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Laura Garcés
Sábado, 19 de octubre 2019, 01:49
Hay un lugar en la capital del Turia, en el paseo de la Alameda, donde Miguel de Cervantes y Ausiàs March se dan la mano. Entre libros, planos, papeles, mapas y escudos está impresa la huella de estos dos grandes de las letras. A la firma del primero y a la certificación del lugar de nacimiento del segundo acompaña también la impronta sobre papel de otro referente de la literatura en lengua valenciana, Joanot Martorell, cuya gran obra, 'Tirant lo Blanch', el autor del Quijote salvó de la quema. Un curioso acontecimiento ayuda a conocerle.
El espacio donde se citan es el Archivo del Reino de Valencia, institución que está de aniversario. Celebra, nada más y nada menos, que su 600 cumpleaños. Entre las cuatro paredes de ese espacio, la ciudad atesora seis siglos de la historia, de la cultura de los valencianos. 20 kilómetros de estanterías -18,5 repletos de información- guardan libros, mapas, planos, documentos, escudos... Cada pieza permite conocer acontecimientos sociales, económicos y políticos que han ido dibujando la hoy Comunitat Valenciana.
Allí están las pruebas escritas de hechos que, además de dar fe de la presencia o al menos del paso por Valencia, de los escritores mencionados, descubren avatares que ayudan a conocer la vida cultural y artística de otros tiempos.
Francesc Torres, director del Archivo del Reino de Valencia, explica que la institución guarda documentos que apuntan a los encargos de la pintura de la Sala Nova de la Generalitat o para la construcción de la torre de la sede del Consell.
También se pueden consultar las provisiones del convento de la Puridad para adquirir el retablo de Damià Forment -pieza dedicada a la Inmaculada (1496-1508)- que hoy se conserva en el Museo de Bellas Artes, y otro de Capuz, ya desaparecido. Junto a ello el nombramiento como responsable del Archivo General de Valencia de Francisco Navarro, quien «sería uno de los promotores de la creación de la Academia de Bellas Artes de San Carlos». La designación de Gaspar Juan Escolano como cronista de la ciudad contribuye, a trazar el perfil cultural de la capital.
Francesc Torres asegura que la institución «es la joya de la corona del patrimonio valenciano», donde hay «millones» de documentos en manos de una veintena de trabajadores que cuidan de ellos en un edificio de 1965, obra del arquitecto valenciano Juan Segura de Lago. La construcción, como apunta Torres, fue un referente en este tipo de edificios por sus condiciones para la conservar los fondos. Allí se acercan investigadores que han ido descubriendo los tesoros. Torres cita a Jaime Giner como estudioso de Ausiàs March y Joanot Martorell. Menciona a Jesús Villalmarzo, quien dio con la firma de Cervantes.
Una exposición en Les Corts conmemora el 600 aniversario de la creación del Archivo Real, hoy Archivo del Reino de Valencia, y del Mestre Racional, actual Sindicatura de Comptes), instituciones nacidas en las Cortes de 1419.
La huella de las obras de arte que llegaron al territorio valenciano ofrece documentos como el que hace referencia a los trabajos para la realización de un retablo en el Convento de la Puridad. Se trataba de una obra que Leonardo Julio Capuz realizó entre los años 1691 y 1699. Los avatares de la historia llevaron a que hoy esa importante pieza se encuentre desaparecida.
Los fondos del Archivo del Reino bien podrían ayudar a reconstruir la vida de artistas u otros personajes del panorama cultural valenciano. Cita el director del archivo una curiosa pieza que tiene por protagonista al poeta Ausiàs March. Es un escrito de 1458, presentado por su procurador en un juicio, «donde se constata que Ausiàs nació en Valencia, no en Gandia».
Aún hoy estudiosos acuden a la obra 'Décadas de la Historia de Valencia (1610-1611)' de Gaspar Juan Escolano. Dice Torres que es «un referente» porque recoge con exhaustividad la historia de la ciudad. El Archivo del Reino guarda el acuerdo de las Cortes de 1604 para que la Generalitat pagara una pensión a Escolano como cronista del Reino.
Entre los volúmenes que se conservan en la institución se encuentra el mandato de los diputados para realizar las pinturas de la Sala Nova del Palau de la Generalitat, en el siglo XVI, con las imágenes de los representantes de los tres estamentos. Esta obra todavía hoy se puede contemplar en el edificio.
El director del archivo, Francesc Torres, destaca la importancia de los escudos que conservan. Entre ellos se encuentra el de Jaume Desplá, que como recuerda Torres, fue el primer archivero. El nombramiento es de 1419. Fue Personaje distinguido en la actividad de la ciudad, entre otras funciones, fue escribano en el Compromiso de Caspe.
Uno de los documentos más curiosos es la declaración de Miguel de Cervantes en un juicio en Valencia en noviembre de 1580. Allí aparece la firma del autor del Quijote. Es la rúbrica más antigua del literato español que se conoce. El hallazgo se debió al investigador Jesús Villalmanzo cuando se documentaba sobre Fray Juan Gil, religioso que pagó 500 escudos por liberar al escritor.
Entre los tesoros que hablan de grandes nombres de la literatura valenciana llama la atención un curioso documento de 1465 que da fe de que Joanot Martorell, el autor del 'Tirant lo Blanch', ahogado por las deudas, se vio obligado a pedir dinero prestado a Martí Joan de Galva y entregar el manuscrito de su gran obra como garantía del préstamo.
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