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Los entresijos del diseño de una ópera

Los entresijos del diseño de una ópera

Les Arts utiliza maquetas virtuales, materiales ignífugos y luces por control remoto para los espectáculos

Noelia Camacho

Valencia

Domingo, 19 de mayo 2019, 00:11

En el Palau de les Arts están, en estos momentos, inmersos en las representaciones de 'Turandot'. El equipo técnico del coliseo de ópera vive con intensidad cada representación. Hasta una media de cien personas pueden llegar a colaborar en cada montaje. En la mayoría de los casos, se trata de coproducciones con otros teatros u óperas alquiladas. Pero la plantilla técnica de Les Arts también ha creado sus propios montajes, como es el caso de la 'Madama Butterfly', de Puccini, que se estrenó en 2017. Esta producción se ha convertido en la primera obra íntegramente diseñada por los trabajadores del centro que saldrá de Valencia y se verá el próximo verano en el Festival de San Lorenzo del Escorial (Madrid) y en la Quincena Musical de San Sebastián. .

Pero, ¿cómo se diseña una ópera? ¿Cómo se adaptan las luces? ¿La utilización de vídeos sólo se hace para suplir la ausencia de escenografía? ¿Quién crea la rampa desde la que van a cantar los tenores y las sopranos? ¿Cambia mucho el hecho de poner en escena la tetralogía de Wagner o hacerlo con un clásico de Verdi?

'Madama Butterfly', que viajará a Madrid y San Sebastián, es la primera pieza realizada íntegramente por 100 profesionales valencianos durante más de un año

LAS PROVINCIAS ha entrado en las entrañas de la creación operística. En la parte técnica. En la escenografía. En la instalación de las luces. En la utilización de maquetas virtuales para recrear las escenas que luego van a disfrutar los amantes de la ópera. Ha buceado en la necesidad de recurrir a los libros de historia para tomar referencias. Ha sido consciente de los emails y mensajes que se intercambian el iluminador y el director de escena para poner en común las ideas.

Trabajadores como el escenógrafo Manuel Zuriaga, el responsable de iluminación Antonio Castro o el de videocreación Miguel Bosch desgranan el proceso por el cual Les Arts se ha convertido en uno de los teatros con mejores profesionales del mundo. No lo dicen ellos, asegura Zuriaga. Pone un ejemplo. El 'Don Carlo' que se vio en el auditorio valenciano hace dos temporadas. «Venía de Japón y tras el trabajo realizado por los técnicos de aquí, el director escénico del montaje, Marco Morelli, aseguró que, para próximas representaciones, iba a quedarse con el resultado de Les Arts. En esa ópera, las paredes vivían», cuenta Zuriaga. Para él, lo más importante es crear «un equipo» que, además, se ponga manos a la obra para estar cerca de un año y medio trabajando en el resultado final.

Imagen principal - Los entresijos del diseño de una ópera
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«Cuando a uno le llega el encargo de poner sobre el escenario una obra de Verdi, de Puccini o de Wagner, lo primero que hace es ver la idea que tiene el director de escena: si quiere un montaje clásico, contemporáneo e, incluso, una versión arqueológica. Ese es el punto de partida», afirma. Pero también asegura que hay que tener en cuenta las dimensiones del teatro y el presupuesto, un tema muy a valorar a la hora de llevar a cabo las peticiones del director. Aún así, y a partir de ese momento, todo consiste en ir investigando. «En el caso de 'Madama Butterfly, por ejemplo, teníamos un libro de imágenes de referencia, carpetas en el ordenador llenas de fotografías que nos servían de referencia», cuenta. En ese momento, llega la hora de hacer el diseño de la escenografía. «Aunque yo prefiero las maquetas físicas, lo que más se utiliza ahora es la recreación virtual. A mí me gusta trabajar con las manos, te permite observar la proporción...», afirma. En este sentido, el siguiente paso es entregar el proyecto a los responsables del teatro y al director artístico para que avalen lo diseñado. Después, toca adjudicar la construcción del decorado a una empresa externa.

Pero en la creación operística nada escapa a la improvisación. Hasta el funcionamiento de las luces se graba en vídeo. Lo cuenta Antonio Castro, responsable de este ámbito en el Palau de les Arts. Su trabajo es, quizás, uno de los más importantes de un montaje de estas características. «Lo principal es que el espectáculo se vea. Que el público pueda apreciarlo en todo su esplendor», asevera Castro. Para él, el diseño de la iluminación no puede hacerse de espaldas a la escenografía. No obstante, para este profesional, el inicio del diseño empieza con un conocimiento a fondo de la ópera que se va a representar. «La iluminación ha de adaptarse a este tipo de condicionantes», relata. Para ello, realiza un esquema de cómo será la instalación , un esbozo que luego se lleva a la práctica. Después, toca probarlo todo. Se filma el funcionamiento de las luces, que incluso se manejan con control remoto. También se utiliza lo que ellos llaman la 'consola', donde se incluyen los tiempos de entrada y de salida de cada acción.

