Isabel Jiménez: «Enseguida me vengo arriba»

«Me enrollo mucho, soy como muy espontánea», advierte Isabel Jiménez, justo antes de lanzarse a explicar con desparpajo cómo surfea la ola en la que lleva montada desde finales de agosto. Porque se le ha juntado todo. Un embarazo (de otro niño) que ya pasa de los siete meses, su trabajo habitual como presentadora del telediario del mediodía en Telecinco, el lanzamiento de la campaña de invierno para la marca de ropa que ha creado junto a Sara Carbonero, el cuidado de Hugo, su hijo de año y medio... Y, para remate, la publicación de su primer libro, un ensayo ecologista en el que aborda la contaminación por plástico. Se titula '¿Y tú qué harías para salvar el planeta?'.

-Eso, ¿usted qué hace?

-En la vida hay que ser coherente. Y yo sabía que si escribía este libro, tenía que aplicármelo la primera. Antes reciclaba lo básico, ahora tengo cinco cubos. Lo reciclo todo. Y tengo un punto limpio al lado de casa que es de visita obligada semanal. Incluso lo hago como un juego, con mi niño. Su primer cepillo de dientes es compostable. Mis cepillos de dientes son de bambú. Y a la hora de hacer la compra me he ido a una de las opciones que me da facilidades para que haya el mínimo plástico imprescindible. En mi casa no entran los alimentos ultraprocesados y el código de los huevos que consumimos empieza por cero. No hace falta volverse loco para que al final cambiemos las cosas entre todos.

Clara exponente de esa 'energía solar' que derrocha Almería, lo curioso es que esta hiperactiva periodista es partidaria de vivir despacio. «Esa es mi gran contradicción -reconoce entre risas-. Por un lado la filosofía 'slow' para mí es un mantra que me repito, y luego mi día a día es un caos de mil cosas, y encima me gusta que sea así... Pero llega el fin de semana y desconecto. Desespero a mis amigos porque dejo el teléfono y puedo estar cinco o seis horas sin acordarme de dónde lo tengo». También procura tener un momento 'slow' cada tarde, con su niño... «Cuando vuelvo del trabajo encendemos velas y ponemos vinilos en el tocadiscos que le regalaron a Hugo nada más nacer».

Isabel Jiménez vino al mundo hace 38 años en la capital almeriense y fue una niña muy activa (conservatorio de música, carrera de ballet) y «muy justiciera, muy de abrazar causas». Se pasó la infancia rodeada de mar, en Aguadulce y en el parque natural de Cabo de Gata. Ver plásticos ensuciando sus queridas playas despertó en ella la conciencia ecologista. Pero el impulso de pasar a la acción se lo contagiaron los responsables del desarrollo de 'Sorbo', una pajita sostenible que ahora es patente mundial. «Los conocí a través de una amiga, tenían un discurso apasionante, entusiasta... Y yo enseguida me vengo arriba, así que decidí escribir un libro con testimonios de expertos, un mensaje que no es catastrofista ni radical pero que pretende ayudar a aquellos que quieren hacer algo para salvar el planeta y no saben por dónde empezar».

Ella comenzó a combatir el 'fast fashion' (moda rápida) hace años junto a Sara Carbonero. Juntas crearon la marca de ropa 'Slowlove'. La periodista es consciente de que el textil es la segunda industria más contaminante del planeta, por eso recalca que su colección «es cien por cien sostenible. Utilizamos tejidos orgánicos o reciclados, aplicamos la economía circular y solo sacamos dos colecciones al año, no animamos a consumir ropa todos los días».

De hecho, ella fue una universitaria ajena a la moda. «Yo iba a comprar porque con algo tenía que vestirme -recuerda-. Cuando veo mis primeros directos, me río. No llevaba ni una gota de maquillaje, ni rímel. Era una cría de 22 años que se quería comer el mundo, periodista de raza desde niña. Y el cómo saliera mi pelo o mi cara no era una prioridad para mí». Poco adicta a la moda, Isabel sin embargo se declara gran consumidora de viajes. Dice que su marido (el ingeniero Álex Cruz) la teme, «porque cuando me veo libre de la vorágine del trabajo me pongo a planear escapadas, soy una compradora compulsiva de billetes de avión», confiesa.

Cargar con la etiqueta de «la mejor amiga de Sara Carbonero» es algo que le preocupa muy poco a esta almeriense. «Quizás porque soy una persona muy segura de mis cosas y de mí y tengo una trayectoria profesional -explica-. Otra cosa es que de repente hubiese salido de la nada pero, para cuando la conocí, yo ya llevaba mucho tiempo en la tele, había sido corresponsal en Italia y ahora llevo diez años presentando en Telecinco el mediodía. Y además, es verdad. Sara, más que amiga, es como mi hermana».