A quien le gustan los libros y es un enamorado de la literatura, tiene fe en este negocio». Antonio Soriano es el dueño del Mercado ... de Libros Usados de Benimaclet. Así de claro es el nombre de su establecimiento, una librería donde últimamente prolifera la venta de volúmenes relacionados con la gastronomía. Es más, estos ejemplares llegaron a través de un chef que decidió desprenderse de su extensa biblioteca y vendérsela a Antonio, quien a su vez, también la vende a sus clientes. Es una nueva vida para volúmenes descatalogados, libros que nadie -aunque eso sea mentira- quiere y la posibilidad de que no acaben en la basura o pasto de las empresas de reciclaje.
Publicidad
El libro usado es un negocio rentable, que permite vivir de él, aunque no haga millonarios a los que apuestan por este tipo de librerías. Y no es un trabajo fácil. Al contrario. No sólo es exhibir libros que buscan una nueva vida. Hay mucho más detrás. Aunque en estos momentos, casi todo el volumen de ventas se haga a través de la web.
En Valencia son bastantes los locales de libros de segunda mano que venden volúmenes baratos, de bolsillo, que han sido donados, que ya no se encuentran en las librerías o son los reductos de una edición que un sello literario no pudo vender. Es el caso del establecimiento de Antonio Soriano en el barrio de Benimaclet. Tiene un trabajador, Paco, que se encarga de atender a los clientes que acuden allí en busca de nuevas lecturas. «Yo a cualquier libro le veo algo positivo. En este negocio, como accedes a tantos, siempre ves algún tipo de interés o motivación en alguno de ellos. Incluso, algunos domingos me voy al rastro a buscar nuevos tesoros», confiesa Soriano, quien destaca que es un negocio difícil con el que hay que estar dispuesto a «no ganar mucho». Aún así, dice, es rentable «aunque hay que trabajar mucho». «Tienes que conocer qué libro estás comprando, limpiarlo porque algunos han estado almacenando polvo durante muchos años, catalogarlos, asearlos... es muy costoso», sostiene.
¿Qué busca el lector en esos volúmenes a los que se les da una nueva vida? «Se adquieren libros muy variopintos, de todas las temáticas que te puedas imaginar. Ahora, por ejemplo, hay mucho interés por los libros de autoayuda, pero también de bolsa, la literatura clásica no falla, también ensayos sobre la Guerra Civil...», asevera. De muchas especialidades pero con precios muy asequibles. «Lo que más se demanda son los ejemplares de cinco, seis o siete euros. Son los más básicos. Pero también los hay de 35 o 40 euros. Hay que tener en cuenta que nosotros ejercemos también de guardianes de algunos libros que ya están descatalogados. Por eso se crea como una especie de red en las plataformas en las que los interesados en ciertas publicaciones reciben avisos si han aparecido. Hacemos un gran servicio de recuperación», defiende Antonio Soriano, quien vende «unos 3.000 libros al año y el porcentaje entre la adquisición en tienda y la compra por internet es de un 60-40%».
Publicidad
Y no es el único que en la ciudad apuesta por el negocio de la literatura de segunda mano. Hace apenas tres meses Gabriel Vapor decidió abrir en Valencia Librería Iris, un negocio dedicado a la compra venta de libros de segunda mano sólo a través de la red. Un proyecto que se anuncia asegurando que compra libros y bibliotecas de toda la Comunitat. «Nos acercamos a su domicilio a partir de 200 libros», promete su dueño a los interesados en desprenderse de su fondo literario.
Pero este poco tiempo afincado en la ciudad no está siendo fácil para Vapor. «No está habiendo mucha respuesta. En tres días nos han llamado dos personas interesadas», confiesa. Él no tiene una librería abierta al público. Su negocio, que comparte con su mujer, cuenta con un almacén en el que se guardan los más de 5.000 volúmenes que tiene en venta. Para sacarlos al mercado se vale de su propia página web y, también, de otras plataformas online de compraventa de libros. «Vendo los libros a partir de dos euros. Si es por menos, yo pierdo dinero. En las otras páginas con las que trabajo, me cobran una comisión del 10% de la operación. Eso sin contar las grandes plataformas que también dan esta opción. Su comisión es más alta», asegura el responsable de Librería Iris. No cuenta qué porcentaje se llevan las empresas grandes. Aún así, él insiste en apostar por un sector, en el del libro usado, con el es capaz de acceder a las más diversas colecciones bibliográficas.
Publicidad
En este recorrido por un negocio surge un interrogante: ¿Por qué la gente se desprende de sus libros? Vapor conoce la respuesta. «Sobre todo porque se mudan a casas más pequeñas o por herencias, es decir, acceden a las bibliotecas de familiares fallecidos y no saben qué hacer con ellas», asevera. Tanto es así que el responsable de Librería Iris, cuando se le ofrece un determinado conjunto de obras literarias, hace «una oferta dependiendo de los libros que sean y el interesado acepta o no. Si lo hace, los metemos en cajas y nos los llevamos al almacén». En este sentido, asegura que, bajo su experiencia, lo que triunfa en el mercado de los libros de segunda mano son los ejemplares publicados «en los últimos cinco años, que la gente ya ha leído y de los que se desprende». «Los volúmenes de literatura clásica están en todas las casas, como García Márquez, Valle-Inclán... Y ni hablemos de las enciclopedias. Eso no lo compra casi nadie», cuenta un profesional que en la actualidad tiene un fondo de más de 5.000 obras. Un importante fondo que, no obstante, tiene dificultades para encontrar lectores. «Yo había trabajado durante nueve años en una librería de segunda mano en Madrid y por eso decidí abrir el negocio aquí en Valencia. Pero no hay mucha respuesta, no sé cuánto aguantaré», lamenta Vapor.
Gabriel Vapor ejemplifica las dificultades de un mercado que «da para lo que da», cuenta Ana Llorca, quien junto a Pablo Morera puso en marcha 'Libros fugitivos', un proyecto que apuesta por la venta de ejemplares usados a través de la red. «Sólo somos dos y el almacén», narra esta librera, arquitecta de profesión como su socio y que, con él, tras la crisis económica de hace unos años decidió orientar su vida laboral a este negocio. Ambos también ven en internet el futuro de este tipo de volúmenes de segunda mano. Desde su propia página web y con otras plataformas No sólo apuestan por lo que denominan 'saldo sin uso', es decir, libros que ya no se adquieren en las librerías convencionales, sino también en el mundo del cómic. «Es una disciplina que a nosotros nos interesaba mucho y por ello apostamos por una gran colección de tebeos», confiesa. Pero como el negocio «da par lo que da» también se diversifican. «Tenemos revistas, litografías, artículos de colección, publicaciones raras...», afirma Llorca. Todo usado, claro. Y en busca de una nueva vida. Aunque no sea fácil vivir de los libros usados.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.