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Julián Quirós, director del diario ABC. LP

Julián Quirós: «Hasta la poesía está en peligro con el dominio de Google»

El director del diario ABC, exdirector de LAS PROVINCIAS, presenta este viernes en Valencia el poemario 'Hasta que Google nos alcance' I Con su segunda obra el periodista se sirve de los versos para alzar la voz ante los riesgos de que la digitalización ejecute «el borrado de nuestra memoria»

Laura Garcés

Valencia

Miércoles, 26 de febrero 2025, 01:11

El periodista Julián Quirós, director del diario ABC, al que llegó tras dirigir LAS PROVINCIAS, ha vuelto a empuñar la pluma poética y ha dado ... a los lectores su segundo poemario: 'Hasta que Google nos alcance'. Es la voz de quien no desea que le borren la vida, de quien no está dispuesto a consentir que en nombre de las bondades -que reconoce que tiene muchas- de la digitalización le reescriban el propìo mpasado o le conduzcan a resetear la experiencia individual que es también la colectiva, la de muchos. El libro que tiene a Google en el título y en el fondo advierte de los riesgos que puede desencadenar la fuerza de la digitalización desde el punto de vista del dominio. Pensamientos y reflexiones de la actualidad con lenguaje poético y trufados de optimismo, de esperanza en que todavía no esté todo perdido. Julián Quirós regresa a Valencia con el poemnario bajo el brazo este viernes 28 de febrero. A las 19 horas presentará sus últimos versos en el Casino de Agricultura.

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-¿Qué quiere contar con su segundo poemario, con 'Antes de que Google nos alcance?

-Estamos ante dos mundos que se juntan y me pareció sugestivo contar el que habíamos vivido hasta ayer y el que ha irrumpido de manera muy rápida: el mundo, no de la tecnología, sino el de la digitalización que tanto nos ha cambiado. En muchos aspectos nos ha mejorado pero comporta riesgos enormes desde el punto de vista del dominio. Hasta ahora la humanidad ha dominado la tecnología salvo en episodios concretos y la reflexión es si esto dejaría de ser episódico y de repente todo el conocimiento que hemos desatado puede ejercer en nosotros -ya lo está haciendo- el borrado de nuestra memoria. Es muy significativo cómo después de la brutal tragedia de la dana, la gente lo que más lamentaba era perder son las fotos, las cartas, los recuerdos. Por eso me he propuesto escribir sobre eso porque creo que no sólo es una técnica, sino que esa fuerza también está aliada con la ideología dominante. Es evidente. Hemos visto en muchas ocasiones cómo de repente deja de tener reputación una parte notable de la vida que teníamos. Nos reescriben y nos piden que nosotros mismos hagamos un reseteado.

-En este asunto observo, no sé si lo veo bien, un ejercicio de reivindicación de la humanidad frente a la deshumanización y del valor de la individualidad frente al pensamiento único.

-Sí, sí. Creo que sí.

-Suena a que lo ha copiado del periodismo. ¿Dónde está la barrera entre el periodista y el poeta en este libro?

-He recurrido al lenguaje poético para abordar uno de los grandes temas de nuestro tiempo, es verdad. Me parecía que con el lenguaje poético podía generar emociones e ideas más intensas que con el periodismo puro o con el ensayo. Eso está ahí, hay unos recuerdos generacionales, que no son en singular, de la vida que hemos conocido hasta hace veinte años.

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-¿Hay poesía en Google?

-Otros quizás tendrán que descubrirlo. Advierto que hasta la poesía está en peligro con el dominio de Google. Es verdad que el poemario, al menos el título, conserva la esperanza. Si estamos en 'Antes de que Google nos alcance', cuando en el fondo nos ha alcanzado ya, es porque tenemos la expectativa de que todavía podemos hacer algo. Me cuesta creer en el algoritmo en torno al mundo poético, lo veo más como una fuerza devastadora por su capacidad para imprimir cambios en la vida de la gente.

-¿Y si nos alcanza, qué?

-Google por definición podrá ser una obra humana, pero no es un producto humano. El riesgo efectivamente es la deshumanización. Hemos forjado civilizaciones, sobre todo la occidental y otras más antiguas que se han basado sobre pilares que no tienen nada que ver con los que ahora llegan, básicamente con el sentido individual y el de la comunidad y la cooperación. Esas son las cosas de las que escribo. La individualidad pesaba mucho, pero había también un alto instinto colaborativo, la gente necesitaba ayudarse para seguir adelante. Esto no es de ganar o perder, sino de ciertas derrotas parciales que podemos tener y, sobre todo, el uso de una tecnología tan bestial, tan formidable, para controlar a la sociedad. No tengo una visión catastrofista de la tecnología, en muchos aspectos nos ha mejorado, pero toda tecnología tiene un uso bueno y malo. He querido poner de relieve los peligros.

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-Ha dicho que no busca una nostalgia estéril, pero hay algunos poemas preciosos que refieren la vida rural en esta sociedad que tiene muy olvidado ese universo.

-Es la vida que tuvimos. No lo reivindico como paraíso perdido. Creo que hago unos registros en los que se ven luces y sombras. No era un mundo idílico, ni muchísimo menos, pero fue nuestra vida y tenemos derecho no sólo a que no nos la borren, sino también a que no nos la reinventen y llegue un momento en el que no tengamos conciencia de cómo eran las cosas. Fue nuestra vida y es un derecho fundamental conservar y preservar la memoria de lo que nos pasó, nos gustara o no.

-Me gustan mucho los poemas 'Jueves Santo' y las oraciones.

-Son una especie de plegarias laicas con las que intento expresar, más allá de la fe o no -asunto en lo que no entra-, el sentido de la trascendencia que tenía el individuo y las comunidades. Es reescribir oraciones desde una perspectiva trascendente que no tiene que estar vinculada con cualquier fe, en este caso la Católica. Creo que el sentido de la elevación y la conciencia es lo que nos significa por encima de todo. Y verdaderamente esa esfera más íntima es la que en mayor peligro está con la digitalización, más allá de los hechos prosaicos. Son poemas al modo de plegarias que en el fondo mantienen cierto optimismo vital, sin exageraciones, pero manteniendo la fe en que quizás podamos sortear los riesgos que nos vienen.

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-El poeta no ha perdido la esperanza.

-No, no. Sabes que soy optimista, aunque cada vez más realista en función de las dificultades que son muchísimas. Pero ser consciente de la gravedad de la situación y de nuestros límites no tiene que estar reñido con un fondo de esperanza al menos para pelear.

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