![Javier Alandes: «Es más fácil ser futbolista de primera que llegar a vivir de la escritura»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/12/20/DAMBin-kwUG-U21010437226272TE-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Javier Alandes: «Es más fácil ser futbolista de primera que llegar a vivir de la escritura»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/12/20/DAMBin-kwUG-U21010437226272TE-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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A Javier Alandes le ha costado mucho encontrar su camino. Anda bastante perdido, o al menos eso es lo que dice. Es un economista que no se dedica a la economía; un formador que, en vez de formar, le cuenta su vida a quienes asisten ... a sus conferencias. A sus cuarenta y nueve años todavía anda perdido, pero lo hace con siete novelas bajo el brazo. Siete novelas que, además, ha escrito en los últimos seis años.
La más reciente es 'La última mirada de Goya', una novela histórica de las de toda la vida. Acción, romance, odio, muerte y, por encima de todo, una trama arrolladoramente verídica: la desaparición del cráneo de Goya. En 1888, con motivo del traslado de los restos del pintor de Burdeos a España, se descubrió algo insólito. El cadáver de Goya, en su sepultura, carecía de cabeza. ¿Qué pasó con el cráneo del genio? ¿Quién se lo llevo y dónde se encuentra?
Alandes da respuesta a estas preguntas a lo largo de un libro largo y absorvente. Hablamos con él sobre las luces y las sombras del pintor, sobre el género histórico, el sector editorial y su trayectoria en el mismo.
-A lo largo de tu novela, ahondas en Goya como un individuo poliédrico, muy bueno en algunos aspectos, pero un total egoísta en otros. Ahora que ya tienes la novela reposada, ¿dirías que era un hombre bueno?
-Diría que Goya era una persona compleja. Muy poca gente es buena o mala en extremo. Como genio, quería pasar a la posteridad. Era un seguidor de Velázquez, y sabía que él pasó a la posteridad con 'Las Meninas', un cuadro que pintó cuatro años antes de morir. Nunca se sabe cuál es el cuadro por el que pasarás a la posteridad, y esa es la certeza que Goya tenía y lo que le hizo dar muchos pasos erróneos en lo personal.
-Has escrito 7 novelas en, más o menos, seis años. ¿Cómo has sido capaz?
-Para escribir una novela no hace falta ser Einstein. Todos podemos ir mejorando poco a poco, de menos a más. Creo que una vez aprendes cómo funciona una historia, todo es más fácil. Y en el fondo todos lo sabemos, porque vemos películas, vamos al teatro y leemos libros todo el rato. Aunque sea de forma inconsciente, lo sabemos.
-¿Y cómo funciona una historia?
Muy sencillo: una persona que tiene un status quo. Me da igual si es un desempleado o un desactivador de bombas. Entonces le ocurre algo que le otorga un objetivo. La historia gira alrededor de si ese objetivo se cumple o no. Cualquier historia funciona así. Personajes ordinarios en situaciones extraordinarias con un objetivo primario.
-En tus novelas te gusta llevar a tus personajes al riesgo extremo, hasta el punto en que prácticamente todos los personajes principales están a punto de morir varias veces a lo largo de la trama . ¿Qué te atrae de narrar el riesgo?
-Yo descubrí que escribo para vivir las aventuras que a mí me habría gustado vivir. Me da la sensación de que la permanencia en un riesgo vital te hace vivir más la vida. O al menos de forma más auténtica. Mis personajes son muy autoconscientes, saben que en cualquier esquina está su destino. Son perseguidos, tienen enemigos... Por eso mismo, saben que el tiempo que les quede es valioso, ya sea para vivirlo, para enamorarse, para lanzarse a una nueva aventura, para arriesgarse... Son estoicos, viven al límite.
-En tus últimas dos novelas también has dado mucho peso al concepto de redención. Canallas que se desintoxican de su maldad gracias a personas buenas que influyen en ellos.
-Como la mayoría, hay cosas que he hecho en la vida por las que siento culpa. No son grandes cosas: conversaciones y gestos que no tuve, te quieros que no dije, besos que no di… Siento que, ahora que tengo 49 años, aunque esas cosas del pasado ya no las puedo cambiar, sí que puedo compensarlas. La vida nos da constantemente oportunidades para compensar cosas que hemos hecho o dejado de hacer. Por eso me gusta que mis personajes, que arrastran muchas cargas, también tengan oportunidades de compensarlas, como en la vida misma.
