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La librería Somnis de Paper de Benetússer se ha reinventado en un puesto de carnicería del mercado municipal. Txema Rodríguez
Una librería en una carnicería o cómo salvar la campaña de Navidad

Una librería en una carnicería o cómo salvar la campaña de Navidad

Un puesto del mercado municipal reconvertido en punto de venta de lecturas, una 'influencer' que apoya a los establecimientos damnificados, proveedores que distribuyen los ejemplares, una feria de editoriales valencianas y el mercado 'on line', iniciativas de los negocios arrasados por la dana para salvar la campaña

Laura Garcés

Valencia

Sábado, 14 de diciembre 2024, 02:17

Una librería en el antiguo puesto de una carnicería del mercado de Benetússer, las recomendaciones de una 'influencer', una especial agitación de las redes sociales que ha disparado la demanda de ejemplares, la presentación de un título, una megalibrería extraordinaria en el MuVIM y el ofrecimiento de los proveedores para ser ella la que directamente entrega los encargos. El universo valenciano del negro sobre blanco no se da por vencido. La dana no le doblega. Libra con valentía la batalla por despegarse de la losa del barro.

Todos los sectores implicados se han aliado con la imaginación para ofrecer iniciativas para afrontar la inminente campaña de Navidad, temporada reina para comerciar con lecturas. Están convencidos de que no está todo perdido, aunque no faltan voces más pesimistas. Pero muchos conservan la esperanza de la salvación envueltos en la proclama 'Por Navidad, regala libros'. Unos y otros reman en la misma dirección: mantener vivo el placer de leer. Y ahí están libreros, editores y distribuidores porque a todos ha alcanzado el mal.

La librería Somnis de paper, de Benetússer, resultó completamente arrasada la noche del 29 de octubre. El local quedó irrecuperable. En medio del desastre los fondos desaparecieron, pero se encendió una luz. El Ayuntamiento de la localidad ofreció a varios comercios los puestos del mercado municipal que tenía desocupados. Y así es como una antigua carnicería alicatada en blanco, con mostradores de acero, vitrinas que un día fueron refrigeradores y rótulos de letras rojas y negras ha hecho de la carne libros. Trabajan con los fondos que han podido salvar y los pedidos online «que llegan de toda España», como apunta Jorge Cabezas, –el responsable de Somnis– les están dando mucha fuerza. «Llegan pedidos desde Madrid, Barcelona, Las Palmas, Ibiza…». Muchos han decidido regalar lecturas en Navidad y qué mejor que lleguen paquetes de los pueblos de la dana.

En ese camino hacia la recuperación, Mako Sánchez, la propietaria de la librería La casa del papel de Algemesí, se ha encontrado con una especie de 'ángel'. Es un 'ángel' del siglo XXI, en realidad se trata de una 'influencer' que «se implicó en el proyecto 'Adopta un comercio'» y escogió la librería más antigua de Algemesí para echarle un cable. «Es Blondie Muser y nos ha dado visibilidad». Ella ha mostrado en vídeos, imágenes de cómo era y cómo ha quedado este entrañable establecimiento de la Ribera. La intervención de Blondie, según el relato de Mako, ha abierto una cadena de solidaridad que ha disparado su mercado online, como le ha sucedido a Jorge Cabezas. Además, Mako, que se ha quedado con el local impracticable y ante la dificultad de encontrar profesionales para las obras, ha descubierto otro 'ángel': «Tengo proveedores que sirven directamente al cliente los encargos que recibo a través de la web y de las redes sociales».

Compradores en la propuesta de 'Librería extraordinaria' del MuVIM. Paula Hernández

La venta online ha sido clave. Incluso establecimientos que ya han podido reabrir han encontrado en este modelo un aliado imprescindible y la respuesta ha sido tal «que no damos abasto», asegura Enri Polo, quien junto a Laura Paredes, regenta Samaruc en Algemesí. «El Gremi de Llibrers dio a conocer a través de sus redes los establecimientos que sufrimos la dana» y así se desencadenó la corriente de solidaridad que ha cuajado en un buen puñado de pedidos que remiten a través de Correos. También la venta directa ha vivido buenos momentos. En Paiporta la librería Passarella lanzó una iniciativa la semana pasada con la presencia de la escritora Carmen Amoraga, de Picanya, «y se vendieron hasta los ladrillos», apunta Manuel Gil, propietario del sello editorial Vincle y director de la Fira del Llibre. En la misma localidad, como ha sucedido en otras, hay libreros que han apostado por el cese de actividad durante unos meses sin que signifique el abandono de la aventura de vender historias de papel.

