La esencia de la pintura en una pequeña tabla

De artista a artista, la pintura se entiende mejor. Hay ciertos códigos y lenguajes que sólo aquellos que comparten la pasión por el dibujo, por el óleo, por el pincel o por el carboncillo son capaces de interpretarse mutuamente. En la búsqueda de las obras favoritas con la firma del maestro de la luz, del valenciano Joaquín Sorolla, la pintora Rebeca Plana se erige como de las más originales y, en vez de centrarse en uno de los centenares de icónicos cuadros de Sorolla, de sus escenas marinas, sus niños por la playa o sus retratos, Plana se detiene en un pequeño apunte, perteneciente a los fondos del Museo Sorolla de Madrid, datado en el año 1905 y que se titula 'Mar (Jávea)'.

«Esos esbozos son la esencia propia de cualquier creador. Es el reflejo de algo hecho desde el estómago, la mirada fugaz, rápida», confiesa la pintora. Para ella, Sorolla es una inspiración. «Como yo, los artistas aprendemos de él. Cada una de sus obras nos da una lección. Pero en estos pequeños esbozos hay tanto que nos enseña...», reivindica Plana.

No esconde lo que le evoca la pintura del valenciano. «De él aprendes la utilización del blanco, esos azules llenos de luz de sus obras... Pero también, del hecho social de muchos de sus cuadros, también de los que retrataba a la sociedad burguesa», asevera. Pero insiste en poner en valor «esos pequeños cuadros que nos pasan desapercibidos». «Siempre, como es natural, reparamos en las grandes obras de arte de Sorolla. Pero esos pequeños apuntes, en los que da dos pequeños trazos encima de una tablilla o de un cartón, nos pueden contar tantas cosas... En el caso de 'Mar (Jávea)' (1905), él está plasmando la fuerza de la naturaleza, esos cambios de color, esa sensación de que estamos ante un jardín», señala la también creadora, quien manifiesta que en pequeños cuadros como este (de apenas 19 por 24 centímetros, según consta en la documentación del Museo Sorolla de Madrid), «el artista muestra su parte más humana».

«Un creador busca la esencia y lo sublime de lo que está aconteciendo. En este caso, hablamos de una pieza que invita a ver, a tocar, a darnos cuenta de que eso sublime es el tratamiento del color», cuenta. Tanto es así, afirma, que este año en su estancia en la feria de arte contemporáneo de Madrid Arco, «todo el mundo buscaba artistas que, como Sorolla, supieran plasmar la luz del Mediterráneo». «Esa esencia, ese color que domina el pintor valenciano hace imposible que puedas alejarte de ello», asegura.

En su elección de esta pieza de Sorolla tiene también que ver que la Hispanic Society of America de Nueva York, la institución en la que el fundador de la misma, Archer Huntington, sería el responsable de encargar al maestro de la luz los impresionantes paneles sobre las 'Visiones de España' que el artista realizó tras un periplo por todo el país, la invitara a ser investigadora. «A mí Sorolla me cautiva, tuve la oportunidad de descubrir mejor su obra y me di cuenta que, como yo, es un autor que va a la propia esencia de la pintura», relata.

Para Rebeca Plana, Joaquín Sorolla «es el máximo representante del tratamiento de la luz y del color del Mediterráneo». Es más, defiende la también artista, «es el precursor de llevar el trabajo de los pintores a EE UU, de cruzar al otro lado del charco. Salió de España y triunfó en el extranjero. Ese es el sueño de cualquier creador», argumenta. Y hace un último apunte más: su recomendación de visitar la exposición que se puede ver en el Palau dels Scala (sede de la Diputación de Valencia en la plaza de Manises) para ver esas primeras piezas que al artista le valieron su beca en Roma.

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