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Medio siglo permaneció perdida 'Días sin escuela', la primera y breve novela de Francisco Umbral (1932-2007) y que ve ahora la luz en forma de libro. El genial columnista y narrador, premio Cervantes en 2000, habla en ella de su temprana vinculación con la ... ciudad de León, donde se inició como periodista en medios como La Voz de León, Proa y El Diario de León, antes de dar el salto a El Norte de Castilla en Valladolid y encontrar luego su catapulta nacional como columnista en la agencia Colpisa, ya en Madrid.
Escrita cuando Umbral tenía 33 años, tras su dificultoso hallazgo en 2015 la obra ha estado estos años sin lograr un editor. Es finalmente el Instituto Leonés de Cultura el responsable de una primera y cuidada edición en tapa dura, con prólogo del profesor Alfonso García, que la localizó hace unos años, y epílogo del periodista Emilio Gancedo, responsable de la edición ilustrada que se presenta este jueves, día 18, en el Ateneo de Madrid.
En León hizo Umbral -Francisco Alejandro Pérez Martínez, en su DNI- sus primeros pinitos radiofónicos y alumbró sus primeras novelas, como 'Balada de gamberros' y 'Tamouré', fechadas ambas en 1965. Al igual que 'Días sin escuela', arrumbada durante medio siglo en Tierras de León, la revista interna de la Diputación Provincial, una gaceta ya desaparecida y de muy escasa difusión.
Ganadora en 1965 del concurso de novela corta 'XI certamen de exaltación de valores leoneses', dotado con 10.000 pesetas y al que Umbral concurrió bajo el lema de Bernesga, la obra es un relato de apenas 12 páginas en su rara edición original. Narra las peripecias de un crío que crece en el gris y gélido León de la cruda y desolada posguerra española. Recrea las andanzas de una pandilla de niños que exploran la ciudad a través de juegos y aventuras donde los adultos no ven más que carencias y devastación.
«Es una novela muy liviana, a pesar de su juventud y que prácticamente puede considerarse la primera, es de alta calidad literaria. Tiene su estilo umbraliano; se anticipa esa armonía, esa musicalidad característica del autor. Su particular estética y su inconfundible estilo», ha dicho Emilio Gancedo, periodista y coordinador de Proyectos y Actividades Culturales del Instituto Leonés de Cultura (ILC) y responsable de su primera y cuidada edición, enriquecida con ilustraciones de rincones y monumentos leoneses del dibujante escritor Avelino Fierro.
El descubridor del original, el profesor de literatura Alfonso García, dio con el texto tras una conversación con un amigo de su padre, Maximino González Morán, que había sido vicepresidente de la Diputación y le explicó que había formado parte del jurado en un concurso que premió a Umbral a mediados de los sesenta. Años después de aquella charla inició la búsqueda de la novela rastreando todos los números publicados de Tierras de León.
Tardó tres años en dar con ella y no fue fácil, dado que carecía de fechas concretas de referencia. Por casualidad, García dio con la foto en la que Umbral recibía el premio de manos de una joven ataviada con traje regional en el Día de León, lo que le permitió datar y dar con el manuscrito «diluido entre artículos de muy diversas índole».
El profesor, que prologa el libro, no sabe si Umbral olvidó adrede la novelita, cuya existencia pasó inadvertida tanto para el entorno del escritor como para los estudiosos de su obra. «Si se había preocupado de esta novela o la olvidó radicalmente no lo sabemos. Nadie cercano a Umbral, al menos entre quienes yo pregunté, conocía la existencia de este texto», confiesa sobre el escrito que ahora ve la luz.
El relato-largo o novela-corta de Umbral se inicia así: «Lo que deseo decir es que yo tenía una espada de madera y quizá aquella fue la última espada del Reino de León. Habíamos llegado a la ciudad en una tarde de calor, en un tren de tercera, por la llanura castellana, hasta que las orillas del paisaje fueron poniéndose verdes, al llegar a la provincia. Cerca ya de la capital, había chopos y álamos en inesperadas formaciones, afilados, cortando la rica brisa del verano en largas rebanadas que entraban por las ventanillas del tren y nos daban en la cara y en el flequillo al otro chico y a mí».
La esperada edición ha contado con el apoyo de la Fundación Francisco Umbral, que vela por la difusión y mantenimiento del inmenso legado del prolífico escritor y columnista madrileño, autor de más de un centenar de libros y unos 50.000 artículos en infinitud de medios. Se cierra con un epílogo en el que Gancedo ofrece las claves biográficas y creativas de Umbral y se repasa la etapa leonesa del escritor.
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