El IVAM recupera a Pinazo y sigue sin plazos para reabrir la sala de la Muralla y el restaurante

La conversación artística con el espacio público como trasfondo llega al IVAM cuando el museo, de titularidad pública, está a la espera de reabrir las salas y estancias que mantiene meses cerradas y sin fecha señalada para ver su final. Sólo se sabe que el gerente del espacio, Sergi Pérez, espera que «antes de que acabe el año» se haya llegado a la licitación del proyecto que el consejo rector acaba de aprobar. El periodo de ejecución es de seis meses.

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En el caso de que la previsión apuntada por el gerente se cumpla, las obras en la sala de la muralla estarían disponibles a mediados de 2023, cuando ya habrá pasado más de un año desde que el pasado marzo la sala se tuviera que cerrar al verse inundada por las lluvias. El gerente ha reconocido que las obras se ejecutarán con «un componente de incertidumbre» ya que se comportan la actuación sobre un BIC (Bien de Interés Cultural) que «apenas ha sido investigado desde el punto de vista arqueológico». Ante esta circunstancia ha barruntado que las catas arqueológicas «pueden tener cierto nivel de incertidumbre». Así las cosas, los plazos para recuperar ese espacio expositivo se enfrentan a un periodo de «incertidumbre», a un tiempo sin fecha en el calendario.

No es el único asunto que en la agenda del museo se descubre como escollo a salvar. El restaurante del IVAM, uno de los servicios que en la actualidad reclama el público como atractivo añadido a las visitas, sigue cerrado. Se esperaba que ayer, 1 de julio, pudiera reabrir sus puertas. Finalmente no ha sido así. Y el IVAM sigue sin conocer cuándo será posible reactivar el espacio cuya concesión recayó en el cocinero Mascaraque.

Como ya informó LAS PROVINCIAS, la reforma integral del rincón gastronómico fue la causa del cierre. La intervención no ha terminado todavía. Ante esta circunstancia el mes pasado el IVAM avanzó que iba a actuar contra la adjudicataria de las obras porque la duración de las mismas se ha excedido respecto a la «previsión inicial» que señalaba «el final para Navidad», la de 2021. La situación ha llevado al espacio a decidirse por la «imposición de penalidades por incumplimiento muy grave» a la empresa, algo que podría terminar en «la rescisión del contrato y la reclamación de daños y perjuicios por parte del IVAM». Ayer, semanas después de esa primera declaración, el gerente del museo repetía lo mismo. Están estudiando las acciones que pueden adoptar para «penalizar» a la empresa de las obras «si procede». No hay fecha en el calendario.

¿Y el Pati Obert o jardín de las esculturas? Poca novedad más allá de la promesa, sin mayor concreción, de que están trabajando junto con el Ayuntamiento y la Generalitat para llevar a cabo un proyecto que anunciarán pronto. ¿Cuándo? De momento no hay respuesta. Mientras el espacio, concebido como lugar de convivencia ciudadana y experiencia artística, luce sembrado de pintadas y yerbas que crecen a sus anchas.