Aspecto actual de la fachada principal del IVAM. J. L. Bort

El IVAM, el museo que nunca crece

El centro de arte cumple 35 años sin ampliarse | El PP creó la 'piel' de los arquitectos japoneses del estudio SANAA, que nunca se hizo, y el Botánic apostó por una nave del Parc Central en Ruzafa, cuyo proyecto se presentó en 2020 del que no hay avances | De la política de Barrera depende el progreso de la institución que dirige Nuria Enguita

Carmen Velasco

Valencia

Jueves, 11 de enero 2024, 00:37

El IVAM cumple 35 años. Un aniversario redondo que debería servir para revalidar la ambición con la que nació la institución artística. Una buena cifra que tendría que servir de estímulo a la política cultural actual. El IVAM depende de la Conselleria de Cultura, en ... manos de Vicente Barrera. Ha habido titulares de Cultura y presidentes del Consell sensibles con el arte contemporáneo, pero la ampliación del IVAM no fue una urgencia cultural. ¿Será Barrera quien logre la ampliación del IVAM? La expansión del centro de Guillem de Castro es casi una maldición. No se materializa nunca. No hay forma.

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Barrera ha rebajado el presupuesto del IVAM un 9,73%: el museo manejará 14,7 millones de euros este año (frente a los 16,3 millones de 2023). Ni el conseller ni ningún alto cargo de la conselleria acudió a la presentación del programa cultural del IVAM para este año, cuando se celebra el 35 aniversario. Fue la directora Nuria Enguita quien ofreció la rueda de prensa sin la presencia de los responsables de Cultura. No ha sido lo habitual en anteriores legislaturas, cuando secretarios autonómicos y consellers asistían a la presentación de la temporada.

El IVAM tiene un futuro abierto con numerosos, quizá demasiados, flecos pendientes. El de su ampliación es uno de ellos y el tiempo se encarga de remarcarlo como una propuesta fallida con independencia del color del partido en el Consell. La primera vez que se habló de la ampliación fue hace más de 20 años. El 19 de febrero de 2003 se presentó oficialmente el proyecto los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa. Se trataba de una estructura que recubría el inmueble dejando pasar la luz y el aire (a través de miles de ojos de buey) y la creación de nuevos espacios. Con esta iniciativa Valencia podría haber tenido un premio Prikzer, pero la idea de los arquitectos del estudio SANAA no prosperó. La 'piel' del IVAM no tomó cuerpo pese a que se expropiaron viviendas donde hoy está un jardin de esculturas o Pati Obert en estado de abandono.

La propuesta de SANAA, que se tasó en 45 millones de euros, se presentó bajo el mandato de Kosme de Barañano, quien fue relevado por Consuelo Císcar en 2004. Durante la gestión de la exdirectora, la ampliación del centro artístico no fue una prioridad. El proyecto arquitectónico, que ganó el León de Oro de Venecia en 2004, coincidió en el tiempo con la apuesta del Consell, entonces presidido por Francisco Camps, por el Palau de les Arts. Los esfuerzos económicos se centraron en el nuevo auditorio. La piel se deshizo.

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Císcar abandonó la institución de Guillén de Castro en 2014 y fue sustituida por José Miguel G. Cortés, que accedió a la dirección tras un concurso público. María José Catalá, cuando era consellera de Cultura, marcó un antes y un después en el IVAM al ser la primera titular en apostar por un concurso público para cubrir la dirección artística. El sucesor de Catalá apostó por otra ampliación: Vicent Marzà apostó por una nave del Parc Central tras intentar una alianza con las Naves y después de una maniobra fallida para 'anexionarse' el MuVIM. El 10 de noviembre de 2020 el político de Compromís apuntó que las obras se ejecutarán en 2022 para que la subsede de Ruzafa «esté en funcionamiento en 2023«. La previsión era inaugurarla en la anterior legislatura.

En aquella rueda de prensa si dijo que el antiguo almacén de estilo modernista albergará un servicio de restauración y dos salas expositivas. También que la explanada exterior se destinaría a proyectos multimedia, acciones de experimentación sonora, audiovisual y de danza, creaciones de gran formato, etcétera.

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Y de todo eso, nada se ha hecho, Marzá cedió el cargó a Raquel Tamarit y la legislatura concluyó. Corresponde al conseller Barrera desbloquear el proyecto, sacarlo adelante tal y como se concibió o, bien, reformularlo. Cada Consell, con independencia del signo político, trata de imprimir su huella cultural. El anterior presidente no fue la excepción. De hecho se le atribuye a Ximo Puig la decisión de haber creado la sede del IVAM en Alcoi e, incluso, barajó un pueblo del interior del Castellón para una segunda delegación pero no prosperó.

En los museos públicos el impuso de los gobernantes es decisivo. Ahora es el turno de Barrera y es él que debe demostrar si el IVAM es una prioridad. Cualquier iniciativa de envergadura cultural necesita del impulso político y apoyo económico para que se materialice. En el caso de la ampliación del IVAM en Valencia han fallado de momento ambas.

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