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La estabilidad no llega al Escalante. Los tiempos se alargan. El teatro de la Diputación, en manos de un director provisional desde diciembre, se enfrenta ahora a una nueva etapa de temporalidad. La Corporación provincial hizo pública ayer la convocatoria para cubrir el puesto de coordinador del espacio, pero no será la definitiva. Del proceso que ahora comienza se derivará la designación de un responsable –que actuará en comisión de servicios– por un periodo de seis meses. Transcurrido ese tiempo –que puede verse prorrogado–, en cualquier caso para contar con el coordinador definitivo se tendrá que abrir otro proceso, según se desprende de la información facilitada por el área de Cultura de la Diputación, gestionada por Glòria Tello.
De esta manera todavía habrá que esperar el tiempo que acarree el proceso y otros seis meses para que el Escalante abra la puerta para disponer de un director definitivo terminando con la fase de provisionalidad que se inauguró en junio de 2019 con la marcha de José Policarpo de la dirección. A este hecho siguió el nombramiento en diciembre del año pasado a Gabi Ochoa como director provisional, quien no podrá optar a mantenerse en el puesto porque no es funcionario y la nueva convocatoria exige esa condición a los aspirantes.
Queda camino por recorrer. Y las razones de que aún no se haya llegado al último trecho un año después de la marcha de Policarpo, la Diputación las explica señalando que la comisión de servicios, vía por la que ahora se convoca la plaza, «es una forma temporal» de provisión de puestos de trabajo en la Administración. Explican también que esta opción se adopta sobre todo en los casos de «urgencia» para la provisión definitiva del puesto.
Junto a estas aclaraciones recuerdan que como la plaza de coordinador artístico es de directivo «su forma de provisión definitiva es de libre designación», la ley establece que las comisiones de servicios deben tener una duración máxima de seis meses. En ese periodo es cuando se tiene que activar el proceso «para proveer el puesto de forma definitiva». Hay que tener en cuenta, además, que si en ese medio año no ha terminado el proceso último, la comisión de servicios puede verse prorrogada.
Además, la Diputación expone que el procedimiento administrativo se ha visto necesariamente condicionado por los recientes meses del confinamiento», lo que ha generado que se haya prolongado en el tiempo.
Quienes deseen aspirar al puesto puedan presentarse al puesto han de ser funcionarios del grupo A1, que pertenezcan al grupo Técnico Superior de Servicios Culturales, si bien pueden presentarse empleados públicos de otras administraciones. Esta condición marca en el camino para la designación de director del Escalante una diferencia notoria con respecto al resto de escenarios públicos. Será el único escenario cuyo coordinador artístico no alcance esa responsabilidad a través de una convocatoria abierta.
La intención inicial de Glòria Tello era que se abriera a un concurso público, como ocurrió con el anterior responsable, Josep Policarpo. Pero finalmente no ha sido así, pues la fórmula adoptada pasa por elegir un funcionario y «la razón es legal», como expuso días atrás la propia Tello a LASPROVINCIAS.
Con este procedimiento, la Corporación provincial no cumple con el Código de Buenas Prácticas, impulsado por la Conselleria de Cultura, que recomienda realizar procedimientos abiertos. Tampoco aplicó esta hoja de ruta para nombrar a los directores del MuVIM y con el Museo de Etnología, cuyos directores son funcionarios y fueron elegidos por una comisión formada por empleados públicos. Tanto La Mutant como el Teatre El Musical (TEM), ambos de titularidad municipal, han realizado procesos abiertos para encontrar titular.
La designación de director definitivo no es la única asignatura pendiente del Escalante. El escenario teatral de la Diputación lleva cuatro años sin sede permanente. En octubre de 2016 se abandonó el edificio de la calle Cadirers ante el mal estado del inmueble, propiedad del Patronato de la Juventud Obrera y desde entonces el proyecto deambula por distintos espacios. En los últimos días de junio la diputada Glòria Tello adelantó que la Nave 3 del Parque Central, destinada a usos culturales entre los que se contempla ser sede del Teatro Escalante, podrá acoger el escenario cuando se cumpla el paso de la recepción de las obras, que se habían retrasado por el estado de alarma ante el Covid-19. Además, advirtió de que se tendrá que esperar a la instalación de un sistema de «climatización provisional».
En la misma fecha Tello dejó claro que la programación del Escalante seguiría con su itinerancia, pues cuando dijo que la Nave 3 no estaría disponible para la nueva temporada y por ello se ha decidido programar en otras ubicaciones. «No llega para la temporada. Hemos querido ser conservadores y no programar en un espacio no acabado. Preferimos funcionar de otra manera», afirmó.
Tello añadió alguna puntualización llamativa al destacar que en esta nave –la 3– tal vez «no todas las producciones tienen cabida», puesto que reservará espacio para asociaciones del ámbito cultural del entorno del Parque Central. Ante estas circunstancias la programación del Escalante sigue por escenarios que no son el suyo propio.
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