![María Bastarós: «La literatura necesita historias más rompedoras en el plano social»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201904/08/media/cortadas/136357364--624x422.jpg)
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Existen numerosos manuales sesudos y pragmáticos sobre la historia de España. Existen también los relatos juveniles y sus autores o autoras tratando de crear un universo de fantasía. Mientras, en el otro lado de la paleta, se encuentra María Bastarós, autora de 'Historia de España contada a las niñas', un libro que ya acumula tres premios. El último, el de la Crítica Literaria Valenciana en la categoría de Narrativa. Bastarós, que participará esta semana en una de las actividades del festival Lab de Series, juega en su obra con la voz narrativa, deconstruye la realidad y da voz a tres generaciones de mujeres unidas por el poder devastador de la violencia. Un manual ficticio, audaz, que se nutre del ensayo y la crónica periodística y apela al lector «sin que exista en la obra una intención moralizadora».
-¿Cómo ha acogido María Bastarós el premio de la Crítica Valenciana?
-Es una distinción que me ha sorprendido. Así como el Puchi Award y el Cálamo, los otros dos que he recibido, se suelen otorgar a libros más peculiares o inclasificables, me ha asombrado la acogida que ha tenido en la Crítica Valenciana al ser este un formato más estándar.
-De hecho, ha recibido el premio en la categoría de Narrativa, pero el libro aborda diferentes métodos de expresión, ¿buscaba así no ceñirse a un solo género?
-Sí. Me interesaba hacer algo ecléctico, inventar ficciones a través de formatos relacionados con la realidad como el ensayo, la crónica o el reportaje periodístico. Además el libro también incluye desde publicaciones de Facebook hasta conversaciones de WhatsApp muy similares a las que en su día se desvelaron de La Manada.
-En la obra, el narrador apela directamente a la persona que sostiene el libro, ¿rompe de esta manera las rígidas barreras entre narrador y lector?
-Sí. En la narrativa se pretende hacer pasar al narrador como inexistente y eso no es así. Siempre hay alguien moviendo los hilos. Me interesaba dar órdenes al lector para que imaginase las escenas a través de unos determinados referentes visuales. Ese imaginario visual es imprescindible. Existen prejuicios con romper el curso de la narrativa y sacar al lector de esa lectura fluida, pero para mí no es un impedimento.
-Una novela atravesada por historias diferentes, pero que vertebra, con armonía, bajo un mismo relato, ¿qué les une a los personajes de este libro?
-El libro refleja la historia de España que querríamos contarles a las niñas y, en ella, aparecen diferentes personajes unidos por la violencia. En la obra, las mujeres sufren distintas violencias: físicas, morales o ideológicas y, además, son ellas las que también las ejercen en su contra. El personaje de Miguel, por ejemplo, se ve afectado por la violencia de un padre autoritario, pero que a la vez le fascina. No es una obra de buenos o malos. El sentido de la violencia es un concepto que hay que deconstruir. Todas las personas tenemos un punto de oscuridad dentro de nosotros. Aún así, no quiero otorgarle moraleja al libro. Son pequeños hilos que lanzo sobre la realidad.
-Cleo, X, Valeria, Miranda, Lucy Clark. El libro está plagado de mujeres, pero ¿qué tipo de personaje femenino le interesaba retratar?
-Son mujeres llenas de fuerza. Son como una especie de estirpe, se apoyan entre ellas y tejen alianzas a pesar de estar atravesadas por conflictos interiores muy complicados.
-El libro aborda, sin rodeos, cuestiones como la violación, el sexo o la prostitución, ¿necesita la narrativa tratar estas cuestiones sin tabúes?
-Siempre ha habido libros hablando de esto porque la literatura ha sido una disciplina a la que las mujeres podían dedicarse. Sin embargo, todavía hay temas estigmatizados. Estaría bien que se pusieran de moda ensayos o obras noveladas sobre la depresión posparto. Ahora estamos en el momento idóneo para no repetir fórmulas. Hay una sobreproducción de obras sobre pioneras del feminismo como Margaret Thatcher o Angela Merkel. Pero son repetitivas y a veces están basadas en fundamentos ingenuos o amorales. Necesitamos textos y nuevas historias en el plano social, que sean más rompedoras.
-La obra goza de una frescura inteligente, ¿cómo ha desarrollado ese estilo tan sugerente?
-El esperpento y el humor son ingredientes básicos en todo lo que hago. En este caso, al estar en contraste con sucesos tan oscuros, el humor consigue descargar peso al relato. Lo convierte en un texto lúdico y atroz.
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