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No es fácil acceder a la mayoría de ellos pese a que no dudan en desvelar aspectos de su vida o de sus gustos ante miles de seguidores. Los 'influencers' se encuentran cómodos en sus redes sociales. Es el escaparate donde exhiben desde su propia opinión a su colaboración con distintas marcas publicitarias. Las cifras, en este negocio, importan y mucho. 'Youtubers', 'tiktokers', 'instagramers'... La legión de profesionales que han hecho de la red su modo de vida es ingente. Aunque sólo unos pocos pueden comer de ello. En ese nutrido grupo hay una serie de valencianos que han convertido las redes sociales en su modo de vida. Tal cual. Porque si en algo insisten los 'influencers' de la Comunitat es que es más que un empleo. Es un trabajo que ocupa los siete días de la semana casi las 24 horas. Sin embargo, en los últimos tiempos, polémicas y declaraciones desafortunadas de otros conocidos rostros de las redes, -desde las 'instagramers' que a través de sus cuentas han negado la pandemia e, incluso, han rechazado el uso de la mascarilla o cuestionado la vacuna, a los grandes nombres de la industria como el conocido 'youtuber' El Rubius, que ha decidido trasladar su domicilio fiscal a Andorra para pagar menos impuestos en España-, han empañado una profesión que, no hay que engañarse, no sólo mueve millones de euros sino también audiencias y públicos que se cuentan por millones. «El problema no es que decidas marcharte a otro país para pagar menos impuestos, no es un delito ni está prohibido. El problema es el mensaje que lanza: 'España no me ha dado nada, no le debo nada...'. Y generas una imagen que puede influir en un público que es predominantemente adolescente», cuenta el valenciano Carles Caparrós, responsable del canal de Youtube 'El canal de Korah', un espacio en el que este actor de doblaje y locutor crea vídeos con doblajes imposibles y que, además, tiene cerca de dos millones de suscriptores. Comenzó en el mundo de Youtube en el año 2012. No fue un camino fácil, como no lo es tampoco una red social que, cuenta Caparrós, «tiene una política de reclamaciones muy dura». «Hay muchísimos filtros y, en mi caso y sé que no está bien, como uso imágenes de terceros para luego hacer el doblaje, se me pueden llegar a suspender vídeos o una empresa me reclama por utilizar unos clips. Mucho gente no es consciente del negocio que hay en torno a Youtube», dice. En su opinión, la polémica de las últimas semanas con la decisión de El Rubius, no le ha salpicado de manera directa «aunque como colectivo sí que nos afecta». «La cuestión es la responsabilidad», narra un 'youtuber' quien, además, invitaría «a darse una vuelta por una UCI» a todos aquellos que utilicen las redes sociales como altavoz para negar la actual crisis sanitaria.
583.000 seguidores en Youtube Su canal muestra la comida más extrema que sirven restaurantes valencianos, españoles y americanos «Yo no me iría a Andorra a tributar por el simple hecho de que mi trabajo está en España»
Para Verónica Sánchez, conocida por los más de 400.000 seguidores que tiene su cuenta de Instagram 'Oh! Mami Blue', a los 'influencers' «se nos exige ser ejemplo y al final somos personas». No obstante, considera también que este tipo de plataformas «conlleva una responsabilidad». «En mi caso he decidido que si una publicación no aporta nada positivo, mejor no la publico y me la guardo para mí». En su caso, esta 'instagramer' comenzó en el mundo de las redes sociales casi por casualidad. «Yo era contraria a todo esto y ahora se ha convertido en mi profesión», asegura. En sus redes, sus seguidores comenzaron a ser fieles a una cuenta que visibilizaba la familia que había formado con su mujer Jana y su hijo. Sin embargo, todo cambió en el momento en el que una de las instantáneas fue censurada por Instagram. «Lo hicimos público y en unos días no sólo nos llamaron de México, EE UU o Japón y empezamos a salir en los medios sino que alcanzamos los 100.000 seguidores. A partir de ahí, la cuenta despegó», revela.
