José Saborit: «La poesía debería tener mayor presencia en el sistema educativo»

José Saborit (Valencia, 1960), pintor y poeta habla hoy con LASPROVINCIAS como escritor de versos. Cuando acaba de publicar en Pre-Textos la obra 'Con los ojos de nadie' señala la conveniencia de que la poesía y el resto de la literatura gane presencia en las aulas. En esta conversación Saborit confiesa que la última obra que ha publicado mira «todo lo que se ve cuando levantamos los ojos de las pantallas y los móviles».

–'Con los ojos de nadie', su último poemario, ¿qué cuenta al lector en esta obra?

–Los sustantivos ojos y nadie dan idea de por dónde va la obra. Los ojos son la mirada como forma de dialogar con el mundo y nadie habla de desprenderse de lastre de las expectativas y de recuperar una mirada de asombro, casi como la de un niño, con los ojos desnudos. O lo que decía el poeta Claudio Rodríguez, «la mirada sin dueño». También el poeta Miguel Ángel Velasco hizo suya esa fórmula que obedece al deseo de mirar con los ojos limpios. 'Con los ojos de nadie' viene a ser una variación sobre ese deseo. Lo que mira el libro es todo lo que se ve cuando levantamos los ojos de los móviles y las pantallas. Cada vez más, y con la pandemia todavía más, tenemos la atención como secuestrada. Y levantando la mirada del móvil descubres que hay otras muchas cosas.

–Usted es poeta y también pintor. ¿Es lo mismo?

–Bueno, la mirada del pintor ayuda a ver al poeta y la sensibilidad del poeta favorece al pintor. Pero cuando estoy pintando procuro ser pintor al cien por cien, y cuando escribo poesía ser poeta enuna proporción igual. Sí que hay una misma sensibilidad. Mis cuadros y mis poemas se pueden calificar con adjetivos semejantes.: la lentitud, el sosiego, el vacío, como una forma de meditación; la búsqueda de un contrapunto entre la crispación y la prisa que domina nuestras vidas.

–¿Hay una poética de las redes sociales?

–En las redes, aparte de la crispación, predomina la inmediatez. Y la poesía tiene más que ver con la reflexión y la lentitud. Aparece buena poesía en las redes cuando se comparten poemas. Pero la dinámica de las redes no es la mejor para la poesía que es algo más parecido a la meditación que a la acción apresurada.

–¿Y del coronavirus?

–La poesía es como una esponja que se impregna de lo que va ocurriendo. Unas veces sucede de una manera muy evidente y es una alusión directa, y en otras ocasiones simplemente es un estado de ánimo, una forma de buscar una resistencia íntima. En estas situaciones de dificultad para mantener la calma y el sosiego, la poesía puede ser una tabla a la que agarrarse. Que haya poemas que hablen del coronavirus, sin duda.y los habrá buenos, y no tanto.

–¿Cómo se pueden ganar lectores para el verso, hay alguna fórmula? ¿La sociedad podría hacer algo?

–Mi manera de llegar a los lectores es la claridad en el lenguaje. Procuro utilizar palabras y expresiones al alcance de cualquiera. No hay una fórmula, si en el arte la hubiera no sería arte, sino una empresa, una producción. La poesía es casi siempre religiosa en el sentido de religarse con el misterio. La poesía celebra el misterio de la vida.

–Algunos poetas han hablado de que la poesía debería tener mayor presencia en el sistema educativo. ¿Qué opina?

–Por supuesto, eso también. Primero, que la poesía sea transparente, clara, que se entienda y sea accesible. Pero el papel de la educación es fundamental. En los colegios e institutos casi se ha sustituido la literatura por la lengua. Estudian sintaxis, gramática y todo tipo de análisis, pero apenas leen. Apenas se promueve el placer de leer. Y dando más valor a la poesía y a literatura se alcanzan competencias lingüísticas mayores que estudiando lengua.