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El relevo del director del Museo de Bellas Artes de Valencia, que se produjo el miércoles, ha agudizado la falta de proyecto de la Conselleria de Cultura para la pinacoteca sobre cuya gestión se han pronunciado expertos en arte manifestando que discurre por una vía «errática» que viene a demostrar que el San Pío V se encuentra en una situación «vegetativa».
El cambio de director, José Ignacio Casar, por Margarita Vila llega en un momento en el que la gestión está cuestionada, tanto por la contratación de un restaurador y dos conservadores sin la titulación adecuada -seleccionados de la bolsa de trabajo para gestores culturales- como por la falta de resolución de varios asuntos pendientes. El plan museológico lleva años a la espera y el edificio claustral que se restauró en 2017 todavía está sin uso y mantiene las puertas cerradas.
La imagen que ofrece la gestión del centro -sin olvidar que la semana pasada el ministro de Cultura, José Guirao, visitó Valencia y no pasó por el Bellas Artes- ha desencadenado el pronunciamiento de expertos valencianos como Tomás Llorens, quien considera que el centro afronta una situación «errática» desde hace años y «cada vez está peor». A su juicio ante las circunstancias que rodean a la pinacoteca, la Conselleria de Cultura «no sabe qué hacer y no ha hecho nada». Reclama «autonomía» para que el Bellas Artes se pueda liberar de «la tutela de hierro que tiene la Conselleria» y pone el acento en la necesidad de contar con el personal adecuado: «Restauradores y conservadores que sean profesionales». La carencia de estos recursos es lo que, según Llorens, explica que todavía no se disponga del plan museológico.
El análisis de este experto se detiene también en el cambio de director y en este punto se descubre partidario de que el responsable último de las salas «sea historiador del arte, un profesional de los museos capaz de llevar adelante un proyecto». A esta voz se suma la del presidente de la Societat Valenciana d'Història de l'Art, Joan Gavara. También defiende que ese puesto debe reservarse a un historiador del arte, condición que recuerda que no se cumplía en José Ignacio Casar, y tampoco ahora en Margarita Vila, ambos arquitectos: «Un director de museo no es sólo un gestor. Ha de tener conocimientos de arte», advierte Gavara.
Las críticas del presidente de la Societat d'Història de l'Art a la gestión del Bellas Artes llegan hasta considerar que el San Pío V se encuentra en «una situación vegetativa» y asegura que se está «menospreciando a este museo que podría ser un referente». Lamenta el proceso para cubrir las plazas de restaurador y conservador a través de «una bolsa de trabajo que no tiene nada que ver con ser conservador» y que ha conducido a la llegada de trabajadores que «jamás han publicado un estudio».
Los acontecimientos que rodean a la pinacoteca valenciana han generado el descontento de la mencionada sociedad hasta el punto de que, como adelanta Gavara, preparan un manifiesto dirigido a la Conselleria y al Ministerio -titular del edificio- para «trasladar la preocupación ante la situación del Bellas Artes, «una institución con grandes potencialidades que ha emprendido una deriva que no se puede consentir», apunta Gavara, quien sentencia: «Gestionan los políticos, pero no los conocedores del arte».
Otra voz experta que se ha escuchado es la de Felipe Garín, director honorario del museo del Prado y durante 25 años responsable del San Pío V. Garín lamenta la situación de un centro que «no ha evolucionado y donde no veo una actividad científica». También refiere la carencia de restauradores y conservadores, además de señalar que el museo cuenta con un «taller de restauración muy exiguo».
Estas apreciaciones le llevan a reflexionar sobre la realidad que afrontan los historiadores del arte al asegurar que «salen muchos de la facultad, pero se están yendo». El escenario que observa le lleva a afirmar en referencia a la gestión que lo que sucede es que «no son conscientes de la importancia del Bellas Artes». A su juicio el estado actual trasluce «un problema muy serio» y asegura que «cuando hay un empeño político las cosas se consiguen».
Manuel Muñoz, presidente de la Real Academia de San Carlos, observa que el San Pío V atraviesa «un momento de tránsito» y adelanta que «por nuestra parte no faltará colaboración».
Una nueva directora, Margarita Vila, se pone ahora al frente del museo de Bellas Artes. Tiene en el horizonte de su gestión, entre otras cuestiones pendientes de resolver, la tarea de liderar la apertura de la quinta fase de ampliación de las instalaciones, «prevista para el mes de febrero», con la exposición de Vicente López.
Además, tendrá que gestionar el calendario de exposiciones temporales, así como los asuntos relacionados con la organización, el mantenimiento y la estructura de la pinacoteca. El relevo que sitúa a Vila en su nuevo puesto no llega porque se vaya a iniciar un Concurso de Buenas Prácticas por parte de la Conselleria de Cultura, sino para suplir la baja por enfermedad del exdirector José Ignacio Casar Pinazo, que se encuentra ausente del centro desde el pasado octubre.
El mismo día de su nombramiento, el miércoles, la nueva directora visitó las instalaciones acompañada de la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga. Mantuvo un encuentro con el personal de la plantilla que no se extendió más allá de unos quince minutos.
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