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Lunes, 20 de junio 2022, 00:48
Detrás de Esperansa Grasia está una joven de Benaguacil que con sus videos ha revolucionado las redes. Gemma Palacio ni siquiera se considera una influencer pero ya le paran por la calle y vive la realidad de los dos mundos.
–¿Qué es lo difícil de hacer reír?
–Es muy difícil cada uno tener un sentido del humor super diferente, me he dado cuenta conforme he ido creciendo. Creo que hay que siempre intentar hacer humor con cosas que te han pasado o que a ti te hacen gracia.
–¿Te consideras influencer?
–El otro día me lo decían mis amigas y la verdad es que no influyó nada porque no hago videos en los que yo, como Gemma, hable mucho, pero no lo sé, ojalá no lo fuera porque soy una mamarracha. Puede que, mirándolo desde fuera, pues sí lo sea, pero yo diría que no.
–¿Y emprendedora?
–Sí, siempre he sido muy emprendedora y muy de jugármela porque no queda otra. Arriesgar siempre arriesgo.
–¿Te ha influido en algo ser valenciana para tus vídeos?
–Muchísimo, aquí tenemos expresiones maravillosas, las he usado mucho en mis vídeos, algunas porque me sale así y se me escapan y la gente luego te pregunta qué significa, el valenciano es maravilloso.
–¿Valoran tu trabajo o se entiende como una vía de dinero fácil?
–Justo en una comida familiar, mi cuñada me dijo: hija, no te quejes, que tienes un trabajo en el que no haces nada. Y fíjate, creo que hay gente que piensa eso, sí: está chica se levanta se graba un vídeo y gana dinero. Y no te voy a mentir, no estoy en la obra, ni el campo, pero hay días y días.
–¿Qué es lo mejor que te han dicho en redes?
–El otro día una chica que estaba pasando por una depresión gorda y pocas cosas le hacían reír y desconectar me dijo que últimamente se ponía mis vídeos y le hacían sentir mejor. Me pareció super bonito.
–¿Y lo peor?
–Gracias a Dios no recibo mucho, pero lo que más rabia me da es el tema de la publicidad, yo tengo mucho cuidado porque vives de la publicidad pero no quiero bombardear a la gente que me ha hecho llegar hasta aquí, y lo tenemos pensado para no cansar, y aún así siempre está el típico que eso no lo ve y te machacan.
–Hablando de publicidad, ¿cómo fue la campaña para el Centre del Carme que trajo revuelo por lo que cobraste?
–Es que esa cifra está mal, no cobré 13.000. La verdad es que yo no sé ni lo que estoy cobrando, hago la publicidad y no sé lo que cobro, salvo algunos casos. Cuando hago una que no me ha gustado como se ha gestionado o rme ha agobiado de más, por lo que sea, sí que lo pregunto para ver si me ha compensado.
–¿Cómo te tuviste que gestionar para hacer de esto un trabajo?
–Ahí entra la presión porque empecé a hacer vídeos porque me lo pasaba bien; de repente aparece una persona y te dice aquí hay trabajo, aparecen marcas que quieren que hagas mil cosas y si no tienes un equipo detrás te pueden timar nivel heavy cuando estás empezando. Aquí entra por un lado, que necesitas gente que te gestione. Y el no tener ideas o no estar anímicamente bien pero tener que subir un vídeo porque sino TikTok te penaliza.
–¿Cómo se plantea tu futuro?
–Me gustaría trabajar en un musical, hacer doblajes o algún papel en una serie. Por ahora quiero seguir trabajando de esto.
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