El Palau de la Música se cerró en julio de 2019. La caída de los techos en la sala Iturbi (noviembre 2018) y después en ... la Rodrigo (junio de 2019) alertó del mal estado del edificio. Una falta de mantenimiento que se solucionó de la forma más lesiva para el aficionado musical y la oferta cultural de la ciudad: el cierre de las instalaciones. No se optó por una reforma escalonada en el inmueble, sino por la clausura total.
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La rehabilitación del Palau asciende a 11,4 millones de euros. Las obras comenzaron el pasado abril y previsiblemente concluirán en la primavera de este año. Si se cumple la previsión, el Palau estará fuera de juego cuatro años. ¿Cuánto tardó en construirse? Menos, exactamente, tres años. El Ministerio de Cultura firmó la operación en 1984 y se inauguró en abril de 1987. Hace 30 años estaba todo por hacer y ahora es trabajar sobre un edificio construido (las obras de ampliación de 2002 fue cuestión de meses y obligó a trasladar la programación).
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La rehabilitación actual se acomete a priori para mejorar las salas de música pero incluye todo tipo de mejoras. Con el presupuesto en la mano, el grueso de la inversión se lo come el acristalamiento del vestíbulo, que asciende a 3.069.310 euros. Es la partida más cara de una intervención que también incide en la fachada, concretamente, se están cambiando las placas de piedra natural exteriores. Los aplacados ascienden a 607.903 euros.
Para los falsos techos, se destina 1.055.933 millones (674.443 euros para la Iturbi y el resto para la sala Rodrigo). Aparte hay que incluir la cimbra (estructura auxiliar que sirve para sostener provisionalmente el peso de un arco o bóveda), que tiene un coste de 1.044.726 euros. Los pavimentos de las salas ascienden a 491.005 euros (382.624 euros para la sala Iturbi y el resto para la Rodrigo).
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Otra de las partidas más elevadas de la reforma del Palau es la correspondiente a las instalaciones, que asciende a 1.513.931 euros. En esta partida figuran equipos, conductos, adecuación contra incendios y las placas fotovoltaicas (95.240 euros).
Cuando todas las obras se acometan, el Palau estará adaptado al siglo XXI, como anunció Glòria Tello, la presidenta de la institución musical, en la rueda de prensa de julio de 2019 en la que dio cuenta de la reforma. «Vamos a tener un Palau nuevo», dijo entonces el director del audiotorio municipal, Vicent Ros. Ese «Palau nuevo» entrará en funcionamiento cuatro años después del cierre, periodo en el que no ha registrado una sangría de abonados que conlleva una pérdida de prestigio.
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El Ayuntamiento priorizó el edificio a costa de sacrificar la programación (trasladándola a diversos escenarios, como Les Arts, la Rambleta, el Almudín y el teatro Principal, entre otros), como consecuencia se ha registrado una fuga de abonados sin precedentes. El ejercicio 2022-2023, según fuentes del auditorio, se está desarrollando con 706 abonados. La cifra es mejor la del ejercicio anterior: en la temporada 2021-2022 los abonados se situaron en 622. Fue el año en el que el Palau renunció a la contratación de orquestas internacionales, algo que Ros vinculó a la pandemia. Esta no es la cifra más baja. El peor dato de público fiel se registró en la temporada 2020-2021 en la que sólo 495 personas compraron el pase.
El último año del PP al frente del Ayuntamiento de Valencia dejó un saldo de abonados de 1.039 para la temporada 2014-2015 del Palau de la Música. El mejor año bajo mandato del tripartito fue la del 2017-2018 con 1.203 personas con pase. Eso sí, fue en esta temporada cuando se introdujo 'miniabonos' y se cambió el sistema de venta.
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El alcance de la errática gestión de la institución municipal no sólo se computa con la pérdida de público. Al no disponer de edificio, el Palau no puede alquilar las salas para congresos, reuniones y conciertos externos, algo que acarrea importantes pérdidas económicas.
En las dos últimas legislaturas, el Palau ha sufrido todo tipo de desastres: se cayeron dos techos, desapareció una mochila con 5.000 euros de recaudación, se cerró el edificio por mal estado para acometer una reforma, se vació de programación, se impugnó el nombramiento del director Vicent Ros -que obligó a repetir el proceso-, ha sufrido inundaciones, registra una fuga de abonados....
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En este escenario el Palau se dispone a celebrar los 80 años de la Orquesta de Valencia (OV). La formación llega a una edad redonda que no podrá festejar en casa. Como en temporadas anteriores, la orquesta deambula por otros escenarios de la capital del Turia como Les Arts y el teatro Principal.
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