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Asamblea de medio centenar de profesionales de las artes escénicas el pasado jueves, donde pidieron la dimisión de Abel Guarinos. jesús signes
Los frentes abiertos del Institut de Cultura

Los frentes abiertos del Institut de Cultura

Las críticas por el reparto de ayudas al teatro se suman a los problemas del Cor de la Generalitat | La falta de personal, la externalización de festivales y el «papel mojado» del plan 'Fes Cultura' marcan la gestión del ente dirigido por Abel Guarinos

Noelia Camacho

Valencia

Sábado, 17 de julio 2021, 01:11

No son buenos tiempos para el Institut Valencià de Cultura (IVC). El órgano dependiente de la conselleria que tutela Vicent Marzà tiene demasiados fuegos que apagar. Muchos frentes abiertos que ponen de relieve una gestión que disgusta tanto a los profesionales del sector cultural como a los propios trabajadores del ente. El último conflicto ha venido de la mano del reparto de ayudas a sectores como las artes escénicas y la música, dos colectivos que las han tildado de «escasas» e «insuficientes», que no atienden «a la realidad de la industria» y a las que, incluso, los profesionales del ámbito teatral han comenzado a alegar (estudian incluso impugnar la orden de subvenciones). Tal es el enfado que unos cincuenta creadores de este último colectivo pidieron el pasado jueves la dimisión de su responsable, Abel Guarinos. El responsable del IVC, sin embargo, cuenta con todo el apoyo de Cultura. Lo dijo claramente la secretaria autónomica Raquel Tamarit el pasado jueves: «una cosa es expresar un malestar y otra cosa es atacar directamente a una persona. Eso es muy feo. Guarinos (que ha renovado al frente de la institución por otros cinco años) tiene el apoyo de la conselleria incluso cuando se equivoca». Y aunque aseguró que al ser provisional, si hubiera errores en las ayudas se subsanarán, sus palabras no lograron aplacar los ánimos. Es más, pusieron de relieve que el Institut Valencià de Cultura va acumulando problemas a los que no da soluciones a tiempo. Y si lo hace, no contentan a los agentes culturales.

Gestionar «de espaldas»

Diez asociaciones de artes escénicas lo dijeron el pasado martes alto y claro: Cultura gestiona «de espaldas del sector». Además. tal y como se puso de relieve el pasado jueves en la asamblea de las artes escénicas, «la resolución de las ayudas para 2021 ha sido la gota que ha colmado el vaso». No sólo porque estas subvenciones han primado una serie de criterios que las asociaciones no entienden sino porque están llenas de «negligencias, errores y omisiones». Es más, hasta un fallo informático impidió que se presentaran algunos proyectos en un momento en el que las artes escénicas han sufrido duramente por la incidencia de la pandemia. Un problema que ha creado un «malestar generalizado acumulado» que, según las asociaciones, «se convierte ahora en indignación por las incongruencias cometidas en la resolución provisional». Las artes escénicas no han sido las únicas entidades críticas. La Asociación de Promotores Musicales de la Comunitat Valenciana (MusicaProCV) también ha denunciado que «no entiende cómo en un periodo tan catastrófico para el sector, en el que la facturación ha caído más del 80% en festivales, según datos publicados recientemente, tan pocos proyectos hayan recibido apoyo por parte de la institución».

El IVC recibió un toque de atención el pasado mayo cuando hasta once asociaciones de las artes escénicas clamaron por el futuro del sector en un documento donde recogían cincuenta medidas para favorecer la supervivencia de la industria. Con esta unión, pretendieron exigir menos trabas burocráticas, que se dieran anticipos de las subvenciones e impulsaran medidas para crear público.

Festivales externalizados

El IVC andaba enredado en las direcciones de sus festivales: Sagunt a Escena, Dansa València y Cinema Jove. No hallaba fórmula para poder contratar a sus directores. Intervención, por ejemplo, había sido muy crítico con el contrato de Carlos Madrid al frente del certamen audiovisual, lo que obligó a establecer con él una relación laboral distinta en cada ejercicio. Pero, al final, se halló la receta: la puesta en marcha de una convocatoria pública que renovará la dirección de estos entes por un periodo de dos años prorrogable a otros dos más. Lo que, a ojos de los profesionales, supone una externalización en toda regla, un hecho que no ha gustado a las asociaciones. El IVC delega la gestión de varios de sus buques insignia. Por ello, en la cita escénica que está a punto de despegar en Sagunt, una empresa, Pro 21, se hizo con el contrato para gestionar el certamen. Su cabeza visible es Inma Expósito, quien sustituye a Juan Vicente Martínez Luciano. En Dansa València, María José Mora, se encarga de la coordinación.

Falta de personal

Antes de convertirse en el Institut Valencià de Cultura, el órgano era CulturArts. Hace más de ocho años, cuando aún se encontraba bajo esta denominación, se hizo un Expediente de Regulación de Empleo que afectó a más de 60 personas. Desde entonces, el ya IVC arrastra problemas de personal, que se traducen en la necesidad de ampliar una plantilla «exigua», según han denunciado en numerosas ocasiones desde el Comité de Empresa del IVC. Es más, en un reciente comunicado afirmaron que la situación «no sólo no ha mejorado en los últimos años, sino que se encuentra sin posibilidades de recuperación». Y pone el acento en que es «es profundamente engañoso y manipulador por parte del director (Guarinos) afirmar que es imposible recuperar el empleo perdido tras el ERE».

La fractura con el Cor

La relación entre el Cor y el IVC ha mejorado en las últimas semanas después de que el Institut de Cultura paralizara la salida a oposición de una veintena de las plazas de la formación. Un acuerdo que conllevó la desconvocatoria de los seis días de huelga que la agrupación musical había convocado porque, según sus denuncias, «el Cor estaba al borde de la desaparición». El anuncio de paros obligó incluso al Palau de les Arts a cambiar su programación. Ha sido un parche, porque la solución no está resuelta, ni mucho menos.

'Fes Cultura', un plan fallido

«Papel mojado». Así calificaron las asociaciones de artes escénicas al plan ‘Fes Cultura’, uno de los proyectos estrella de la conselleria de Vicent Marzà presentado en el año 2016. Con él se pretendía «revisar, mejorar y democratizar las políticas culturales de la Comunitat», así como «cambiar el modelo productivo». Algo que, para los expertos, no se ha llevado a cabo. Es más, exigen que Cultura cuente con ellos para la redacción del futuro plan. Aún así, insistieron, la conselleria está gestionando «de espaldas al sector».

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