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Un hallazgo italiano en Valencia

Un cuadro atribuido al pintor Carlos Maratta después de una larga investigación dormía hasta ahora en el hogar de una familia valenciana: siguiente etapa, su cesión temporal al Museo San Pío V

Jorge Alacid

Valencia

Sábado, 15 de marzo 2025, 01:01

El cuadro se llama 'Virgen con el Niño', está datado hacia 1688 y mide 94 por 72 centímetros. Son los datos básicos que figuran en ... su ficha, aunque lo más relevante se anota en su encabezamiento, donde apunta hacia su autoría: Carlo Maratta, un prestigioso creador italiano que desarrolló su artista durante la parte central del siglo XVII. Ahí, en su atribución a un creador clave para entender el arte de aquel lejano tiempo, reside el fogonazo que alienta esta noticia: el lienzo, propiedad de una familia valenciana, había dormido durante años en las paredes de su casa pensando que, en realidad, había sido alumbrado por unas manos desconocidas, enroladas en el taller de Maratta. Largos años de indagaciones, junto con una primorosa restauración, despejan ahora las dudas: fue el propio Maratta quien firmó esta candorosa imagen de la Virgen con el pequeño Jesús en brazos. Una obra que se dispone a culminar el siguiente viaje: a sus dueños les gustaría cederla durante un tiempo al Museo de Bellas Artes.

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Culminaría así un convulso itinerario, el propio de tantas obras de arte que llegan de siglos remotos, pasan de mano en mano y conocen una larga serie de azares que se pueden leer como si fuera una historia de ficción. Lo asombroso es que todas estas peripecias de la obra de Maratta han ocurrido de verdad, como recuerda su dueño, quien señala que el cuadro pertenece a la rama materna de su familia. «Desde niño lo he visto en casa», dice. Una presencia constante, un objeto incorporado al imaginario familiar como tantos otros, que despertó sin embargo su curiosidad. No debe extrañar, a la vista de la hermosa estampa que retrata, que un día del año 2018 decidiera encargar una prolija restauración previa para determinar exactamente su autoría.

Un retratista de fama europea, un gigante del siglo XVII

Carlo Maratta (Ancona, 1625) ha pasado a la historia del arte por una faceta muy peculiar de su obra: su brillante dedicación al género del retrato. Es su sello diferencial, por el que pasó a la posteridad y justificó que este 2025, cuando se cumplen 400 años de su nacimiento, protagonizara una magna exposición las Galerías Nacionales de Arte Antiguo de Roma titulada precisamente así: 'Carlo Maratta y el retrato. Papas y príncipes del Barroco romano'. Pintor de fama europea, Maratta se convirtió en el árbitro del gusto artístico en la escena romana durante más de medio siglo, «inmortalizando a papas, príncipes, aristócratas e intelectuales de su época», rezaba el catálogo de la exposición.

El cuadro pasó entonces por las manos de una prestigiosa empresa del ámbito restaurador, que limpió y dio esplendor al lienzo. Era el requisito que había solicitado Joan Ramón Triado, un reputado experto que desde entonces, a lo largo de siete años, ha estudiado el cuadro en profundidad. Sus conclusiones forman parte del completo informe donde se detalla la ficha técnica mencionada en el párrafo inicial y otros hallazgos, que desembocan en la certeza absoluta de atribuir a Maratta la autoría del cuadro.

Triado se basa en el análisis tanto del propio lienzo como de otros dos cuadros vinculados con el original. A continuación, indaga sobre una serie de dibujos obra también de Maratta que se custodian en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, puesto que guardan una estrecha relación con la obra protagonista de estas líneas. El siguiente capítulo de sus pesquisas tuvo como objeto seguir la pista de una primera versión del lienzo, traída hasta Valencia desde Italia por el pintor valenciano Vicente Victoria, estrecho colaborador de Maratta. Victoria, maestro de la técnica del trampantojo, ejerció con seguridad una influencia inspiradora decisiva para entender la composición de nuestra 'Virgen con el Niño'. Triado explica cómo la escena plasmada por Maratta representa precisamente un espacio «que se abre al exterior como si fuera una ventana». Un alarde teatral que conmueve al espectador porque se añade a otro detalle muy sugerente, como precisa el autor del estudio: la Virgen mira hacia el exterior, en la ambición de romper los límites de la escena. «A su derecha se representan unas flores que podían hacer referencia a la Virgen del Rosario», añade Triado.

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El lienzo pertenece a una familia de Valencia que durante años pensó que era obra del taller del prestigioso pintor italiano

La obra llegó de Italia de manos del valenciano Vicente Victoria, maestro del trampantojo, técnica que influyó en Maratta

Luego de incorporar a su investigación todos estos elementos, y de registrar que «una vez restaurado, su estado de conservación es óptimo», su dictamen es concluyente: «Obra de gran coleccionismo que incluimos en el catálogo de Carlo Maratta». Y añade: «Concluimos en atribuir la presente obra a Maratta, quien presentó la copia, subastada en Dorotheum (reputada casa de subastas enclavada en Viena), al Papa Inocencio XII, y una vez aceptada, realizó la obra definitiva en un formato mayor». Una pieza que se conserva hoy en la Pinacoteca Vaticana, por cierto.

Despejadas las dudas, recalcando además la huella del estilo rafaelesco en la imagen de la Virgen (Rafael fue uno de los maestros de Maratta), Triado entregó su informe a la familia propietaria y abrió la puerta a un nuevo avatar para el lienzo: la aspiración de sus dueños de cederlo al Museo de Bellas Artes para su exposición temporal durante unos seis meses. Quedaría cerrado el círculo: de iluminar el hogar familiar sin saber que pertenecía a Maratta, a lucir en las paredes del Museo para disfrute de la ciudadanía.

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