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LAURA GARCÉS
Viernes, 27 de septiembre 2019, 02:15
Punto, Cànem, Benlliure, Adelantado y Thema son las galerías de arte más veteranas de la Comunitat. Todas superan las tres décadas en un sector que con los años se ha ido adaptando a los tiempos trazando su trayectoria, manteniéndose en su territorio. Relatan que las claves para resistir pasan por la innovación -traducida en la continua búsqueda de nuevos artistas-, la asistencia a ferias extranjeras, la apertura de sedes en otros países, el logro de la internacionalización para conseguir clientes, e incluso, por «apretarse el cinturón» en momentos complicados.
Tienen público en Valencia, en el resto del territorio nacional y más allá de las fronteras españolas. En la Comunitat alientan un sector al que perciben que cada vez se aproxima gente más joven y en el que echan en falta mayor presencia de coleccionismo.
Punto, Cànem, Benlliure, Adelantado y Thema han participado en la séptima edición de Abierto Valencia, evento impulsado por la Asociación Valenciana de Galerías de Arte (LaVAC) con la que el trabajo de estos espacios se acerca a la sociedad. La cita arrancó el jueves. Allí estuvieron presentes -de una u otra manera- estos agentes de promoción del patrimonio cultural.
Antes de abrir la temporada, LAS PROVINCIAS ha hablado con los responsables de los espacios, en algunos casos son ya la segunda generación de galeristas, para conocer algunas de las circunstancias que rodean la actividad alrededor de unas galerías que se antojan como la resistencia artística. Nacho Agrait, propietario de Galería Punto, asegura que «más que supervivientes» se siente «cómodo de formar parte de este mundo», pero también observa que permanecer 47 años «más que un logro es una supervivencia». La clave ha sido «mantener un equilibrio entre cautela y riesgo, sin olvidar que quien no innova continuamente, se muere». Esta premisa, en el caso de Agrait, se ha traducido en la apuesta por contar con un buen director artístico, Jorge López, un cambio de ubicación y herramientas digitales que sirven para dar a conocer la actividad, aunque «para vender, no. El público quiere ver lo que compra», explica. El interés por la constante búsqueda de nuevos artistas es otro aspecto que Agrait considera que ha ayudado en el viaje. Todo va unido a una gestión directa con el cliente. El responsable de Punto, que, entre otros, representa a artistas como la valenciana Inma Femenía, Oliver Johnson, Victoria Iranzo o Juan de Dios Morenilla, explica que hay público en Valencia, pero la mirada también se dirige a Madrid. Y cita a los clientes internacionales que han ganado en distintas ferias. Aclara que en más de cuarenta años las procedencias del público han «variado por épocas». En su análisis, en referencia a Valencia, asegura que «falta coleccionismo. Hay que eliminar los miedos y acercarse a los museos y a las galerías».
La galería Benlliure -dedicada a artistas consagrados como Genovés, Carmen Calvo, Saura, Tàpies, Valdés o El Paso, entre otros- lleva desde 1984 en activo. Los hermanos Vicente y Alejandro Segrelles son sus directores. Cuando el espacio cumple 35 años de vida dicen sentirse «un poco» supervivientes en un ámbito en el que para resistir ha sido necesario «apretarse el cinturón y acudir a ferias». Buscar «arte interesante para todos los públicos» es otro pilar en el que se apoyan unos galeristas que en los medios digitales ven «numerosas consultas», de las que pocas acaban en venta.
«Los mercados más importantes son Valencia y Madrid», destacan, y más allá de las fronteras españolas han realizado gestiones en Francia, Estados Unidos o Alemania. Al trazar un perfil de clientes concretan que ahora la edad de quienes acuden a la galería está «entre los 30 y 60 años» y perciben que «la gente interesada en el arte es cada vez más joven». A juicio de los hermanos Segrelles en la ciudad hay «potencial» coleccionista: «Cada vez hay más interesados por el arte».
Olga Adelantado, directora del espacio Luis Adelantado, no habla de supervivencia, sino de que «siguen haciendo su trabajo», si bien puntualiza que en una galería que lleva tanto tiempo -desde 1984- «hemos vivido el cambio del sector» hacia la profesionalización. Relata que se han mantenido con «el trabajo de cada día, siendo muy rigurosos» y concreta estas afirmaciones haciendo hincapié en la importancia de «estar al día y en la internacionalización».
«Salir fuera» -Adelantado tiene sede en México-, así como la asistencia a ferias, «acudimos a tres o cuatro al año», son algunas de las acciones que la directora de este espacio apunta como importantes en la trayectoria de esta galería que representa a 13 artistas españoles y extranjeros. Entre los primeros menciona a Darío Villalba, Rubén Guerrero, Álex Marco, Irma Álvarez Laviada, Jorge Peris o José Miguel Pereñíguez.
La clientela de Adelantado está en territorio nacional y también en otros países. El público de ambos orígenes «es similar», si bien aclara que a los «españoles que compran también los considera internacionales». Observa que «cada vez más gente joven se interesa por el arte.
«Algunos son hijos de coleccionistas» y considera que en la capital del Turia «faltaría más coleccionismo», aunque no deja de señalar que hay «empresas que tienen interés y existen colecciones muy visibles». El criterio de Beatriz Aranda, de Galería Thema, apunta en la dirección de «fomentar el coleccionismo en nuestra ciudad». El público de este espacio «principalmente reside en la Comunitat» y también en muchas áreas del mundo «en parte gracias a las facilidades de comunicación y transporte». Aranda, hija de la directora de la galería, María Pilar Marcellán, apunta que «la informática es una gran herramienta para gestión y organización» y observa que «las nuevas generaciones se han incorporado al mundo del arte». Pepe Durá, Rafael Amorós, Uiso Alemany, así como artistas de la colección de la directora, como Valdés, Chillida, Equipo Crónica, Picasso (obra gráfica) o Miró, están entre los creadores que ofrece este espacio que abrió en 1985 y al que seguir «un criterio propio» le ha ayudado en el recorrido.
En 1974 Pilar Dolz inauguró Cànem en Castellón. Con 45 años de experiencia asegura que no se plantea su trayectoria «como una cuestión de supervivencia», pero recuerda que cuando abrió en la capital de La Plana «había 11 galerías, ahora es la única privada». ¿Cómo resiste? «Acompañar el trabajo creativo no es sólo es una cuestión comercial, es vocacional. Pienso que el arte es algo vivo y genera cosas que crean una adicción, y ahí estamos», contesta.
Al hablar de coleccionismo, Pilar Dolz, cuya galería estará presente en Abierto Valencia en la exposición de la Fundación Cañada Blanch donde exhibe una obra de Mar Arz, sostiene que sí lo hay en Valencia y Castellón, aunque «a las galerías siempre nos parecerá poco. Hay que cuidarlos y las colecciones tienen que cuidar también a los creadores». Destaca que hay que atender «a los clientes amateurs que compran sin plantearse una colección y a quien adquiere esporádicamente, al fin y al cabo, sin compras no podemos continuar. La sociedad que no valora y cuida la creación es una sociedad muerta».
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