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Los pinchos se han convertido en todo un reclamo para autóctonos y turistas.
Alta gastronomía en dos bocados
Gastronomika

Alta gastronomía en dos bocados

Los pinchos nacieron en San Sebastián con la Gilda y se han exportado al mundo y hoy en día ofrecen obras de arte gastronómico en miniatura

R. C.

Jueves, 11 de noviembre 2021, 11:20

El Congreso San Sebastian Gastronomika-Euskadi Basque Country volverá a poner durante los próximos días Donostia en el epicentro de la gastronomía mundial. Los mejores chefs de todo el mundo estarán atentos a las novedades que se presenten en un congreso que tiene lugar en una de las capitales mundiales de la gastronomía.

Y si algo es marca registrada de la capital guipuzcoana, eso es el pincho. Es algo tan sencillo en su origen como exitoso y a lo largo de los años se ha ido convirtiendo en alta cocina y, sin duda, en una de las señas de identidad de la Bella Easo.

Existen diversas teorías sobre el nacimiento del pincho. Todas ellas lo sitúan, obviamente, en Donostia, en el centro de la localidad guipuzcoana y la más extendida lo hace en la calle Reyes Católicos. También coinciden todos los expertos en que el precursor de las maravillas en miniatura que hoy se pueden ver por las barras de los bares de Donostia y de cualquier ciudad española es la Gilda. Se trata de un pincho sencillo, pero que forma parte de la identidad de la ciudad. Según cuentan, al dueño de un establecimiento tomó la decisión de pinchar con un palillo una anchoa, una aceituna y una guindilla y, sin quererlo, dio así origen a uno de los símbolos de la ciudad.

Con la Gilda como germen, surgió un movimiento gastronómico que fue exportado al mundo entero, pero cuyo caldo de cultivo estuvo en Donostia. Con el tiempo, cada bar tenía su pincho, su especialidad y hoy en día una ruta por la Parte Vieja donostiarra es una experiencia para los sentidos.

No obstante, no sólo la capital guipuzcoana es un buen lugar para disfrutar de los pinchos. Otras localidades de Guipúzcoa como Hondarribia, Zarautz o Getaria también tienen una amplia oferta y los pinchos se han exportado más allá del País Vasco. Ciudades como Logroño o Valladolid también gozan de una gran reputación a este respecto.

De aperitivo a comida

El pincho nació como un aperitivo, como un bocado para acompañar una ronda de poteo para así llenar, de alguna manera, el estómago. Pero con el paso del tiempo fueron evolucionando y diversificándose los pinchos y hoy en día hay mucha gente que come de pinchos, alternando diversos bares en los que disfrutar de las creaciones de los hosteleros, que de un tiempo a esta parte han convertido algo tan básico como la Gilda en todo un arte.

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