Los fracasos culturales de la Marina: de un Museo Sorolla en el edificio del Reloj a un centro de arte en La Base

En 2016 Heineken y la Sucursal se aliaron para gestionar el Veles e Vents. El primero se postuló para dotar de contenido cultural el edificio mientras la oferta gastronómica radicaba en el segundo grupo. La reapertura del inmueble, premio Pritzker 2023, contó con la exhibición del arte de Miquel Navarro. En junio de 2016 se explicó en rueda de prensa una programación de microteatro y actuaciones de músicos locales. En 2020, Heineken dejó la explotación del Veles e Vents sin lograr resituarlo como imán cultural.

La Marina, no obstante, es más que el Veles e Vents. De hecho hay dos edificios sobre los que han pilotado proyectos culturales en las últimas dos legislaturas. En ambos casos son dos iniciativas malogradas.

En 2018 la antigua base del Alinghi, rebautizada como La Base, inició una nueva etapa como centro de exposiciones. Las esculturas eróticas de Antoni Miró sirvieron de pistoletazo de salida a una programación que ha tenido corta vida. La última propuesta artística (la colección colectiva de Vicent Madramany) bajó el telón el 21 de enero de 2022. En el camino de estos cuatro años La Base sirvió como almacén de la Meditadora, la pieza principal de la falla municipal de 2020 -cuando se suspendieron las Fallas como consecuencia de la pandemia por covid-, y como sede para la muestra del Ninot en 2021 cuando el Museo Príncipe Felipe se reconvirtió en 'vacunódromo'.

Esta deriva multiusos sobre un edificio que recibió a los extranjeros del 'Aquarius' recibió un último golpe que confirmó la errática función cultural: La Base sería sede de Labora, adjudicación que se paralizó.

¿Para qué sirve ahora La Base? Es el trastero del Ágora del Diseño. Parte de la estructura efímera que legó Valencia Capital del Diseño a la ciudad del Turia se almacena en este edificio sin uso definido. El pabellón efímero se situó en la plaza del Ayuntamiento desde febrero de 2022 y se desmontó completamente a primeros de marzo de 2023. La previsión es que se vuelva a alzar en verano en la Plaça de l'Aigua, un espacio situado entre el Tinglado número 2 y las instalaciones de EDEM, es decir, detrás de la escultura de la Pamela de Manolo Valdés, que instaló la Fundación Hortensia Herrero.

Del Veles e Vents y de La Base al edificio del Reloj. El histórico edificio se barajó como sede para un Museo Sorolla. El pintor valenciano forma parte de las promesas de los políticos cuando acceden al poder. No hay presidente de la Generalitat que no haya diseñado un proyecto de política pública alrededor del maestro de la luz. Una idea que siempre merodea por los despachos es la creación de un Museo Sorolla en Valencia, una iniciativa que ha de contar con el aval de los herederos del autor de 'Visión de España'.

En 2018 el Consorcio Valencia 2007 apostó por el edificio del Reloj como sede de una pinacoteca para Sorolla. La intención era recopilar las obras del pintor valenciano en manos de instituciones públicas valencianas y exhibirlas como colección permanente. Nada que no se hubiera pensado antes, en otras legislaturas de otro signo política. Esta propuesta no contó con el respaldo de la Casa Museo Sorolla de Madrid, pero tampoco con el de la Autoridad Portuaria de Valencia. Este proyecto resultó fallido. El Museo Sorolla en el edificio del Reloj fue otra propuesta cultural para la Marina que no prosperó. ¿Cuál es la programación de este inmueble? Exposiciones temporales de todo tipo y criterio: Mafalda, diseño, humor gráfico, siglo de oro valenciano, etcétera.

Sin embargo, Sorolla vuelve a aparecer como la apuesta de la Marina en el centenario de la muerte del pintor valenciano a través de una exposición inmersiva, con proyecciones y realidad virtual. Se trata de la muestra 'Sorolla. Una nueva dimensión', que desembarcará a partir de junio en la antigua base del Allinghi y durante siete meses.

Con esta exposicón inversiva se supone que la Base recuperará un uso cultural, pero será una muestra diferente a las anteriores. Esta situación denota la falta de un proyecto con personalidad propia y de conjunto para la Marina.

¿Qué funciona en la zona portuaria? Los conciertos de música y los festivales. Desde las actuaciones de los sábados en la Pérgola, impulsados por la Agència Districte, hasta los macroconciertos a cargo de The Music Republic, la firma que organiza el Festival de les Artes y Arenal Sound, y de otras promotoras.

Así, la Marina acogerá los conciertos de Camela (13 de mayo), Hombres G (19 de mayo), Marea (20 de mayo) y Manuel Carrasco (22 de septiembre), entre otros. Los festivales Love 90's, Love to Rock y Latin Fest también recalan en la zona martítima de Valencia.