Cien contenedores para guardar el decorado

«En Les Arts tenemos casi cien contenedores llenos de decorado», cuenta Zuriaga. Cada uno de ellos está inventariado, se hace un informe de lo que contiene. «Todo se guarda en perfectas condiciones para volver a utilizarse», narra. Es más, asegura que los que custodian el vestuario también se mantienen con unas medidas de conservación para que no se deteriore. «Somos un teatro joven pero con un equipo muy ilusionado», dice.

El vídeo y lo audiovisual no son sólo una técnica añadida a la escenografía. «No hablamos de la proyección de un vídeo, sino de transparencias, de imágenes que se proyectan sobre un tul, de todo un conjunto de vídeos que acompañan la representación», añade. Tanto que el equipo responsable de esta área no sólo necesita de distintos programas de diseño para crear, sino que es capaz de filmar a los cantantes como si de una película se tratara.

El equipo de Les Arts ha realizado antes otros montajes que han formado parte de las temporadas del coliseo. El más exitoso hasta la fecha fue el espectáculo familiar 'Opérame, ¿Qué diablos es la ópera?'. También la ópera prima del valenciano Francisco Coll, 'Café Kafka'. La lista incluye el doble programa 'The Telephone' y 'Amelia al ballo'.

Antonio Castro: «La luz debe llevar la atención del público en cada momento»

Antonio Castro se toma su trabajo muy en serio. Tanto que, antes de ponerse a diseñar, se escucha la ópera, se lee el libreto y busca todos los matices de los personajes. «Son muchos los factores que intervienen», cuenta. Hasta tal punto que todo está cuadrado al milímetro. «En un montaje pueden trabajar una media de cien personas. En iluminación , hay unos cinco técnicos sobre el escenario, otros en los cañones que siguen a los personajes de la obra. Incluso, compañeros encargados de grabar y registrar los efectos de luz», narra.

«Hay que controlar el brillo, jugar incluso con el suelo, elegir las sutilezas. En definitiva, crear una atmósfera. Al final, la luz debe llevar la atención del público en cada momento», afirma este profesional, que defiende que en su trabajo «cada maestrillo tiene su librillo». «No es fácil que todo encaje pero cada aspecto debe encajar en la ópera», concluye.

Manuel Zuriaga: «Hay algunas escenografías que llegan a pesar veinte mil kilos»

«Trabajamos con materiales ignífugos. Hay una total seguridad, porque muchas escenografías requieren de agua o fuego. En el primer caso, llegamos a revisar hasta los espacios donde se almacena el líquido para que no haya ninguna fisura. Con la cantidad de cables que hay, nada puede fallar. Sobre todo, porque trabajamos con escenografías que llegan a pesar veinte mil kilos», asegura Zuriaga. Para él, el diseño ha de se un trabajo en equipo. Hasta el punto de que durante la fase previa se cruzan centenares de correos electrónicos y mensajes entre todos los departamentos. Destaca que, aunque como en la mayoría de teatros de España, Les Arts recurre a empresas externas para configurar los decorados, no es un proceso nada fácil. «Nunca hay nada igual. No es lo mismo que fabricar una silla, que haces el prototipo y repites la operación. En el caso de la escenografía, siempre hay cosas nuevas», defiende. Durante el tiempo que lleva en el coliseo ha participado en la creación de distintos montajes. Resalta el 'Otello' del exintendente Davide Livermore. También 'Peter Grimes'. «Quien viene de fuera ve que en este auditorio hay un enorme respeto por la ópera. Existen unos profesionales excelentes», finaliza.

Miguel Bosch: «Hemos montado un plató para rodar escenas de los cantantes»

Miguel Bosch es el encargado de la parte audiovisual. Considera que esta parte del diseño operístico ya no suple la falta de decorado o de otros aspectos. Se ha convertido en un elemento más que sirve para contextualizar el montaje. «Se utiliza como complemento pero también para mostrar 'flashbacks' de los protagonistas. Hemos llegado a montar un plató para rodar escenas con los cantantes», cuenta.

Para 'Madama Butterfly', por ejemplo, se nutrieron de la cartelería propagandística de la época ya que la ambientación de la ópera la situaba en la Segunda Guerra Mundial. No obstante, gracias a los programas de diseño que utilizan son capaces de jugar con el color, meter proyecciones en blanco y negro, recurrir a imágenes reales extraídas de archivos audiovisuales. «Se busca no tanto el aspecto estético, que es muy importante, sino el emocional. Que la imagen sea capaz de evocar», dice.

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