Arantxa Carceller y Eva Vázquez, de la librería Moixeranga de Paiporta, tienen previsto retomar la actividad en febrero «con el lanzamiento de la web. Y entre marzo y abril reabrir el local». Ya han superado otras dificultades y el mismo día de la tragedia estaban celebrando que por fin empezaban a recuperarse del parón que sufrieron en 2023 por unas obras en la plaza donde se encontraban. Quién les iba a decir lo que ocurriría horas más tarde. No están cansadas, acometerán la «reforma integral» que requiere el local arrasado y volverán a subir la persiana.

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La imaginación no sólo se ha activado de manera individual y en cada establecimiento. Las acciones colectivas están siendo otra baza en la batalla por ganar la Navidad para finalmente vencer en la guerra del barro que se ha filtrado en once casas de venta de lecturas y en cincuenta y cuatro editoriales, además de ocasionar cuantiosos daños a las distribuidoras.

El jueves de esta semana tuvo lugar una acción de las que demuestran la unidad con la que se implicaron las tres patas del sector librero. El MuVIm, que actúo como cooperador necesario al ceder su espacio, convirtió su salón de actos en ùna 'Librería extraordinaria', un gran establecimiento al que 30 editoriales valencianas aportaron 150 títulos que los establecimientos «que se quedaron sin punto de venta» vendían desde las mesas habilitadas como mostradores; soplo de aire fresco en vísperas de las fiestas. El distribuidor Sendra Marcos fue otro de los imprescindibles en una cita convertida en invitación a regalar páginas impresas donde LAS PROVINCIAS pudo escuchar a convencidos de la salvación y de la condena.

«No creo que vaya a ser la peor Navidad si conseguimos que en las fiestas se regalen libros y si, además son valencianos». Fueron las palabras de Manuel Gil, quien insistió en que «se han arrasado las librerías y los fondos, pero no estás muerto si tienes un punto online». Sin embargo, el distribuidor Gabriel Sendra consideraba que «la campaña de Navidad está perdida».

En medio de ese yin y yang, los afectados se agarran a la próxima semana como acicate después de un noviembre que no ha sido negro sólo para los negocios damnificados, también para el resto porque las ventas se enfriaron en toda la Comunitat; la incertidumbre es mala compañera. «Para el 15 de diciembre, ya más cerca de las fiestas, esperamos que empiecen a recuperarse las ventas, y sobre todo para Reyes», apuntaba Toni Sabater, editor de Drassana, sello que perdió unos diez mil libros, pero pudo salvar 'La promesa dels divendres', la última obra de su autor estrella, Rafa Lahuerta. «Lo vamos a presentar el día 17 de diciembre» , claro ejemplo de continuidad, certificación del ' milagro' que supuso que la furgoneta que llevaba los ejemplares no pudiera llegar al que habría sido un destino fatal.

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Uno a uno y todos juntos están entregados en sacar adelante la campaña navideña para seguir. En la lid, el Gremi de Llibrers, está jugando un papel esencial. No sólo se ha encargado de dar visibilidad a los afectados y de participar en la 'Librería extraordinaria' del MuVIM. El Gremi abrió «una cuenta para recibir donativos que ya lleva recaudados 65.000 euros de donantes anónimos entre los que hay escritores», relata Juan Pedro Font de Mora, presidente del Gremi.

Ese dinero se repartirá entre las librerías, y además, el 20 de diciembre en el ámbito de 'La plaça del llibre' se presentará en La Nau 'Renàixer del fang', obra escrita por varios autores con portada de la ilustradora Cristina Durán. Y aunque no está definido, ya se sabe que la Fira del Llibre 2025 será especial. Trabajan a meses vista. No bajan la guardia.

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