Borrar
Urgente El Cupón Diario de la ONCE del lunes entrega un premio de 500.000 euros a un único afortunado
Borja Sémper Ignacio Pérez
Borja Sémper: «Me empieza a pesar la etiqueta de expolítico»

Borja Sémper: «Me empieza a pesar la etiqueta de expolítico»

«El discurso público cada vez expulsa más la duda, la reflexión. Nos deja huérfanos a muchos que no queremos vivir enfadados»

teresa abajo

Domingo, 20 de junio 2021, 00:32

A Borja Sémper (Irún, 1976) la pandemia le pilló «aterrizando» en su nueva vida en Madrid, después de dejar la política a la que dedicó 25 años en las filas del PP vasco. Ahora trabaja en una consultora e intenta pasar más tiempo con su familia sin descuidar otras facetas. Acaba de publicar 'Cosas que pasan' (Espasa), un poemario en el que habla de amor y desamor, de lo que supone «nacer en la frontera» y vivir «en Madrid y en provincias».

-¿Le presento como expolítico o esa condición nunca se pierde?

-¿Sabes que yo he sido incapaz de responderme a esa pregunta? Si te soy sincero, me empieza a pesar la etiqueta de expolítico. Es una vida de la que no reniego, pero que me apetece superar del todo. Creo que abandonar la política es como dejar una relación con una persona de la que todavía estás enamorado, pero ya no funciona. Lo tengo que hacer, duele y con el tiempo vendrá bien. Ya he superado el duelo.

-Con Eduardo Madina forma equipo en la radio. ¿Se hacen muchas confidencias fuera de micrófono?

-Sí, sobre cosas que hemos visto y vivido, opiniones más o menos crudas...

-¡Qué pena que eso no salga!

-Ahora no tengo el corsé de estar en una organización, pero cada vez entiendo menos y me corto más al hablar de política.

-La crispación, lo que usted llama «la España inflamada», sigue en aumento.

-El discurso público se va polarizando cada vez más y expulsa la duda, la reflexión. Nos deja huérfanos a muchos que no queremos vivir inflamados ni enfadados, aunque tengamos opiniones muy sólidas.

-Cuando presentó su dimisión dijo que su mujer, Bárbara Goenaga, estaba pagando el peaje de ser pareja de un político.

-Yo creo que no somos conscientes del alcance real de los peajes que ha tenido que pagar Bárbara por ser mi pareja.

-¿Hasta el punto de perder algún trabajo?

-Bueno... en su mundo, como en el mío y el tuyo, hay gente maravillosa e idiota. La inmensa mayoría de la gente ha sido cariñosa y comprensiva, pero ha pagado facturitas.

-¿Desde cuándo escribe poesía?

-El primer libro lo publiqué hace siete años. Tengo un cajón lleno de cosas, como mucha gente. Siempre me ha gustado escribir, aunque me he dado cuenta de mi torpeza para escribir novela.

-¿Para usted qué es vivir a la madrileña?

-Creo que es que no te importe de dónde vienes y adónde vas, ni de dónde vienen y adónde van los que están a tu alrededor. Conmigo se han cumplido todos los tópicos buenos sobre la ciudad. Es acogedora, abierta y con una colonia de vascos muy notable, más allá de las disfunciones que tiene cualquier gran ciudad del mundo.

-Dice Sabina que la suya «es una voz única e imprescindible en la política y la poesía española». ¿Le paga muchas cervezas?

-Le estoy muy agradecido (ríe), a él y a Jimena, su mujer. Yo era de los que pensaban que no hay que conocer a la gente a la que admiras porque te puede decepcionar, pero Sabina rompe ese tópico. Es un tipo extraordinario, cercano, a quien no le importa llevarse bien con gente que está ideológicamente en otro punto.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Borja Sémper: «Me empieza a pesar la etiqueta de expolítico»