Así era Valencia hace más de 400 años

El 'Ortelius' es la pieza más preciada de la muestra. Pero no la única. La propuesta reúne medio centenar de obras que abren los ojos al mundo en una travesía que más allá de recorrer tierras y mares discurre por las coordenadas del tiempo, de la historia. La exposición, comisariada por el geógrafo Josep Vicent Boira incluye el mapa de Tomás López de 1788 que el comisario de la muestra ha descrito esta mañana durante la presentación como un rico ejemplo del estilo ilustrado francés «de una elegancia técnica que abrió una nueva etapa en la manera de representar el espacio». Se puede ver también «un grabado del conocido plano de 1704 del pare Tosca del que tan sólo se conserva otra copia en la Biblioteca Nacional de Francia».

A todo ello se unen atlas y otros mapas que junto al territorio describen también a sus habitantes con la mirada de la Geografía Humana. Varias secciones ayudan a comprender la importancia que la cartografía ha tenido a lo largo de los siglos. El visitante se encuentra con la reflexión en torno al papel que han jugado las representaciones del territorio en la educación. En este apartado llama la atención la presencia de varios mapas dibujados y coloreados con fina pericia y gusto exquisito por una niña de los años cuarenta, Amparo Maiques. Piezas entrañables que vistas hoy no sólo informan de cómo era aquella Europa o aquella España, sino que relatan la presencia de la enseñanza de la Geografía en las aulas y que las emociones también se plasman sobre el papel.

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Junto a la función esencial en la escuela, otra sección reflexiona en torno a la función instrumental de los mapas para el poder y la organización del territorio, así como el valor estratégico de tan 'inocentes' papeles para la guerra. Más allá del valor documental mo se puede perder de vista la gran aportación estética que suponen ilustraciones como escudos, sellos, barcos, monstruos marinos o estrellas de los vientos que acompañan a la descripción del territorio. Tanto cuentan los mapas, tanto describen que la pregunta, como ha recordado Boira es «¿qué fue antes el mapa o el territorio». San Miguel de los Reyes sale al encuentro de quienes se plantean este interrogante para ofrecerles respuesta.

La travesía expositiva, que es también un viaje en el tiempo, no estaría completa si la nave que la recorre no se detuviera en el puerto más cercano, el que nos acerca a hoy. Así, 'Mapas, poder y territorio' contempla también la fotografía aérea a través del fondo de la Compañía Española de Trabajos Fotogramétricos Aéreos que custodia la Biblioteca Valenciana. El espectador puede disfrutar de «pueblos y ciudades valencianas de los años cuarenta del siglo XX y que se pueden comparar con las actuales», ha señalado el comisario de la exposición.

Durante la presentación de la propuesta, a la que junto a Vicent Boira han asistido el director general de Patrimonio, Sergio Arlandis, y la directora de la Biblioteca Valenciana, María Jesús Carrillo, se ha dado a conocer que 'Mapas, poder y territorio' permite sacar a la luz, poner en manos de los valencianos, la riqueza de los fondos cartográficos de la Biblioteca Valenciana que viene a probar la presencia valenciana en Europa. En San Miguel de los Reyes ahora, y hasta el 21 de enero, es posible reflexionar sobre las «funciones que el mapa ha tenido y tendrá en la vida de las sociedades».

Y si interesante es el contenido como para justificar un desplazamiento hasta el antiguo Monasterio de San Miguel de los Reyes, no mucho menos lo es el continente. La exposición, que se completa con imágenes digitalizadas que permiten ver las ilustraciones e impresiones en detalle, se presenta en la sala capitular dispuesta con tal esplendor que, como ha recordado Boira, transporta a espacios como «el Terrazzo delle Carte Geografiche degli Uffizi de Florencia o la Galleria delle Carte Geografiche del Vaticano». Una exposición deliciosa.