Davy's Byrne, en este pub irlandés es donde acaban tomando una cerveza.

Valencianos tras la huella de 'Ulises'

Cuatro amigos viajan desde hace siete años a Dublín para revivir escenas de la novela de James Joyce

Noelia Camacho

Valencia

Domingo, 15 de julio 2018, 01:20

Una despedida de soltero tiene la culpa de que al sur de Dublín, cuna del escritor James Joyce y el lugar donde se ambienta su novela más célebre, 'Ulises', tres valencianos y un irlandés afincado en la capital del Turia hayan sido la única representación de la Comunitat en el 'Bloomsday', una cita literaria en el que se homenajea a Leopold Bloom, el protagonista del clásico literario.

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Santiago Bru, Ximo Ferreres, Carlos Ferreres y Paul de Sachy se hacen llamar a sí mismos 'bloomers', dado que toman como referencia el apellido del personaje principal. Llevan siete años sin faltar a esta cita ineludible para los amantes de una obra considerada la más importante de las letras inglesas del siglo XX.

Los cuatro, de profesiones y procedencia distintas, decidieron en 2012 peregrinar hasta la capital irlandesa para honrar un libro «universal», lo define Bru. Un año antes, Carlos Ferreres y Paul de Sachy, cuya familia es irlandesa, habían estado en la despedida de soltero de este último con otros amigos. Al año siguiente, nacieron los 'bloomers'. Desde ese momento, no fallan. El ritual es el mismo. Llevan desde aquel momento madrugando cada 16 de junio para participar en un evento en el que se recorren los escenarios más significativos de la novela. Hablan con LAS PROVINCIAS recién aterrizados del 'Bloomsday' de este año. Hace apenas unos días regresaron de lo que califican ya como toda una tradición. «Vamos solo los cuatro», asegura Carlos Ferreres. «Joyce nos ha intoxicado», añade Bru, médico de profesión.

Llevan siete años acudiendo juntos a la cita cultural.

Los cuatro recuerdan todas y cada una de las veces que han acudido a Dublín para compartir con otros aficionados al libro su pasión por 'Ulises'. No sólo siguen su pista, sino que se han convertido en los embajadores de la Comunitat en un evento sólo apto para los amantes de la novela. «Algunos no lo leímos hasta los 50 años», cuenta Santiago Bru, quien señala a Ximo Ferreres como«uno de los mayores expertos en 'Ulises' de España». De esta forma lo califican sus compañeros de aventura, entre ellos su hermano Carlos, abogado, y que enumera todos los estudios realizados por este médico de familia sobre el clásico literario. Ximo se quita mérito, aunque es cierto que, desde que descubrió 'Ulises', dedica a él gran parte de su tiempo libre.

Aseguran que gastan una media de mil euros en el viaje. Generalmente están unos cuatro o cinco días, toman vuelos 'low cost' y se hospedan en una pensión. Recorren una ciudad que, consideran, «muy cara». Aún así, el 'Bloomsday' es ineludible. El despertador suena a las seis y media de la mañana. Enseguida toman un taxi para acudir a la torre Martello en Sandycove, al sur de la ciudad. «Hubo un año en el que me dormí. No te puedes ni imaginar la cara de mis compañeros ellos tres», recuerda Carlos. Cuando llegan al enclave, donde está instalado un museo que honra la memoria de Joyce, se encargan de participar en la lectura pública que se hace del libro. En 2016 marcaron un hito: fueron los primeros seguidores de la novela que la recitaron en español. «Fue un momento único. Nos lanzamos a leerla sin pensar. Nos dijeron sin previo aviso 'start' y nos pusimos a ello», afirman. Fueron Santiago, Ximo y Paul, porque Carlos es el encargado siempre de grabar e inmortalizar las experiencias.

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Tras este acontecimiento, justo en la torre enclavada en la playa de Sandycove, llega la hora del desayuno. Pero el ágape ha de ser el mismo que se recoge en la novela. Un apetitoso banquete compuesto, entre otros, por riñones de cerdo fritos e hígado. «Sólo se atreven Santi y Ximo. Nosotros nos decantamos por el desayuno inglés con sus huevos, bacon y salchichas», asegura Paul, consultor de profesión. No acuden al típico hotel donde por un importante puñado de libras se puede degustar este manjar. No obstante, siguen la tradición en otros de los establecimientos que, durante ese día, hacen su agosto en la capital irlandesa. «El 'Bloomsday' se ha convertido en un atractivo turístico. Acuden muchas personas, no sólo en el 'Bloomsday', sino para rendir homenaje a Joyce y a su famosa obra», sostienen.

