Instituciones valencianas atesoran más de sesenta piezas de Sorolla

El universal pintor valenciano Joaquín Sorolla sigue triunfando en el circuito artístico internacional. La próxima semana la National Gallery de Londres ofrecerá una retrospectiva que reunirá las obras maestras del autor. Será sólo unos días después del cierre de la sala monográfica dedicada al pintor en el Museo de Bellas Artes de Valencia, acontecimiento que ha despertado la voz de expertos que reclaman una presencia central del artista en la pinacoteca e incluso apuntan que el pintor podría estar mejor representado en la ciudad con la concentración en el Bellas Artes de los más de 60 cuadros que poseen varias instituciones de la Comunitat.

Con el desmantelamiento de la sala, Sorolla ha perdido exclusividad a la hora de mostrarse al público en la ciudad que le vio nacer. Se ha vaciado el espacio para vestir, dentro del San Pío, el nuevo edificio de la V fase -bautizado con el nombre de Pérez Castiel-, resultado de las obras de ampliación finalizadas en 2017. Los óleos de la sala Sorolla, que estuvo abierta al público durante ocho años, se exhibirán en la exposición 'El inicio de la pintura moderna en España: Joaquín Sorolla y su tiempo', cuya inauguración está prevista el martes.

La clausura no tardó en generar reacciones hasta el punto de que el ministro de Cultura, José Guirao, durante su visita a Valencia esta semana, manifestó que no quería «entrar en polémicas» en torno al nuevo tratamiento a Sorolla. Guirao respalda el planteamiento de la pinacoteca.

El ministro habló cuando ya se habían escuchado voces críticas en torno a la atención prestada al pintor en su tierra. Tomás Llorens, exdirector del IVAM y exdirector general de Patrimonio en 1984, hizo hincapié en que el pintor valenciano debe ser figura «central» en el Bellas Artes. El especialista no ve con malos ojos que pueda contemplarse junto a sus contemporáneos, pero considera que el «problema» radica en la gestión del San Pío. El catedrático de Historia del Arte Facundo Tomás lamentó la falta de interés de la Administración por el artista valenciano.

El criterio de Tomás, que fue comisario de la exposición 'Visión de España', advertía de que cualquier iniciativa dirigida a difundir a Joaquín Sorolla no puede separarse de la implicación de la Casa Museo de Madrid. No es la única voz que lo consideró. El experto Felipe Garín en distintas ocasiones ha abogado por la complicidad de los herederos para promover al artista.

Las opiniones en torno a cómo conceder mayor visibilidad al pintor no se circunscriben a la geografía valenciana. Consuelo Luca de Tena, directora de la Casa Museo Sorolla de Madrid, ha dejado claro esta semana en LAS PROVINCIAS que el artista no está mal representado en Valencia, «pero siempre podría estarlo mejor». La especialista remite al Museo de Bellas Artes, espacio que considera suficiente. Pero plantea como camino para mejorar la visibilidad del pintor que inmortalizó las playas de la capital del Turia que en el San Pío «se depositen piezas que están en otras instituciones» de la Comunitat.

Son al menos más de sesenta los cuadros firmados por Sorolla propiedad de distintas instituciones. El Bellas Artes cuenta con una amplia muestra de obras que llevan la firma del valenciano. De la colección del Bellas Artes destacan lienzos como 'La grupa' (1906), 'María convaleciente' (1907), las piezas que forma parte de la colección Orts Bosch, además de una amplia muestra de retratos, entre otras piezas.

La Diputación de Valencia es otra de las instituciones públicas cuyo patrimonio artístico atesora obras del artista. Esta misma semana se ha podido comprobar. El jueves, en medio de la polémica por el cierre de la sala Sorolla del Bellas Artes, la Corporación provincial abrió un nuevo espacio expositivo en la sede de la institución con la muestra 'Tesoros de la Diputación'. Con la propuesta la corporación provincial alardea del peso del artista en su patrimonio. Lo hace con la exhibición de algunas piezas y mediante el protagonismo que les concede en el material divulgativo de la iniciativa. De las paredes de esta nueva sala cuelgan cuatro sorollas, los óleos 'Pescadoras valencianas' ( 1903) y 'Desnudo femenino' (1886 ), además de dos dibujos. La Diputación también es propietaria de 'El Palleter declarando la guerra a Napoleón' ( 1884) o 'El padre Jofre protegiendo a un loco' (1887), óleos que habitualmente visten el Palacio de la Generalitat. El fondo provincial cuenta con más piezas del valenciano, tanto óleos -varios depositados en el Bellas Artes- como dibujos.

El Ayuntamiento de Valencia conserva 'Mi familia' (1901), homenaje a Velázquez para el que el valenciano reunió a los suyos en uno de sus retratos. Entre los lienzos del IVAM hay un sorolla: 'Ráfaga de viento' (1904). Propiedad de Bancaja es 'Triste herencia' (1899), que podrá verse en la muestra de la National Gallery de Londres, 'Al agua' (1908) o 'Retrato de una dama' (1883), entre otros. Es notoria la presencia de Sorolla en la colección Lladró. Una de sus piezas, 'Yo soy el pan de la vida' (1897) se incluyó el año pasado en una muestra en Fundación Bancaja. Entidades como el Círculo de Bellas Artes y la Escuela de Artesanos guardan un sorolla cada uno en sus respectivas colecciones.

Mientras la sala del San Pío cierra y la Diputación muestra algunas de sus joyas, está en punto muerto la cesión de 32 obras de Sorolla del Museo de Bellas Artes de Cuba para exponerlas en Valencia. Lo anunció el Presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en octubre de 2016. En estos momentos la Generalitat asegura que la iniciativa «está en lista de espera».

'Triste herencia' (1899), cuadro propiedad de Bancaja, es la única pintura que se conserva en Valencia que participa en la muestra de más de 60 piezas que la semana que viene se colgarán en la exposición 'Sorolla: el maestro español de la luz' de la National Gallery de Londres. La pieza que aporta Bancaja supuso la consagración internacional del artista. En 1981, fue adquirida por la entonces Caja de Ahorros de Valencia. El título fue sugerido por Blasco Ibáñez y refleja la impresión que causaron a Sorolla los niños enfermos junto a un religioso.