«El teatro no tiene que competir con el audiovisual, sino construir espacios»

Los valencianos Jaume Pérez y Juli Disla o la compañía de teatro Pérez & Disla, que es lo mismo, estrenarán el viernes en Valencia la pieza teatral 'Brindis'. El escenario escogido es La Rambleta, espacio que ha coproducido con Pérez & Disla esta obra que traslada al público un viaje a la amistad. Los dos creadores hablan con LAS PROVINCIAS de este trabajo, pero también de otras cuestiones del territorio de la dramaturgia.

–¿Qué transmiten con 'Brindis'?

–No hay un mensaje detrás, un discurso que queramos dar. Buscamos una experiencia escénica en la que el espectador se sienta envuelto por una manera diferente de acercarse al escenario, de habitarlo. A través de la propuesta 'Brindis', evocamos una especie de celebración.

–¿Por qué y por quién brindan?

–La idea surgió de la voluntad de hablar de la amistad, de los amigos. De las personas con quienes decides compartir buenos momentos, los menos buenos, los de intimidad, los de compañía... La familia no la eliges, pero a los amigos sí; aparecen, desaparecen, reaparecen.

–¿La creatividad tiene que ser transgresora?

–No ha de ser nada. No hay mandamiento. Puede serlo o no. Cuando apelamos a la transgresión nos estamos refiriendo a la posibilidad de poderlo ser. La vida tiene un componente transgresor, pero también de confort.

–¿El teatro ayuda a resolver conflictos?

–Da miedo contestar a esta pregunta, para no parecer categórico. A veces las cosas más importantes no sirven para nada.La parte poética, la idea de la inutilidad del arte nos libera de la obligación de que todo debe servir para algo. En ocasiones lo más valioso no sirve para nada. Lo que decimos en esta función es que el tiempo que vamos a pasar aquí no será útil, pero será valioso.

–¿Cómo ven la situación del teatro en estos momentos?

–Hay compañías y creadores valencianos muy potentes que están mostrando su trabajo en Valencia y fuera. Independientemente del apoyo de la Administración –que ahora parece mayor, y es algo objetivo–, lo más destacable es la capacidad para mostrar su trabajo más allá de esta ciudad. Creadores y creadoras, porque se empieza a ver el trabajo de mujeres muy interesantes. Antes era más difícil. Ahora dices creadores y vienen a la mente mujeres. Ya no es sólo lenguaje políticamente correcto.

–¿Pisan fuerte las mujeres?

Sí. Por fin se les está dando un espacio que ya hace tiempo que deberían haber tenido. Se está viendo que hay muchas propuestas y sensibilidades. Ya era hora.

–¿En este mundo conquistado por la creación audiovisual queda espacio para el teatro?

–Nos gusta poner en valor lo que no es capaz de ofrecer el audiovisual, la experiencia, el contacto directo con el público. Esta es la mayor diferencia. No vamos a competir en historias porque ya nos las cuentan en HBO y Netflix mejor, o en efectos especiales. Pero tenemos el componente de la vivencia. Como compañía nos acogemos a esto para que el espectador pueda diferenciar que lo que está viviendo no se parece a lo que ha visto en las series. Hay espacio para todo, no tenemos que competir por un lugar, sino construir espacios.

–¿Falta público, dramaturgos, buenos textos o nada?

–Textos no faltan, dramaturgos tampoco, pero siempre se agradece que haya más. Lo que falta es comunicación y promoción para que llegue la información al público y pueda decidir.

–¿Es necesario el humor en el arte dramático?

–Es necesario en la vida. Nosotros siempre intentamos que sea uno de los elementos porque ayuda a concretar mejor con el público.