Borrar
Una pieza de Bernardí Roig justo en las escaleras de 'Domicilio particular', una particular galería arte en un edificio privado en la calle Cabillers de Valencia. DAMIÁN TORRES
Una galería de arte en mi rellano

Una galería de arte en mi rellano

Un palacete de la calle Cabillers de Valencia, donde vivió Ausiàs March, se convierte en un museo cuyas piezas se sitúan en las escaleras, el ascensor y las viviendas

Noelia Camacho

Valencia

Domingo, 24 de diciembre 2023, 01:58

Imagine salir del ascensor de su edificio y encontrarse una majestuosa obra de arte realizada en pan de oro. Y junto al felpudo de su puerta que da la bienvenida a amigos y conocidos a su hogar, hallar un lienzo pintado de azul. Incluso, disfrutar de subir y bajar escaleras unos cuantos pisos si está decorada con una pieza de museo. Esto es posible y lo es en Valencia. Porque hay un céntrico edificio que cuenta con una galería de arte en su interior. Un rehabilitado palacete en una calle próxima a la plaza de la Reina que es, en sí mismo, una pinacoteca con obras de arte contemporáneo.

La idea fue de la galerista valenciana Ana Serratosa, quien apostó por llevar el arte a una vivienda particular. Y precisamente esta última palabra da nombre al proyecto 'Domicilio particular' instalado en la calle Cabillers de la capital del Turia. En el número cinco de esta vía, en el que fuera el lugar donde vivió y falleció el escritor valenciano Ausiàs March, está ubicada esta galería de arte con piezas de artistas, nacionales e internacionales, como Venske & Spänle, Bernardí Roig, Javier Riera, José Luis Albelda, Bob Verschueren, Dominique Sitobin y Shirin Salehi.

Noticia relacionada

La propia Serratosa es la encargada de abrir a LAS PROVINCIAS las puertas de 'Domicilio particular', esta iniciativa en la que el arte coloniza este edificio. El enclave fue rehabilitado en el año 2020. «Buscábamos algo más, que el arte llegara a todas las partes del inmueble y para ello instalamos la obra de ocho artistas en las zonas privadas del edificio. Tanto en las comunes como en las particulares», cuenta la galerista a este diario.

La galerista Ana Serratosa organiza visitas guiadas a este espacio, que se hacen por grupos tras concertarlas previamente

Para Serratosa, «esta idea le da calidad de vida a los vecinos del inmueble y a los posibles visitantes», asegura. Y no es de extrañar que vivir rodeado de arte sea un plus para habitar este palacete de la calle Cabillers. Porque el arte llama más nada más observar el portal de entrada. Es un escaparate público, en el que ahora está instalada una obra de la artista Ghada Amer –que enlaza con una exposición de esta creadora en la galería Ana Serratosa y con una instalación en el Jardín del Turia–. Esa llamada de atención es la antesala de lo que se encuentra en este 'Domicilio particular'. Pero en este museo en casa hay mucho más. La propia Serratosa ejerce de guía para este diario y nada más introducir la llave en la majestuosa puerta de entrada, en el mismo recibidor del edificio, las creaciones de Venske & Spänle saludan al vecino. Son dos esculturas de gran tamaño realizadas en mármol que, sin embargo, se erigen como si estuvieran hechas de plastilina blanca. Se ubican nada más dar un primer paso, para conducir después a la obra de Bernardí Roig. Otra escultura en blanco de un hombre tapándose los oídos sujeta, aunque de forma metafórica, la escalera que lleva a cada uno de las plantas del edificio. Le acompaña una instalación lumínica, demostrando que en esta galería de arte hay de todos los estilos y para todos los gustos.

Así es 'Domicilio particular', la iniciativa artística instalada en este edificio. DAMIÁN TORRES
Imagen principal - Así es 'Domicilio particular', la iniciativa artística instalada en este edificio.
Imagen secundaria 1 - Así es 'Domicilio particular', la iniciativa artística instalada en este edificio.
Imagen secundaria 2 - Así es 'Domicilio particular', la iniciativa artística instalada en este edificio.

La barandilla original del edificio ha sido recuperada durante el proceso de rehabilitación del espacio, que tuvo lugar en 2020. Conduce a las escaleras que llevan a recorrer el inmueble y que en el ascenso al primer piso ya aguardan otra sorpresa: en este caso 'Luz vulnerada', una videoinstalación del artista Javier Riera que proyecta sobre las paredes la imagen de diversos ciervos que conectan irremediablemente el entorno urbano con la naturaleza. Hasta la iluminación de este 'Domicilio particular' está tan cuidada que permite apreciar con detalle esta obra de arte. Ya en la primera planta, la creatividad llega de la mano de José Luis Albelda. Justo en el hueco del ascensor, nada más salir de él, una estancia en pan de oro se levanta a modo de capilla que hace muy agradable decidirse por usar este aparato en vez de las escaleras. Albelda coloniza este espacio no sólo en este primer piso, también en el segundo y en el tercero. Crea excepcionales creaciones que cualquier amante del arte vería en galerías de Londres, París o Nueva York.

Pero es en Valencia donde este pequeño museo se ubica en un bloque de pisos privado. De esta forma, y abandonando la luminosidad y las flores de las obras de José Luis Albelda, siguiendo además esa barandilla original, un conjunto de ramas conducen a los pisos de arriba. Se trata de la obra de Bob Verschueren y Dominique Sintobin, artista y poeta, crean 'En la espiral de pasos', una instalación que mediante las ramas de algunos de los árboles podados por los jardineros de la ciudad, se alían con los vecinos y habitantes para pasear atravesar las plantas del palacete. Cuenta Verschueren que en el catálogo de esta exposición dentro de este domicilio que «que el hecho de que Ausiàs March viviera en este edificio me llevó a considerar que una similitud entre el crecimiento de una planta y el de un poema». De ahí que esas ramas que envuelven las paredes de la escalera se acompañen de los versos de la escritora Dominique Sintobin, buscando «belleza y luz».

José Luis Albelda lleva sus obras de flores y pan de oro justo al lado del ascensor, según relata la galerista Ana Serratosa, impulsora de 'Domicilio particular'. DAMIÁN TORRES

Varios pisos hacia arriba, ya en la cuarta planta, una instalación de Shirin Salehi crece casi esculpida en las paredes y conviven junto al felpudo o al extintor de la puerta de una de las viviendas particulares. Otra muestra de que cualquier tipo de arte cabe en esta exhibición que no sólo llena las zonas comunes, también se adentra en los espacios más domésticos. Así que, de nuevo llave en mano, Ana Serratosa abre la puerta de los de los apartamentos privados del inmueble. Allí, el arte también ha colonizado el piso. Tumbado desde la cama se puede disfrutar, precisamente de las obras de José Luis Albelda o de esas pequeñas esculturas de Venske & Spänle, que justo se ubican en una de las paredes que separan las estancias de este pequeño apartamento.

La iniciativa cuenta con las obras de ocho creadores como Venske & Spänle, Bernardí Roig, José Luis Albelda o Javier Riera

'Domicilio particular', pese a ser privado, se puede visitar. Sólo hace falta contactar con la galería Ana Serratosa para concertar una de las visitas guiadas que organizan en el espacio. ¿Qué cuenta el público que ya lo ha visto? «Se sorprende de que haya piezas de ocho artistas en todo el edificio, pero disfrutan de este espacio apetecible», argumenta la galerista.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Una galería de arte en mi rellano