Una nave del Parque Central acogerá el teatro Escalante a partir de junio

Cerrado desde octubre de 2016 y sin posibilidad alguna de reabrir en el mismo lugar como teatro gestionado por la Diputación, el Escalante ha encontrado ya nueva casa. El Ayuntamiento cederá a la institución provincial el uso de una de las naves del Parque Central, una de las gemelas, para abrir al público en el segundo semestre del año.

Así lo confirmaron ayer fuentes cercanas a la concejalía de Recursos Culturales, Glòria Tello, responsable a su vez en la Diputación del área de Cultura. Todavía es pronto para establecer el plazo de estreno, aunque apuntaron a que sucederá en el segundo semestre de este año. Una empresa se dedica ahora al equipamiento de la nave, uno de los inmuebles atribuidos al arquitecto Demetrio Ribes (autor de la estación del Norte) que forman parte de la primera fase del Parque Central, abierta hace un año.

El emplazamiento se considera idóneo, señalaron, debido a que el teatro Escalante está especializado en obras infantiles. El proyecto aprobado en 2017 de los arquitectos Contell y Martínez, responsables a su vez del edificio municipal que se construirá junto al Micalet, es muy versátil al poder distribuir la zona principal de la planta baja con escenarios de distintos tamaños, así como asientos a ambos lados o colocados de la manera más tradicional. El acceso principal se situará en la plaza que se abre hacia el barrio de Ruzafa, mientras que la puerta que da al futuro polideportivo se dejará para servicios de las compañías teatrales.

Antes de decidir el traslado a Espai Ribes, los técnicos de la Diputación estudiaron ubicaciones alternativas, pero ninguna resultó la adecuada. «La reforma de la sede anterior es imposible por la inversión necesario y no se trata de una propiedad pública», dijeron, mientras que otras salas incumplían las condiciones de accesibilidad.

Quedarán aspectos menores por resolver en cuanto al equipamiento, lo que debe hacerse de común acuerdo entre las dos instituciones. Una empresa alemana se encarga ahora de todas las instalaciones, que tendrán un aforo de unas 265 localidades. Pese a que la nave en origen es de una planta, el proyecto ha colocado sin alterar la cubierta una entreplanta que permite un graderío en la parte alta, con lo que tendrán cabida más espectadores. Una taquilla, aseos y oficinas completan el encargo.

Será la segunda nave en entrar en servicio en el Parque Central. La primera está justo al lado, la gemela, y se destinará a una sede de la Universidad Popular. Siguen sin plazos el polideportivo, el centro social y los muelles de carga.