Pablo González Tornel, ayer en el Museo de Bellas Artes. IVÁN ARLANDIS

Pablo González Tornel: «Quiero un Museo de Bellas Artes que no sea sólo para las élites, sino para todos los públicos»

El próximo responsable de la pinacoteca, que asumirá el puesto en septiembre, asegura que reclamará restauradores para el espacio

Laura Garcés

Valencia

Viernes, 24 de julio 2020, 00:44

Pablo González Tornel asumirá la dirección del Museo San Pío V el próximo septiembre en sustitución de Carlos Reyero, que ha dejado el puesto. Llega a un espacio con asuntos pendientes por resolver desde hace años y con la necesidad de recuperar el acercamiento de los valencianos. En conversación con LAS PROVINCIAS ofrece algunas claves de su proyecto, que pasa por la modernización del discurso y la búsqueda de iniciativas para llegar a todos los públicos.

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Es el cuarto director del espacio desde 2018, ¿Esto que dice del museo, es un problema de estabilidad?

–Será muy difícil que alguien me pille hablando de otras personas u otras instituciones que no sea yo. Supongo que habrá que preguntárselo a los demás directores.

Se tiene la impresión de que El San Pío V es poco conocido por los valencianos, ¿a qué se debe, no se ha dado a conocer?

–Yo afinaría más. Casi todo el mundo sabe que el museo está, que a este lado del río hay un museo que tiene muchos cuadros. Lo que ocurre es que a la gente no le atrae. Por algún motivo nunca ha sido polo de atracción para Valencia. Es verdad que de un tiempo a esta parte ha habido una desafección cada vez mayor. Puede ser por motivaciones del museo, que después de Fernando Benito –que estuvo mucho tiempo– ha faltado cierta continuidad en la dirección, generar una política más o menos clara que permita crear costumbre de visitar este museo, y la sociedad se ha desacostumbrado a venir y a considerar esto como parte de su patrimonio. Los tiempos cambian y hay generaciones jóvenes que se sienten poco atraídas por los museos de arte clásico. Están más predispuestos a acercarse al Reina Sofía, al IVAM o a Bombas Gens. Esto obliga a repensar las políticas de comunicación con la sociedad, narrar de forma atractiva.

¿Es lo que va a hacer usted?

–Es lo que voy a intentar. Tengo ilusión, pero soy consciente de las limitaciones de poder y maniobra que tiene un director. Hay elementos, como la aplicación de la museografía, derivada del plan museológico, que no dependen sólo de mí. En exposiciones temporales tengo que respetar la herencia recibida y dentro de un tiempo podré aplicar mis propios criterios de manera integral. También que las exposiciones sean sobre temáticas capaces de enganchar al mayor público posible, que las obras cuando se aplique la nueva museografía se narren con un discurso moderno, no del siglo XIX.

¿Busca un discurso moderno?

–Sí.

¿Significa que está anticuado?

–Significa que está organizado para que lo disfrute yo que soy historiador del arte. Es como se organizaron a principios del XIX las pinacotecas clásicas. Para comunicar con el público hay que añadir algo más.

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¿Sin restauradores y conservadores suficientes, con jubilaciones cercanas, puede funcionar?

–Sin conservadores, sí. Sin restauradores, no. Si no hay restauradores de plantilla o del IVACOR que certifiquen que se puede abrir en condiciones de seguridad para las obras de arte, cerraba las puertas. Y tengo el convencimiento que no va a pasar.

- ¿Va a reclamar restauradores?

–Claro. Hay dos en la actualidad, pero una se jubila. Haré lo posible, pero tengo la calma de que mientras se solventa la convocatoria de su plaza me van a echar una mano desde el IVACOR. El tema de conservadores es otra cosa. Son muy necesarios, pero su trabajo lo puedo suplir dejando de dormir.

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Está pendiente la autonomía para la gestión del espacio. ¿Va a reivindicar que se agilice?

–Sí. Lo voy a reivindicar, pero no es por dejación de funciones de la Administración, es porque con la figura jurídica del museo resulta complicado articular la. Se ha dado un paso con el decreto y el sentido es ir caminando hacia la autonomía. A partir de septiembre iremos avanzando.

Su programa se basa en potenciar el espacio como centro de investigación y contenedor cultural que se acerque a los ciudadanos. ¿En qué se concreta?

–Me apetecen, además de un plan bien organizado de exposiciones, jornadas, publicaciones o conferencias, también actividades como un cineclub, ciclos de música contemporánea, no clásica, o de la que se entendería vinculada a un museo de arte clásico. Voy a intentar potenciar ciclos de jazz o flamenco porque quiero que venga la gente que le gusta el flamenco, pero nunca ha visto a Juan de Juanes.

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¿Modernización y acercamiento a la sociedad, dar a conocer el museo, son las grandes necesidades, y los grandes retos?

–Sí. Tengo que inventar estrategias para conseguir que vengan, que la gente lo sienta como su casa. Que vengan a ver cine, oír música, hacer sus trabajos de final de grado. Que venga todo el mundo y que se recupere una relación afectiva de la sociedad valenciana.

¿Esas líneas de acción que plantea no teme que pueda generar críticas a que se desvirtúe el museo?

–Probablemente habrá parte de la sociedad que entienda que debe ser lugar de élites y para las élites.

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¿Entiende que no puede ser para las élites?¿Tiene que ser para todos los públicos?

–No sólo para las élites. Para todos los públicos, todos. Tiene que ser un lugar para la sociedad.

¿Confía en que tendrá la independencia suficiente para desarrollar su programa?

–Sí. Tengo el compromiso de la dirección general.

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