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rebeca ruiz
Martes, 14 de julio 2015, 19:40
Después de La memoria del agua (2009) y Que el tiempo nos encuentre (2013), Teresa Viejo, que visitó ayer Valencia, relata en Mientras llueva (Espasa) la historia de Alma Gamboa, una mujer adelantada a su tiempo que viajará al norte para desentrañar los misterios enterrados de su familia.
-Ha tenido que llegar esta tercera novela para que finalmente se considere escritora, ¿por qué ahora y no antes?
-Soy muy respetuosa y tengo un enorme pudor a adjudicarme ese concepto como si fuera único. Ahora ya sí que me lo tengo que creer, pero todavía sigo poniendo aquello de Teresa Viejo, periodista y escritora.
-Esta novela es 100% inventada, ¿cómo ha sido la experiencia de partir de cero?
- Con esta historia he sido más libre y me lo he pasado mejor, aunque eso no quita que con las otras no disfrutara. Cuando estás anclado a la realidad al mismo tiempo tienes una servidumbre; hay algo que pasó y no te puedes escapar.
-¿Le ha costado separarse más de estos personajes?
-Yo quiero a mis personajes y me acompañan mucho tiempo. Cuando se publica la novela trato de soltarles pero es algo que cuesta.
-¿Y qué es lo que distingue a Alma de Aurora o Amada, tus anteriores protagonistas?
-Si quiero mucho a Alma es porque ella es más imperfecta que las demás, es más humana. Es un personaje absolutamente contemporáneo. Los debates que tiene en su vida se los plantea cualquier mujer.
-¿Ese perfil de mujer fuerte e independiente, adelantada a su época no le recuerda a personajes como Sira Quiroga de El tiempo entre costuras?
- Alma me recuerda más a Jane Eyre. He crecido con esos personajes femeninos y han sido mis referentes. Me recuerda a la señora de Winter cuando llega a Manderley, la protagonista de Rebeca, de Daphne du Maurier. Las referencias siempre están ahí, es algo que te construye.
-Pero el ambiente de Malpaís recuerda más a la Vetusta de La Regenta.
-Hay una escena en la que Alma está en una procesión que cuando la escribí me recordó inmediatamente a Vetusta. Pero no lo freno, las dos viven esa sensación de sociedad opresiva, de sentirse observada todo el tiempo.
-¿Por qué ambientar la novela en los años cuarenta?
-La iconografía. Cierro los ojos y veo. Visualmente, me recuerda a todo el cine que he visto.
-La lluvia también es un elemento visual muy presente en la novela.
-Es otro personaje más. La lluvia para Alma es esa cortina transparente que le impide salir, algo claustrofóbico, angustioso, aunque al mismo tiempo es regeneradora.
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