonces y el maestro Ponce ha vuelto a sentir el respirar hondo de una becerra, ahora sí, siguiendo sus órdenes. Era una prueba clave de la que ha sido testigo LAS PROVINCIAS. Y diez días restan para que vuelva a enfundarse la taleguilla de seda y oro, será el 10 de agosto en la Plaza Real de El Puerto de Santa María, ya saben, donde Joselito el Gallo dijo aquella frase célebre de «Quien no ha visto toros en El Puerto no sabe lo que es una tarde de toros», que quedó esculpida en los tratados de tauromaquia. Así que Ponce, un clásico donde los haya, la señaló como nuevo punto de partida.

-Me hace una ilusión tremenda.

-Desde el principio nos planteamos no precipitarnos pero aun así hemos ido al límite. Hicimos un croquis de cómo debía de ser la recuperación dentro de los plazos y los hemos respetado. El mes y medio primero sin apoyar la pierna fue el periodo más duro. Estaba muy limitado de todo. No podía moverme, luego empecé a fortalecer el cuádriceps con cuidado para no dañar el ligamento cruzado, que necesita un tiempo de maduración. Y al tercer mes comencé a torear de salón.

-Entiendo que habrás tenido mucho que pensar.

-Hubo un momento en que no podía ni andar y en esa coyuntura, claro que piensas. No sabes si podrás volver a caminar sin secuelas, si podrás volver a torear este año, que era algo que estaba en el ambiente. Yo sentía que muchos dudaban.

-¿Tú no?

-Yo no. Sólo pensé en volver cuanto antes. Eso me ayudó a no relajarme. En cuanto pude, cogí la muleta. Toreaba de salón sin apoyar la pierna pero tener la muleta en la mano y sentir su peso, seguir transmitiéndole órdenes y sentir que seguía obedeciéndome, me animaba. Había momentos en los que el cuerpo me pedía hacer más pero seguí los consejos del doctor, que me insistía en que aunque yo pensase que ya estaba bien, no lo estaba.

-Empiezo a pensar que uno se recupera como torea, con cabeza.

-Sí, es posible que sea así, sí. En este caso, tú piensas que puedes hacer determinados esfuerzos y seguramente puedes pero no debes. Yo me aguanté esas ganas.

Enrique Ponce entrena de nuevo en el ruedo. Juan Cristóbal García
Imagen principal - Enrique Ponce entrena de nuevo en el ruedo.
Imagen secundaria 1 - Enrique Ponce entrena de nuevo en el ruedo.
Imagen secundaria 2 - Enrique Ponce entrena de nuevo en el ruedo.

-Victoriano, tu apoderado y suegro, era partidario de que esperases a la temporada americana.

-Él quería que dejase pasar este año, pero...

-¿En el toreo te has dejado aconsejar, un maestro escucha?

-Claro. Yo me he dejado guiar y aconsejar pero cuando he tenido algo claro... lo he tenido claro. Pero siempre escuché. También te digo que he sabido a quién escuchar. En todos los órdenes, en el toreo y en la vida misma. Me gusta aprender. A veces uno piensa que lo sabe todo y no es cierto. Hay quien te puede aportar mucho y te enriquece. Esa es la mejor manera de evolucionar.

-¿Escuchas y ...?

-Luego yo soy quien lo valora. Eso es parte clave de mi evolución.

-¿Delante del toro se atreve alguien a decirte algo?

-Delante del toro no es el momento. Los consejos hay que darlos después de la corrida o en el periodo de entrenamiento. Muchas veces tienen razón y me sirven, pero en la plaza queda feo. En el ruedo se supone que tú eres el maestro y el que sabe de aquello.

El primer tentadero

El encuentro con LAS PROVINCIAS es en Alcaraz, concretamente en Cortijo del Campo, los predios del ganadero Daniel Ruiz. Escenario de lo más reconocible en el mundo del bravo. Son las estribaciones de la sierra el mismo nombre, justo cuando la nacional N-332 enfila recta hacia Andalucía. En los cercados de la parte de El Carrizal pastan los toros de corrida que turrean amenazantes ante el trajín de forasteros y en las rastrojeras de Gorgojí, las vacas de vientre, ya a boca de parir, conforman el ciclo vital de los bovinos más cuidados del universo.

El maestro ha llegado puntual. Cuando el atardecer comienza a aliviar la dureza del termómetro. Impecable en el vestir. Lo primero es parecerlo, le enseñó su abuelo Leandro, y mantiene la norma. Pantalón ajustado a modo de calzona; botines de cuero fino, en realidad un guante; un cinturón con reminiscencias aztecas en el dibujo; camisa entallada y una gorrilla bien calada. Nada es extremo en Ponce, solo su constancia y la fe en sí mismo. Desde muy niño estuvo convencido de que iba a ser torero bueno y lo fue. Y ese es solo un ejemplo de los muchos que jalonan su trayectoria, el último, esta reaparición.

El diestro, en pleno entrenamiento. Juan Cristóbal García

Le han preparado ocho vacas que comparte con su amigo Javier Conde y con los chicos que han aparecido nadie sabe como. El maestro les ha corregido detalles, la altura de la muleta, la colocación... «A mí cuando era niño también me gustaba que los matadores me prestasen atención».

El ganadero le ha ido subiendo el grado de dificultad. Primero, una terciadita y dulce para romper el fuego; la segunda, más brava, y la tercera era prácticamente un toro que le obligó a emplearse a fondo. Todos observamos sus movimientos sin pestañear. No se resiente. El propio torero lo confirma. «Me he encontrado muy bien. El cruzado está firme».

El mismo vestido

La temporada ya está lanzada. Va a ser un sin parar. En agosto tiene prácticamente todos los días corrida, sin más reservas. Tan seguido, que tiene contratado un avión para hacer los viajes más largos... Gijón, Almería, San Sebastián, por ejemplo.

-El mozo de espadas tiene preparados los vestidos. Los de siempre. Ni la inactividad le ha hecho engordar. Y entre los chispeantes que esperan está el blanco y azabache en honor del Valencia CF con el que sufrió la cogida.

-No pasa nada, no soy supersticioso.

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