Hartazgo. Cansancio. Desgaste. Las palabras que describen la actual situación del Cor de la Generalitat no se acaban y, por ello, la formación está en pie de guerra contra la Conselleria de Cultura. La razón: que el departamento de Vicent Marzà ha publicado que 22 plazas de la agrupación musical, formada por 59 miembros, saldrán finalmente a oposición. Esta Oferta Pública de Empleo (OPE) llega después de que hayan sido infructuosas las negociaciones entre la formación y los responsables de la conselleria.
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Por ello, el Comité de Empresa del Cor mantuvo ayer una larga reunión de casi cuatro horas en la que se puso sobre la mesa, según las fuentes consultadas, la convocatoria de paros y movilizaciones pero no se llegó a una decisión concreta. Estudiarán las medidas a tomar en un próximo encuentro, que se celebrará próximamente, e incluso consultarán con un abogado las opciones de revertir la OPE impulsada por la Generalitat.
La formación sigue defendiendo que las particularidades del ente musical obligan a buscar fórmulas para mantener la plantilla. Alegan que, en su momento, ellos ya pasaron unas pruebas y que se debe solucionar su situación de interinidad atendiendo a las particulares características de la formación. «Somos un equipo ya consolidado y no basta con ser un buen cantante. Hay que saber adaptarse», aseguran desde el Cor. «Entendemos que las plazas se deben ir cubriendo tras las jubilaciones. Pero el Cor es una agrupación artística», añaden. Es más, en la OPE del año pasado, que sin embargo no se ha llevado a cabo, ya se incluía la renovación de once puestos de la plantilla atendiendo a las jubilaciones que se iban a producir.
Desde Cultura, según la información a la que ha tenido este periódico, insisten en que se podrían negociar hasta 15 plazas pese a que la convocatoria de las 22 que salen a oposición se hizo pública la semana pasada.
Lo cierto es que el conflicto entre el Cor y Cultura comenzó hace unos años e, incluso, la agrupación musical anunció en su momento una huelga que finalmente no se llevó a cabo. Pero el malestar ha crecido en los últimos tiempos y hace apenas unas semanas no sólo se manifestaron en una convocatoria pública frente al Palau de la Generalitat sino que, a través de un comunicado, aseguraron que la formación estaba «al borde de la desintegración». El Cor afeó a la Conselleria de Cultura que no se habían cumplido «sus promesas y los acuerdos alcanzados para una renovación paulatina de la plantilla». Según los cantantes, «esta situación hace peligrar también la continuidad de los actuales integrantes de la agrupación y ni las sucesivas promesas de las autoridades del Instituto Valencià de Cultura y de la Generalitat, ni la situación en fraude de ley en la que se encuentran los coralistas a pesar de haber conseguido sus puestos de trabajo tras pasar exigentes procesos selectivos parecen servir de mucho ante el mayor reto al que se enfrentan sus miembros como trabajadores dentro de la Generalitat».
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Para ellos, los responsables públicos «se muestran incapaces y parecen sin voluntad de resolver el problema burocrático y administrativo que la misma administración ha creado». Pese a todo ello, argumentan desde el Cor, los trabajadores siguen adelante con los ensayos de 'Falstaff', el próximo título de ópera que se estrenará en Les Arts el 21 de enero.
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