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El caso IVAM se aproxima a su final definitivo. Consuelo Císcar pactó una condena de un año y medio de prisión por su delictiva gestión del museo, mientras que por la compra de obras de Gerardo Rueda ha logrado la absolución.
La primera al ... ser una conformidad no se puede recurrir; es firme. La Audiencia, en la segunda pieza, absolvió a Císcar, al hijo de Rueda y al número dos del museo, Juan Carlos Lledó de los delitos de prevaricación, malversación, falsedad y estafa.
Todas las acusaciones, la Fiscalía, la Generalitat y la organización Acción Cívica, han completado un exhaustivo repaso de esta última sentencia. El ministerio fiscal y la acusación popular no recurrirán. Se trata de una cuestión de valoración de la prueba en la que no puede entrar el Tribunal Supremo. Y, por tanto, entienden que el recurso no tiene vías de prosperar. Tampoco parece nada probable que en este escenario la Generalitat recurra. En primer lugar, porque habitualmente en este tipo de asuntos suele guiarse por el criterio del ministerio público. Y, en segundo, porque se encontraría con las mismas dificultades anteriores.
La sentencia, notificada hace una semana a las partes, establece que las esculturas adquiridas por este museo público eran «auténticas» y el precio pagado por ellas «fue acertado o en su caso muy beneficioso para el IVAM». La institución adquirió en diciembre de 2004 y marzo de 2006, mediante la firma de dos contratos, ocho esculturas de Gerardo Rueda por 2,9 millones de euros, al tiempo que recibió la donación de otras 90 obras del mismo artista. Todas las piezas compradas y la mayor parte de las donadas fueron fabricadas tras la muerte del autor (25 de mayo de 1996).
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