Sánchez afirma que los 'influencers' «no nos podemos quejar» en lo que se refiere al pago de impuestos. «En lo relacionado con los autónomos, que le pregunten a un fontanero o a alguien que tiene un negocio. Ellos sí pueden hablar», asevera mientras afirma que lo que le consuela «es que ese dinero va para educación, para sanidad. Prefiero tener la cartera menos llena pero la conciencia más tranquila». En su caso, su trabajo como 'influencer' será algo a medio plazo. Afirma que el objetivo es depender cada vez menos de la publicidad y poder llegar a hacer una marca propia. Pero al final, cuenta, «el sueño es abrir un negocio rural, fuera del mundo de las redes».
435.000 seguidores en Tik Tok En la cuarentena, su cuenta en 'Tik Tok' se convirtió en un éxito. Tiene además 182.000 fieles en Instagram «Hay que buscar la manera de influenciar de forma positiva»
El valenciano Jorge González, conocido como 'Joe Burgerchallenge' gracias al canal de Youtube en el que no sólo muestra la comida más increíble y grande de los restaurantes de España y EE UU sino que cuenta por millones las visualizaciones de muchos de sus vídeos, afirma que ser 'influencer' conlleva más trabajo del que los seguidores de su canal se pueden imaginar. «Tú te lo haces todo y además hay un factor psicológico: obtienes una respuesta inmediata. En mi caso, llevo cinco años subiendo vídeos todas las semanas, en total, más de 400», asegura. Ante las polémicas de los últimos tiempos sobre la figura del 'influencer', Joe Burgerchallenge, quien además cuenta con más de 100.000 seguidores en Instagram, manifiesta que «al final nuestra opinión influye». «Es cierto que en las redes sociales tenemos menos control de lo que decimos a diferencia de otros medios de comunicación. En las redes, pasa por menos filtros. A mí me preocupa esa falta de control», argumenta.
410.000 seguidores en Instagram Comenzó como una cuenta para visibilizar una familia con dos madres y ahora muestra su modo de vida «Se nos exige ser ejemplo y al final somos personas. Aunque este trabajo conlleva una responsabilidad»
«Yo no me iría a Andorra a tributar por el simple hecho de que mi trabajo está en España, grabo a los restaurantes de mi país. En mi caso, no tiene ningún sentido. Pero debemos reflexionar: los 'youtubers' son famosos y por eso se genera lo que ha pasado. Sin embargo, los jugadores de póker, que ganan mucho más que un 'influencer', se llevan su residencia a Tailandia y nadie dice nada. Al final es todo una decisión personal de cada uno. Pero el tema también es que a esta gente se les está haciendo pagar mucho en impuestos. Y lo que se desconoce es que muchos reinvierten en lo que ganan en crear empresas y, por tanto, más empleos», concluye. Pero si en algo coinciden todos los 'influencers' es que el trabajo no se limita a colgar un vídeo, postear una imagen o subir el último baile de moda a 'Tik Tok'. «Los contenidos se piensan con tiempo, las cifras son importantes. ¿Por qué un vídeo funciona y otro no?», se pregunta Carles Caparrós.
1.900.000 seguidores en Youtube Toma vídeos y los dobla de una forma tan divertida que cada uno de ellos concentra miles de visualizaciones«El problema no es que decidas marcharte a otro país, sino el mensaje de que España no me ha dado nada»
Sin embargo, en la otra cara de la moneda está Aitana Soriano, una valenciana de apenas 16 años que concentra más de 400.000 seguidores en 'Tik Tok', la red social de moda, sobre todo, en los adolescentes. Tilda como 'hobby' algo que también le ha hecho sumar más de 180.000 seguidores en Instagram. Pero lo tiene claro: «si todos los autónomos hiciesen lo de El Rubius..., dice mientras revela que en su día a día considera que el objetivo es «influenciar de manera positiva».
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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