Marta Banyuls: «El teatro no tiene por qué dominar la programación de La Mutant»

valencia. Lo primero que hizo Marta Banyuls al entrar en el teatro de las Naves fue reunirse con el equipo para el que no tiene pensado hacer cambios salvo algún ajuste. En su primera entrevista con los medios de comunicación tras el nombramiento, la nueva coordinadora artística de la Mutant, que ensalza la profesionalidad de los trabajadores, asume una sala huérfana de responsable desde hace meses y cuya oferta se desdibujó del mapa cultural de la ciudad en la anterior legislatura. La etapa de Banyuls, con contrato de dos años más uno prorrogable, arrancó el pasado viernes con ‘El tratamiento’, de Teatro Kamikaze, en el escenario.

–¿Cuál es su proyecto para la Mutant?

–Las artes en vivo son poliédricas y atañen tanto a lo que pasa dentro de la caja escénica como fuera de ella. Mi proyecto pasa por la formación de artistas, la implicación del público y la creación para ser un referente cultural del barrio, de la ciudad y del área metropolitana.

–¿Cómo se articula todo eso?

–Queremos realizar con los referentes teatrales que actúen en la Mutant ‘masterclass’ para los profesionales de aquí y que estos me sugirieran a quiénes podríamos invitar para completar la formación del sector valenciano.

–¿Qué producción propia tendrá la Mutant?

–Se verá más adelante porque de momento nos centraremos en la exhibición y en la formación. Tenemos apalabrada una coproducción con una compañía valenciana para el próximo febrero.

–¿Más adelante es 2020 o 2021?

–Primero tendremos que formar un equipo de funcionamiento, luego centrarnos en la programación y trabajar los públicos. Cuando tengamos asentado el funcionamiento de la Mutant, implementaremos la producción propia.

–¿La producción propia tendrá una partida económica determinada?

–No. El presupuesto se divide en actividades, en las que se incluye la creación artística, y gasto técnico. Todavía no me han detallado la cantidad para 2020 pero no será nada desdeñable.

–La concejalía de Acción Cultural ha logrado salvar la temporada actual de la Mutant. ¿Cuándo empezará la programación a su cargo?

–En febrero. Ya me he puesto en contacto con compañías valencianas para que me envíen sus propuestas y con distribuidores que trabajan tanto a nivel nacional como internacional.

–¿Cuál será el peso de las compañías valencianas en la programación?

–Será importante. Entiendo la Mutant como el espacio natural de exhibición de compañías valencianas, sobre todo de las emergentes. Quiero que seamos el teatro referente para ellas y que estrenen aquí sus espectáculos.

–¿Qué compañías tiene en mente?

–La Subterránea, Perros Daneses, el colectivo Miss Panamá, la danza de Taiat Dansa, el circo de la Finestra del Circ y la música de la rapera Tesa.

–¿La Mutant parte de cero?

–No, en absoluto. Tiene una trayectoria previa interesante marcada por la innovación, los nuevos lenguajes, el carácter multidisciplinar...

–El teatro de las Naves logró en dos años ser la segunda institución artística mejor valorada en 2017 según el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea, distinción que perdió tras el cierre del escenario y el despido de los programadores. A su juicio, ¿qué ha sido lo peor y lo mejor de la trayectoria del escenario?

–No reniego de la herencia recibida. Todo suma y la Mutant está lista para construir más porque el espacio ofrece muchísimas posibilidades. Contestado a la pregunta, lo peor es tener que volver a conectar con el público tras el cierre.Cuando un teatro deja de programar un mes o cuatro meses, cuando regresa tiene que arrancar toda la maquinaria, algo que exige recursos. Poco a poco volveremos a estar en la oferta cultural de la ciudad. Y lo mejor es que el teatro da respuesta a la innovación cultural.

–Para diferenciarse en la ciudad, ¿qué identidad tendrá la Mutant?

–Para tener un público fiel necesita una identidad, que pasa por la máxima calidad en teatro, danza, circo, audiovisual y performances con el corte de la vanguardia.

–¿Cuál será el peso del teatro ante a la presencia de otras actividades?

–Dependerá de la cosecha artística, pero buscaré el equilibrio. Los programadores tenemos que tener un radar especial para percibir la creación de la temporada.

–¿Dominará el teatro en la programación de la Mutant?

–No tiene por qué.

–Si no domina el teatro, ¿existe el riesgo de que se convierta en un contendor cultural más de la ciudad?

–No, tendremos que trabajar día a día para evitarlo.

–¿Cuál va a ser su relación con el Teatre El Musical (TEM)?

–Espero que sea fructífera. Debemos coordinarnos. Si los planteamientos están muy claros desde el principio, las programaciones no tienen que solaparse. Ya me han llegado propuestas que quiero pasárselas al TEMporque considero que tienen más cabida allí dado que no son tan innovadoras como me gustaría.

–Fue elegida en un proceso abierto que no sólo fue impugnado sino que también registró la renuncia de la primera clasificada. ¿Le incomoda alcanzar la coordinación artística de la Mutant en estas condiciones?

–No, en absoluto. En procesos públicos estas cosas suceden. La renuncia de la primera fue por cuestiones personales.

–Algunas voces del sector teatral valenciano comentan que usted no es una profesional conocida en el ramo...

–No he oído este comentario. No sé quién lo dice. Tampoco sé qué importancia puede tener ser más o menos conocida para hacer una buena gestión teatral. La comisión de selección ha valorado toda mi trayectoria y mis méritos.

–Una de las críticas del sector teatral valenciano es que las obras están muy poco tiempo en cartel.

–Eso quiero cambiarlo porque la exhibición de un día es como un fuego de artificio. Me gustaría que el periodo en cartel sea de jueves o viernes a domingo. Necesariamente tiene que ser más amplia para dar tiempo al público.

–Los teatros públicos suelen cerrar en periodos vacacionales (Semana Santa, Fallas y julio) y la oferta recae en las salas privadas. ¿Tiene margen de maniobra para modificar esta situación?

–Si veo que hay demanda, estoy dispuesta a hacer funciones, pero considero que el descanso de las salas públicas es una buena oportunidad para que las privadas acojan al público o turistas que estén en Valencia.