Marala: «Sobre el escenario, las músicas estamos en el punto de mira. No se nos permite fracasar»

–¿Cómo habéis recibido los galardones que recibisteis en los Premios de la Música Valenciana?

–Fue una alegría y una sorpresa. De alguna manera, el premio en la categoría de música tradicional, podía ser que nos lo lleváramos. Pero el otro, para nada. Así que estamos súper agradecidas.

–¿Creéis que este tipo de distinciones pueden ser un empujón para la carrera de Marala?

–Sí. Todos los reconocimientos te dan más visibilidad y más valor al proyecto. Al final, este tipo de premios nos motivan a seguir creando. Recibirlos es una alegría, sobre todo porque nos lo hemos currado mucho. Estamos en una nubecita.

–¿Qué queríais contar y cantar con 'Jota de amor', un disco que os dado muchas alegrías?

–A diferencia de nuestro anterior disco, que fue más improvisado y casi sin pensarlo, en este álbum buscábamos hacerlo desde una idea concreta que suele ser tabú: la muerte. Pero no sólo desde la muerte como degradación, sino hablar de las pequeñas muertes de la vida, de los amores que fallecen, de las cosas que van matando nuestra personalidad. También de las inercias propias del patriarcado, de una serie de cosas que hemos bebido desde que hemos nacido.

–Precisamente, en vuestro discurso al recoger el premio tirasteis de ironía para agradecer los consejos que os han dado los hombres durante toda vuestra carrera. Pese a ello, ¿creéis que las cosas están cambiando en la industria?

–Sí, pero poquito a poco. Sobre todo, por la fuerza que estamos haciendo las mujeres en la industria.

–¿Las mujeres deben reivindicar su derecho al fracaso?

–Al fracaso, a la mediocridad... No se nos permite. Sobre el escenario, las músicas estamos en el punto de mira. Se opina de cómo vamos vestidas, si cantamos bien o mal, si nos movemos... No se nos deja ser mediocres y siempre tenemos que ser brillantes.

–El hecho de que se suelan incluir a artistas mujeres en los carteles de los festivales, ¿no lo notáis? ¿Es una moda o ha llegado para quedarse?

–Ese panorama está cambiando aunque se critica que se meten a las mujeres con calzador. Con él o sin él, las mujeres tenemos que estar ahí. Se debe forzar la máquina a piñón para que todo avance. En la industria musical, como en muchos ámbitos pero en este sector es exagerado, la mayoría son hombres. Arriba o abajo del escenario, ellos son más. Cabemos todos y todas, pero nosotras necesitamos más espacios que ellos.

–¿Cómo radiografiáis la situación de la industria musical en la Comunitat?

–Nos gustó mucho que en la gala de los Carles Santos se reivindicara a las salas pequeñas porque nosotras hemos nacido de ahí. Nos ha costado un montón llenar las salas. La batalla es dura porque aquí no hay costumbre de consumir cultura. Hay que educar a la gente a ver no sólo conciertos sino también a ir a los teatros, a ver danza... Aún cuesta mover al público y eso hay que incentivarlo.

–Muchas veces, a la carrera de los artistas emergentes va asociada la palabra precariedad. ¿En vuestro caso es así?

–Sí. Porque además la música pide mucha inversión. Si no estás en una gran plataforma, en una gran discográfica, no puedes competir. A la vez que el proyecto crece, como es nuestro caso, más inversión pide. Al final, si quitamos todo lo que invertimos, ganamos casi lo mismo que cuando empezábamos. Pero es lo que hay que hacer si quieres que el proyecto en el que tanto te has esforzado no muera.

–¿Qué os depara 2023?

–Vamos a girar con el disco a saco, presentarlo en bolos e ir alimentando el proyecto. También iremos sacando alguna cosita puntual.