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Escultura de Antonio Marí en los jardines del Turia. Damián Torres
Juego de niños en el arte

Juego de niños en el arte

Obras de Sorolla, Pinazo, Jarque, Boix y diseñadores valencianos retratan el sueño de la infancia | Museos y espacios al aire libre muestran escenas y objetos relacionados con el entretenimiento que enriquecen el patrimonio cultural

Laura Garcés

Valencia

Domingo, 5 de enero 2020, 14:40

La de hoy es una noche mágica. Está anunciada la llegada de los Reyes Magos. Nada ni nadie detendrá la visita a los niños para entregarles los juguetes que pidieron en sus inocentes cartas. Y mañana el juego y el juguete serán banderas de la jornada haciendo realidad un sueño ante el que la creatividad artística, a lo largo de la historia, no ha podido resistirse. Juguetes, y escenas con el juego infantil como protagonista -en la calle o junto al mar como espacios naturales idóneos para la diversión-, aparecen en no pocas obras que recorren todos los ámbitos de la creación. La impronta de Ignacio Pinazo, Joaquín Sorolla, Mariano Benlliure, Manuel Boix, Francesc Jarque, diseñadores como Manuel Bañó o Gabriel Songel han dejado interesantes muestras de la actividad preferida de los niños convertida en arte, en salas de exposiciones y también en la calle.

En el recorrido por las obras en las que juego y arte se dan la mano salta a la vista el pintor Ignacio Pinazo, «el principal retratista infantil de Europa», apunta el catedrático y experto en la obra del pintor de Godella Javier Pérez Rojas. El profesor ya lo dijo años atrás con motivo de la exposición que el IVAM dedicó a esta faceta del artista valenciano.

Pérez Rojas destaca que Pinazo prestó mucha atención a sus hijos y a sus nietas. De ahí que se puedan encontrar no pocos ejemplos de cuadros en los que el juego o los juguetes son protagonistas. Habla de la «magia» de la infancia que recoge en obras como 'Niño con pompas de jabón'. El museo del Prado conserva 'Niña con muñeca', óleo que, según la pinacoteca, regala una atmósfera intimista que presenta a la pequeña sentada con sus juguetes: una muñeca y una pandereta.

El cuadro 'Niña con muñeca' de Pinazo, que se conserva en El Prado. LP

También Joaquín Sorolla detuvo la mirada en este territorio de la vida. El profesor Facundo Tomás cita al pintor de la luz apuntando que en su obra la representación del juego «también fue preferente». Basta recorrer la mirada por los lienzos para encontrar más de un ejemplo de niños distraídos en la playa o esa pintura en la que Sorolla recoge a una niña, su hija Elena, saltando a la comba. El cuadro -que conserva el Museo Sorolla de Madrid- es de 1907, cuando la familia veraneaba en La Granja de San Ildefonso, según la información del museo. Elena no es la única que juega en el cuadro, otras pequeñas quedan retratadas correteando en torno a un estanque.

Y es que el agua constituye uno de los mayores atractivos para los pequeños erigiéndose en elemento de juego, universo ante el que también se ha detenido el arte. De la mano de Mariano Benlliure nació la 'Fuente de los niños', trabajo que se puede contemplar en la plaza del Carmen de valencia. La pieza, como explica el profesor Tomás, es una copia a partir del original del artista y presenta «a un grupo de bebés jugando» mientras contemplan cómo uno de ellos cae al agua. En el patio del Museo de Bellas Artes se conserva otro ejemplar de este trabajo del escultor. Ya en los últimos tiempos otra fuente -nacida de la creatividad de Manuel Boix- fija la mirada en este tema. El artista de l'Alcúdia es autor de una fuente con niños jugando como protagonistas, obra que se encuentra en Albalat de la Ribera, como confirma la página digital del Ayuntamiento de la localidad.

Una foto de Francesc Jarque que se muestra en el Museo de Etnología. LP

Estas aportaciones de Benlliure y de Boix son ejemplos de cómo el arte ocupa la calle, experiencia creativa de la que se encuentra otra muestra en el jardín del Turia. Allí, en el antiguo lecho del río, se descubre 'El corro de la patata', escultura de hierro forjado con la que el artista de Xàbia Antonio Marí Sart. La pieza llegó a este lugar el pasado febrero como donación de la Fundación Valenciana de Pediatría, que preside el doctor Carlos Paredes, quien destaca que se trata de una obra «homenaje a la infancia», además de que encierra una «reivindicación del juego al aire libre».

En ese hábitat jugaban los niños que llevaron al fotógrafo Francesc Jarque a disparar su cámara inmortalizando en los años 70 del pasado siglo una imagen ya hoy inexistente en la ciudad y que formó parte de la exposición que se inauguró en junio en el Museo Valenciano de Etnología para cerrar en septiembre, pero se ha prorrogado hasta el 2 de febrero.

No se pueden abandonar los museos para comprender la dimensión de la relación entre el arte y el juego en Valencia. El Museo Nacional de Cerámica González Martí posee una colección -no visitable- de muñecas de porcelana que describe la fuerza artística de este juguete. Elvira Mas, miembro de la asociación de amigos de este museo, coleccionista y conocedora de muñecas de porcelana, explica que hay unas 24 piezas de «entre mediados del siglo XIX hasta los años treinta del XX». Su contemplación ofrece la posibilidad de conocer la trayectoria de este juguete de factura, sobre todo, francesa y alemana.

Lienzo de Sorolla que se conserva en la Casa Museo del artista en Madrid. LP

Y año tras año la tradición en torno al juguete se ha mantenido hasta poder ver hoy que sueños de lata, plástico o cartón convertidos en cocinitas, trenes, caballitos o muñecas han llegado hasta espacios de exposición. Lo demuestran las obras ya mencionadas, y también iniciativas como la que hasta el día 12 acoge la sala de la Escribanía del Palau de la Generalitat. Bajo el título 'La fábrica de somnis. 100 joguets dels anys 20 a 60 del Museu Valencià del Joguet d'Ibi' se descubre la huella de quienes concibieron esos objetos tan preciados por los más pequeños para plasmar su creativa mirada a la infancia.

En un territorio donde tiene mucho que decir el diseño valenciano, una de las grandes apuestas creativas del siglo XXI. Javier Calvo, diseñador y director de Valencia Capital Mundial del Diseño, tiene muy claro que la industria juguetera de la Comunitat ha sido un amplio campo «para el diseño industrial, gráfico y de publicidad». Calvo menciona el nombre de diseñadores como Manuel Bañó por sus aportación a conocidas marcas jugueteras y asegura que «la Comunitat podría considerarse el escenario donde se ha generado el imaginario navideño alrededor del juguete y de ello no hemos hecho bandera». Lamenta el desaprovechamiento de esa fuerza creativa que tal vez llevó a que la conocida voz «me lo pido» sea casi un himno universal en torno al juego y al juguete.

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