De la escobilla del váter al libro de bolsillo, el diseño de ir por casa

¿Guarda algún objeto de diseño en su casa? ¿No? No esté tan seguro. El diseño se cuela por las rendijas. Con toda probabilidad forma parte de su vida cotidiana sin que usted se haya dado cuenta. Desde la tan despreciada -pero útil- escobilla para limpiar el váter hasta el cómodo y barato libro de bolsillo son objetos de diseño. Tanto es así que se han convertido en piezas de museo. Puede comprobarlo en la exposición '¿Por qué soy así?' que muestra el Centro del Carmen en el marco de la Capitalidad Mundial del Diseño que este año ostenta Valencia.

Clips sujetapapeles, el mítico bolígrafo Bic de todos los colores, exprimidores de naranja, sprays para el limón, una mquina de escribir, la minipimer, un ventilador, la cafetera italiana, el sacacorchos, un magnetofón y el babero de plástico de su hijo pequeño. También el secador de pelo, la sencilla maquinilla de afeitar de hoja o la más sofisticada máquina eléctrica; sí, la que usa para el afeitado diario, las chanclas para ir a la playa. Todo eso tambíen es diseño, el que nos hace la vida más fácil.

El relato de una sociedad

Desde que se levanta y hasta que se acuesta. Cuando come y cuando trabaja. En el momento de salir a hacer la compra. Si llama por teléfono o si escucha música. Incluso cuando lee, esta rama de la creatividad le acompaña. Y la cosa viene de antiguo. El paseo por la sala del Centro del Carmen no sólo es una travesía por el diseño, también lo es a través del tiempo, combinación que convierte la cita en un viaje a las emociones que en cada sujeto despierta un objeto determinado que ha ayudado a escribir historias individuales y todas juntas, el relato de una sociedad.

En esos relatos se encierra el mensaje que la Capitalidad Mundial del Diseño quiere transmitir: que el diseño está más presente en nuestra vida de lo que imaginamos. Pero no sólo eso, también que facilita el día a día. La exposición, comisariada por Juli Capella muestra piezas de la colección Pérez de Albéniz-Bergasa.

Entre los 120 objetos que hablan a través de su forma pensada para el público, hay muchas piezas anónimas y de autor desconocido, pero también obras de reputados diseñadores de estilos muy diversos, como Dieter Rams, Philippe Starck, Achille Castiglioni, Alessandro Mendini, Ettore Sottsass, André Ricard, Rafael Marquina, Daniel Gil, Tibor Kalman o Matteo Thun, y de los valencianos Daniel Nebot, Lavernia & Cienfuegos, Culdesac, Inma Bermúdez, Alberto Arza y Joan Rojeski. También se aprecian las aportaciones de grandes empresas como Braun, Olivetti, Bic, Apple, Victorinox, Swatch, Alessi, Sony y la empresa valenciana Closca. De esta se muestran los cascos para motocicleta que la firma también expone en el MoMA de Nueva York.

«Símbolo de progreso y civilización»

Durante la presentación de la muestra, Capella ha reflexionado esta mañana sobre el deseo de llegar a toda la gente porque cualquier persona que la visite puede indentificarse con alguno de los objetos que un día salieron de un estudio de diseño y a los que ha definido como «símbolo de progreso y de civilización». De manera deliberada ha huido «intencionadamente de las muestras de y para diseñadores». La propuesta se estructura en distintos apartados que destacan, entre otros aspectos, cómo se pueden abaratar procesos, la innovación o la función de los distintos diseños como complemento para otras funciones.

El comisario de la exposición ha destacado que el criterio que ha utilizado para diseñarla es «subjetivo» y con ello abre la puerta a que «cada uno haga su propia lectura». El diseñador Xavi Calvo, director general de Valencia Capital Mundial del Diseño, ha puesto el acento en que con esta exposición persiguen «acercar el diseño a los ciudadanos». Y lo cierto es que la exposición consigue mostrar lo que bien podría resumirse en que el gran diseño, es también el diseño de andar por casa.

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