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La directora del IVAM, Nuria Enguita, ha dimitido. La presión ha podido con la responsable del museo, que en los últimos días ha visto cómo diversas informaciones sacaban a la luz que donó dos parcelas a la Fundación Todolí Citrus, presidida por Vicent Todolí, quien formó parte del comité que la eligió para tutelar el centro de arte en 2020. La Conselleria de Cultura y Deporte anunció este martes que iba a remitir la documentación relativa a esta cuestión a la Fiscalía.
«Esta mañana a las 12.15 horas he comunicado al vicepresidente de la Generalitat, Vicente Barrera, mi renuncia al cargo de directora del IVAM. Ante la denuncia formulada por la Generalitat Valenciana y los continuados ataques contra mi persona basados en información falseada es evidente que no cuento con el apoyo del gobierno valenciano. Ante esta situación y para evitar más perjuicio al museo he decidido tomar esta decisión», asegura Enguita en el comunicado. Y prosigue: «La semana pasada se celebraron con éxito los treinta y cinco años del IVAM y quedó demostrado que la institución está en su mejor momento de los veinticinco últimos años. No parece casualidad que los malintencionados ataques contra mi persona coincidan con el momento de máxima visibilidad social del museo».
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Enguita ya denunció la «campaña difamatoria» contra ella tras revelarse este hecho. Este miércoles ha ido más allá y habla de «malintencionados ataques» por las informaciones que han salido a la luz. La ya exresponsable se marcha algo más de tres años después de acceder al cargo en septiembre de 2020. Llegó al IVAM a través de un concurso público. Venía de gestionar Bombas Gens, el centro de arte abierto por la Fundación Per Amor a l'Art y del que, precisamente, Vicent Todolí, exdirector de la Tate Modern de Londres, era asesor de la colección artística de la entidad. Allí, ambos expertos artísticos coincidieron. Todolí formó parte del comité que la seleccionó para dirigir el Instituto Valenciano de Arte Moderno (junto a otros profesionales como el que fuera director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel). Dos años después, en 2022, y como confirmó la propia Enguita hace unos días, le cedió a la fundación que lleva el nombre y preside el propio Todolí dos parcelas en la localidad de la Vall de la Gallinera. La entidad era, para Enguita, «una fundación sin ánimo de lucro de defensa del medio ambiente y sociocultural que incluye la investigación, divulgación y defensa del cultivo de cítricos tradicionales de la Comunidad Valenciana, bajo la tutela del Protectorado que ejerce la Generalitat». «La donación formó parte de una campaña de 'crowdfunding' o micromecenazgo en la que participamos más de 25 personas«, se defendió la gestora cultural, quien ha insistido en el comunicado en el que ha anunciado su marcha este miércoles que »el trabajo de recuperación con el que inicié mi dirección está encauzado, ahora son los equipos responsables y la ciudadanía quienes han de defender las instituciones, ante la fragilidad a la que son sometidas por los intereses político-mediáticos«. Además, ha afirmado que »en estos cuatro años, con la entrega y el entusiasmo de muchas personas hemos conseguido algunos objetivos nada desdeñables. Quiero dar las gracias a todos los que han colaborado con el IVAM y, muy especialmente, a mi equipo más cercano por su magnífica profesionalidad«.
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La marcha de Enguita deja totalmente descabezado al IVAM. El centro de Guillem de Castro está en la búsqueda de gerente. Sin responsable administrativo y, ahora, sin titular artístico, el museo queda huérfano de responsables a la espera de las decisiones que tome el departamento de Barrera. Ella ha decidido presentar su dimisión y no esperar a ser cesada por Barrera, como sí lo hizo el vicepresidente con el director del Consorcio de Museos, José Luis Pérez Pont. Se marcha dejando algunos proyectos sin llevar a cabo en el museo, como la tan ansiada ampliación del centro artístico que reivindicó justo la semana pasada en la celebración del 35 aniversario del museo. No la verá llevarse a cabo ni al museo alcanzar los 36 años. Porque después de lo sucedido en los últimos días, su cargo estaba en la cuerda floja.
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Enguita ha preferido marcharse antes de que la echen. «Son los equipos responsables y la ciudadanía quienes han de defender las instituciones, ante la fragilidad a la que son sometidas por los intereses político-mediáticos», dice en su comunicado.
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