Una exposición para fusionar arte y gastronomía en el restaurante Joaquín Schmidt

valenciA. Personalidad inquieta como pocas en el mapa de la gastronomía valenciana, Joaquín Schmidt acostumbra a sumergir a su fiel clientela en una experiencia culinaria pero también sensorial cada vez que toma asiento en su restaurante. Los libros que se agolpan en las estanterías sirven para ofrecer una acogedora bienvenida mientras por las demás paredes cuelga una serie de ingeniosos cuadros que compiten en llamar la atención con los platos que alumbra en su cocina. Natural por lo tanto que este Juan Palomo de los fogones valencianos se haya embarcado en la experiencia de organizar en su casa una exposición que fusiona ambos mundos (arte y gastronomía), compinchado con otro espíritu libre, el escultor Benja Carreres (Bétera, 1963).

La exposición se inaugura este domingo en las salas del restaurante (calle Visitación, 7). Permanecerá abierta hasta el 31 de julio (de martes a viernes, entre las 17.30 y las 20 horas) y consistirá en una serie de obras creadas por Carreres según su particular código escultórico: ensamblando piezas de origen incierto a partir de materiales reciclados en algún caso, que manipula sin necesidad de soldadura. Son creaciones que en sus manos cobran una nueva vida y cuentan una historia: de ahí el nombre de la exposición, titulada 'Objeto cotidiano'. Y de ahí la pertinencia de la divertida frase con que el escultor presenta a sus criaturas: «A veces, hablo con los objetos». Un universo onírico que congenia muy bien con el propio de Schmidt, su socio en este proyecto, quien tiene escrito en el frontispicio de su web una declaración de principios que justifica el sentido de esta exposición: «En este local está permitido el consumo de sueños y otras sustancias inconscientes».