En pleno siglo XXI se discute la relevancia de la figura del valenciano más universal: Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 29 de enero de 1867-Menton, Francia, 28 de enero de 1928). El conflicto abierto entre sus descendientes y el Ayuntamiento de Valencia por la propiedad del legado del escritor ha puesto de relieve la ausencia de voces políticas que reivindiquen su patrimonio ideológico y literario. «Es un personaje incómodo», sostienen los expertos, quienes destacan que la «personalidad poliédrica» del político, periodista y editor además de republicano, liberal, anticlerical, antinacionalista pero defensor de una Valencia englobada dentro de la unidad de España ha incomodado tanto a la derecha como a la izquierda. Esta misma semana, el director de la casa-museo Blasco Ibáñez, Emilio Sales, se lamentaba en LAS PROVINCIAS que muchos de los gobernantes que hablan sobre el novelista ni siquiera lo han leído. Los especialistas coinciden en esta premisa y lamentan la falta de implicación del poder por mantener vivo su legado.
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Fernando Millán. Presidente de la Asociación Blasco Ibáñez
«La soledad de los blasquistas es absoluta», sostiene con tristeza el presidente de la Asociación Blasco Ibáñez, Fernando Millán. El investigador es uno de los defensores más vehementes de la figura del literato, «uno de los personajes que trascienden al paso del tiempo». Millán argumenta que su figura «es desagradable para el poder». «Ha sido odiado por la clase política. Blasco es el primer valencianista, pero no catalanista. Es el personaje que más ha defendido Valencia en todo el mundo», asevera. «No se puede disociar al político del escritor. Y el poder no entiende algo tan elemental como que uno pueda ser republicano y, a la vez, defensor de una España unida», manifiesta. Millán asegura que es incómodo tanto para la derecha, «ya que era anticlerical y abogaba por una sociedad laica», y también para la izquierda, «porque no cruzó la línea del partido socialista y siempre se mostró en contra del anarquismo».
Miquel Nadal. Escritor
El escritor y especialista en Blasco Ibáñez Miquel Nadal defiende la importancia de Vicente Blasco Ibáñez con un ejemplo muy concreto. «El otro día buscaba imágenes en la página web del Congreso de EE UU y me di cuenta que del único español del que había instantáneas era Blasco Ibáñez. Eso dice mucho de la categoría intelectual y relevancia que tenía el novelista», asegura. Para este autor, «Blasco tiene una personalidad tan poliédrica, con tantos matices, que intentar clasificarlo lo hace incómodo para muchos políticos». Es más, Nadal afirma que «hay cierta alergia en el nacionalismo a su figura, aunque hay iniciativas recientes que intentan remediar este hecho», dice. Aún así, «a Blasco no se le puede reducir sólo a la lengua con la que escribía». «Nadie, ningún partido, lo ha tomado como referencia. El poder «no puede elegir sólo los referentes que le sean cómodos», narra. Y prosigue: «No es digno de una sociedad avanzada y moderna seleccionar a sus figuras relevantes como si de un 'Operación Triunfo se tratara», dice.
Rosa María Rodríguez Magda. Exdirectora de la casa-museo
La exdirectora de la casa-museo del literato, Rosa María Rodríguez Magda se queda con el «cariño y respeto que despierta Blasco Ibáñez en la sociedad». «No tanto en los políticos», dice. Aunque, afirma, «ha sido menos reconocido por la izquierda porque no les servía, escribió muy poco en valenciano, apenas sus primeras novelas». Para Rodríguez Magda, la figura del autor de 'Entre naranjos' «se debería potenciar mucho más» y, cuenta, «es necesario que se le reconozca a nivel académico». «Hasta tal punto está vigente, pese a la inoperancia de los políticos, que es el autor más vendido y traducido en China. Eso es muy indicativo», asevera la especialista.
Facundo Tomás. Catedrático de Historia del Arte
«La izquierda siente vergüenza de un valenciano que escribe en castellano». Las palabras pertenecen al catedrático de Historia del Arte Facundo Tomás. En opinión de este especialista en Blasco Ibáñez, la relevancia del autor de 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis' es «incómoda para todos». «No había que leerlo. El comunismo, por ejemplo, no soportaba al Blasco del pueblo», sostiene antes de afirmar que «habría que darle muchos más homenajes y no sólo celebrar el Año Blasco». «Simboliza el espíritu valenciano por excelencia, es una figura clave pero en esta tierra hasta la izquierda desprecia las Fallas», manifiesta antes de aseverar que «es el más traducido junto con Lorca».
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César Marí Soucase. Profesor de Derecho en la Universitat de València
El profesor de Derecho César Marí Soucase fue el impulsor de la recogida de firmas para mantener el legado del escritor en Valencia. Afirma que a Blasco «no se le ha introducido en los temarios de Secundaria» y las «instituciones no le aprecian». «No se le puede penalizar por creer que las fronteras son tonterías pero siempre puso por delante a su tierra», asevera. Para este experto, «representa un tipo de política republicana, anticlerical e internacionalista que a los actuales políticos no les viene bien». «Es un personaje con sus luces y sombras, que molesta, y al que no se le ha perdonado el éxito», opina. Asimismo, insiste en que «ningún partido político lo ha reivindicado nunca». «Pero a Blasco Ibáñez hay que leerlo sin prejuicios. Es multifacético. Además, hizo la gran aventura de filmar su propia vida», concluye.
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