Tras recargar pilas, recorren algunos de los lugares de la zona, donde, resaltan, no paran de organizarse actos culturales sobre 'Ulises'. «No tenemos una ruta fija. Aunque si algo no hemos hecho es bañarnos en la playa de Sandycove, como en la novela», bromean.

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Han sido los primeros en leer el libro en español en el Bloomsday, el día dedicado al clásico literario.

Nunca han coincidido con valencianos en el 'Bloomsday'. «Algún vallisoletano, catalanes, pero no de la Comunitat. Acuden muchos norteamericanos, algún japonés...», cuentan. Durante ese día, marcado a fuego en su calendario, no es difícil verles cerca de la farmacia Sweny's, en Lincoln Place, un establecimiento que, recuerdan, si no es por un grupo de voluntarios, se hubiera convertido en un típico pub irlandés y no seguiría manteniendo el espíritu de la novela de Joyce.

La estatua del escritor en Talbot Street es también un espacio de culto. En ella, es inevitable tomar fotografías como las que ilustran este reportaje. Pero sí hay un lugar de visita más que obligada, sobre todo para terminar una maratoniana jornada, es el icónico pub Davy's Byrne, donde el personaje de Leopold Bloom, como se recoge en la novela, se pide un sándwich de gorgonzola y un vaso de vino. Pero los cuatro amigos valencianos declinan disfrutar de este menú gastronómico. «Nuestra jornada termina con unas buenas pintas de cerveza en este emblemático bar», aseguran. «Ximo y yo nos retiramos antes, Carlos y Paul, más tarde», recuerda Santiago. Forman un selecto club reservado para sólo para ellos cuatro. Sus familias respetan y entienden una afición que les ha unido más allá de la literatura. Aprovechan esos cuatro días de escape para visitar una Irlanda que les fascina. Pero el 'Bloomsday' es ineludible, casi mágico. Viven con intensidad una jornada que, además, les ha permitido hacer amigos. Incluso, un año coincidieron con la conocida Orden de Caballeros Finnegans, a la que pertenecen escritores como Eduardo Lago, Antonio Soler y Jordi Soler o editores como Enrique Vila-Matas o Malcolm Otero Barral. Esta entidad tiene como propósito la veneración de la novela de Joyce. Como hacen estos valencianos (tres y uno de adopción) desde hace siete años. Incluso saben que el conservador del museo sobre el escritor instalado en la torre, Robert Nicholson, está a punto de jubilarse y ya no se lo podrán encontrar el próximo año. Porque, para ellos, no sólo es ya una tradición, es una peregrinación que van a seguir realizando. Es más, tienen, incluso, varios uniformes oficiales en las que un dibujo de Bloom ilustra sus camisetas. Ellos no se disfrazan, como sí hacen otros seguidores del evento. Pero disfrutan de esta fiesta que ya no puede entenderse sin la presencia de los 'bloomers'. Su relación va más allá del 'Ulises' pese a que, al regresar de Irlanda, pueden pasar meses sin verse. Hasta que un día quedan para revisar las fotografías de su último viaje. Vuelven a Valencia tres de ellos, porque Paul aprovecha para ver a su familia. Él es el culpable de que estos valencianos sean la única representación de la Comunitat en el certamen.

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«Majestuoso, el orondo Buck Mulligan llegó por el hueco de la escalera, portando un cuenco lleno de espuma sobre el que un espejo y una navaja de afeitar se cruzaban. Un batín amarillo, desatado, se ondulaba delicadamente a su espalda en el aire apacible de la mañana. Elevó el cuenco y entono: Introibo ad alture Dei». Son las primeras páginas de algo más que una novela para estos dos médicos, un abogado y un consultor. Es casi como la biblia de la literatura. Para Bru, y tomando como referencia las palabras de Borges, «es un libro que sublima maravillosamente lo mezquino». Él lo califica como «la vida misma». La de Joyce, la de Leopold Bloom, o la de ellos mismos.

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