Borrar
Obras falsas de Sorolla | Cómo se falsifica un sorolla

Cómo se falsifica un sorolla

Las obras del pintor valenciano son de las más copiadas en el mercado negro del arte. Artistas profesionales imitan el estilo del maestro de la luz en retratos y marinas que intentar hacer pasar como auténticas | Policías, historiadores y conservadores dan las claves de la forma en la que detectan los cuadros que no son originales, analizados con la más alta tecnología para impedir su comercialización

Viernes, 27 de enero 2023

¿Compraría un cuadro de Sorolla por Wallapop? A priori, puede parecer algo descabellado. Pero no lo es. Ni mucho menos. La picaresca en el comercio de obras de arte llega hasta el punto de que algunos falsificadores o comerciantes ofrecen sus copias hasta en la red. ¿Y si pica algún amante del arte al conocer que una pieza que se atribuye al genial artista valenciano cuesta sólo 6.000 euros y puede, incluso, convertirse en una inversión de cara al futuro? Pero hay que desconfiar de las gangas. Y más si llevan la firma del maestro de la luz, uno de los autores españoles más falsificados. Bien lo saben en la Unidad de Patrimonio de la Policía de la Generalitat Valenciana. Desde 2014, trabajan incansablemente en la incautación de obras de arte falsificadas. De las piezas que han retirado del mercado en estos casi diez años, medio centenar 'eran' de Joaquín Sorolla.

Los agentes de la Unidad de Patrimonio, aseguran, no son peritos. Un hecho que, principalmente, haga que recurran a los historiadores del arte que mejor conocen esa época o el pintor. Y en el caso de Sorolla, su bisnieta Blanca Pons Sorolla, es de obligada consulta. Pero en ocasiones, existen dudas. Así que el juzgado pide informes a los que más saben o tienen las herramientas para descubrirlo. Y uno de ellos es el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i). La institución ha analizado algunas piezas que se consideraban falsas. Un exhaustivo protocolo y la tecnología más puntera permiten conocer la procedencia de la obra. Lo cuentan Greta García y David Juanes, profesionales del (IVCR+i), quienes abren las puertas del instituto a LAS PROVINCIAS para dar a conocer cómo se analiza una obra.

Desgranan los pasos necesarios y el primero es, indudablemente, su mirada profesional. La historiografía del arte es tan necesaria que hay que revisar toda la documentación e, incluso, realizar una pequeña investigación para contextualizar la obra. Si la etiqueta del bastidor señala que se pudo ver en una exposición concreta hay que comprobarlo: ¿existió o no ese proyecto artístico? Y en todo el proceso de observación hay que mirar tanto el reverso como el anverso del cuadro. Desde el marco a la tela o el tipo de pincelada son claves a la hora de estudiar una obra. Es más, señalan los expertos, la parte trasera puede dar, incluso, mayor información si cabe (puede observarse otra pintura, si se ha dibujado encima...). El siguiente paso es registrar con cámaras de más o menos aumentos -macrofotografía o microfotografía- la pieza. Después, es el turno de utilizar distintas tecnologías con diferentes longitudes de onda como el ultravioleta, que permite observar las distintas capas de material pictórico; los rayos infrarrojos, que analizan desde la técnica al barniz; o ya, finalmente, una radiografía.

Generalmente, explican desde la Unidad de Patrimonio, nadie encarga que se reproduza una obra concreta de Joaquín Sorolla. Lo cierto es que del artista de la luz hay catálogos razonados de su obra, así que lo que se busca es «imitar su estilo». De ahí que las escenas de playas, «sus reconocibles marinas son más fáciles de falsificar», y los retratos sean el tipo de piezas que se falsifiquen más.

También, y hay que tener otro hecho en cuenta para saber si una creación es falsa: si existe o no documentación que refuerce que la obra pertenece a un determinado autor. «Sospecha de quien llegue con tantos certificados y documentos para reafirmar la procedencia de la pieza», señalan. E insisten: se falsifican las obras pero también todos los papeles que la acompañan y no es de extrañar que también se hayan falseado informes de expertos, historiadores o responsables de museos.

También, suelen ser creaciones de pequeño formato, tablas en su mayoría. Muchas que se reciben en herencia y que, los beneficiarios, descubren que no son verdaderas cuando pretenden venderlas. Pero hay otras obras que se realizan para que entren en el mercado. La picaresca, señalan las fuentes consultadas, es tal que se llega incluso a envejecer tanto el lienzo como la obra.