-En tu novela cuentas cómo Goya pasó de pintar a la casa real entera a despreciarla y tener que exiliarse. Si viviera hoy en día, ¿crees que le gustaría lo que viese o nos despreciaría a todos por haber caído en las garras del capitalismo y la era de la inmediatez?
-Nos despreciaría absolutamente (ríe). Creo que admiraría la capacidad creativa que hemos desarrollado, eso sí. Goya estuvo trabajando hasta el final de su vida, era un innovador en el grabado, en la litografía… Admiraría hasta dónde hemos llegado en términos de creatividad, pero estaría profundamente decepcionado con nosotros como sociedad.
-Llevas tres novelas históricas seguidas sobre pintores: Sorolla, Velázquez y Goya. Con esta cierras el círculo, pero antes también habías escrito novela negra, romántica y fantástica. ¿Qué es lo próximo?
-El concepto 'novela histórica' se me queda muy corto, porque la realidad es que la historia no sujeta una novela ni una trama. La historia sujeta un tratado histórico. Cualquier novela histórica es una amalgama de géneros: es thriller, negra, aventuras, romántica, investigación... En mi próxima novela salgo de la parte histórica para traer la trama al momento actual, pero sigue girando en torno al mundo del arte. No puedo desvelar nada más.
-Una novela con tantos personajes (creo que unos 200), giros inesperados, escrita a tres tiempos, lo que implica tres épocas diferentes sobre las que documentarte… ¿Qué dirías que ha sido lo más difícil de todo el proceso de escritura?
-Lo más difícil ha sido coger ese hecho verídico del cráneo de Goya y ficcionar e inventar argumentos que empastan con los verídicos. La realidad tiene que empastar con la ficción. Diseñarlo todo es muy costoso. Conlleva meses de trabajo.
-¿Cómo ves el género histórico en Valencia?
-No hay una gran cantidad de autores y autoras de histórica en Valencia, pero sí mucha calidad. Opino que la novela histórica es un género muy costoso de escribir, así que, cuando uno empieza, no suele hacerlo por novela histórica, porque es muy trabajoso. Por eso no somos muchos, pero lo que hay aquí en Valencia es muy bueno. También está ocurriendo un fenómeno digno de analizar. Hay autores tradicionales de novela negra que están publicando novela histórica, como Susana Martín Gijón. Muchos, que antes no lo hacían, han dado el salto ahora. Cuando veo que hay autores que se pasan a la histórica pienso que deben estar en un buen momento.
-Es como un síntoma de madurez, ¿no?
-En mi caso, más que madurez fue inconsciencia (ríe). Pero sí que es cierto que cuando te metes en proyectos así es porque has alcanzado cierta madurez en el oficio de ecribir.
-¿Por qué 'La última mirada de Goya' debe ser el regalo de Navidad de los valencianos?
-A la sorpresa del hecho verídico de que el cráneo de Goya no estaba en su tumba, démosle una explicación a través de la aventura clásica, para los lectores de Dumas, de Pérez-Reverte, de Stevenson, Melville, Conrad...
-Has pasado por todos los escalones del sector editorial, desde la autopublicación hasta la publicación con grandes editoriales. Esto te hace conocer muy a fondo el sector que es sumamente precario. ¿Qué le recomendarías a un autor novel que acaba de llegar al mundillo y se ha dado de bruces con eso de que trabajar duro y tener talento, muchas veces, no es suficiente?
-Lo único que está en las manos de alguien que escribe es escribir. No podemos ser presos del anhelo del éxito. Todos los días escucho a algún compañero que me dice que quiere vivir de la escritura. Fantástico, yo también lo quiero. Pero fíjate en esto: si a la cuenta bancaria de un escritor llega un euro por libro y si una persona necesita 2.000 euros (más o menos) para vivir al mes, eso significa que debe vender 24.000 libros al año. Te aseguro que tú vendes 24.000 libros en un año y estás en el top 25 de España. Para vivir con lo justo tienes que ser top 25 en España.
Ahora imaginemos un puesto de trabajo en el que se gane mucho dinero. Jugador de fútbol de Primera División: hay alrededor de 500 en España. Esas 500 personas son millonarias. La conclusión de todo esto es que es más difícil vivir de la escritura que ser futbolista de 1ª división. Eso es lo que le diría a una persona que empieza. No empieces por vivir de esto, sino por disfrutarlo, por contar historias, vivir experiencias, acudir a ferias y librerías, aprender... Y que lo único que está en nuestra mano es persistir, escribir la siguiente, y luego la siguiente…
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