En todo este proceso hay aspectos que pueden darnos una pista de la autenticidad de una pieza: los pigmentos utilizados. La paleta de Sorolla ha sido ampliamente estudiada y se conocen características como que el artista valenciano utilizaba un blanco de plomo o el vermellón. En el caso del primero, pese a que se dejó de comercializar en la época en la que el artista seguía pintando, Sorolla continuó utilizándolo. Se las ingeniaba para contar con este pigmento. Así que si en uno de esos análisis realizados, por ejemplo, en el IVCR+i se detecta titanio, queda claro que la obra no fue pintada por el artista fallecido hace ahora cien años.

El pintor valenciano es siempre una constante entre las incautaciones de la Policía de la Generalitat, quien calcula que en todo este tiempo -y de todos los autores- han retirado de la circulación una colección de piezas falsificadas que hubieran tenido un valor de 252 millones de euros. Este mercado negro esta situado, según los investigadores especializados, tras el narcotráfico y la trata de personas, como el tercero de los negocios ilegales más lucrativos para los delincuentes. Sin embargo, al no asociarse a la violencia o a las drogas, es decir, al no crear alarma social, no tiene tanta repercusión.

No obstante, como señalan los expertos, y más coincidiendo con una efeméride que servirá, indudablemente, para revalorizar la obra del artista valenciano, este tipo de prácticas ilegales atenta contra valor de las obras de un autor en el mercado del arte.

Qué se hace con los sorollas falsos incautados

Obra incautada por la Unidad de Patrimonio de la policía autonómica. TXEMA RODRÍGUEZ
Imagen - Obra incautada por la Unidad de Patrimonio de la policía autonómica. TXEMA RODRÍGUEZ

Cuentan los agentes de la Unidad de Patrimonio que, hasta 2014, cuando a una persona se le atribuía un delito de estafa contra la propiedad intelectual, como es el caso de la falsificación de obras de arte, se le retornaba la pieza. «Es como si devuelves un billete falso al encargado de copiarlo», defienden los investigadores. Todo eso ha cambiado. Tanto que, después de incautar una determinada obra y que se haya abierto un proceso judicial que ha dejado claro que estamos ante una creación falsificada, la justicia puede determinar, si el dueño de la obra lo demanda, que se le devuelva.

Eso sí, siempre marcada, de nuevo tanto en el reverso como en el anverso, como un objeto 'FALSO'. Esto ocurre en muy pocos casos. Como también pasa con la destrucción de las obras. Es algo puntual que los lienzos o las esculturas lleguen a destruirse. Lo que sí ocurre, en la mayoría de las piezas, es que quedan en custodia policial para que sirvan como ejemplos y material de estudio a los agentes policiales. Y así evitar que se 'cuelen' muchos sorollas falsos en el lucrativo mercado negro del arte.

¿Quién falsifica un sorolla?

Generalmente son pintores profesionales o muy formados que, no obstante, no han tenido gran relevancia pública y se dedican a imitar el estilo del autor valenciano. Suelen trabajar para familias o clanes que se dedican al negocio de las obras de arte falsas. No esperen encontrarlos en rastros o mercadillos. A veces, afirman los expertos, cuentan con la connivencia de anticuarios o casas de subastas. Con la obra imitada, se estampa la firma del pintor, en este caso esa reconocible 'J. Sorolla', y a intentar venderlo. Pero hay ciertas pistas que conducen a los investigadores a evitar que se haga negocio con obras falsas. En el caso de ese retrato que, haciéndose pasar por una creación del pintor valenciano, se vendía por el conocido portal de segunda mano, concretamente las manos del personaje fueron las que hicieron sonar todas las alarmas. Porque si hay algo que caracteriza la calidad de un cuadro «es cómo están las manos pintadas, lo más difícil para un artista», argumentan.

NOTA: Este reportaje ha sido elaborado con la colaboración de la Unidad del Patrimonio de la policía autonómica, el Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación y con los informes de María Luisa Menéndez, 'Joaquín Sorolla. Técnica artística'; Número CIII del Arcivo de Arte Valenciano; C. Roldan y otros 'Joaquin Sorolla's pigment characterisationof the paintings 'Vision of Spain' y 'Characterization of Sorolla's gouache pigments by means ofspectroscopic techniques'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Cómo se falsifica un sorolla