En el número tres de la calle Trinitarios de Valencia, en el corazón de la ciudad, se levanta un edificio construido en 1853 bajo las ... directrices del arquitecto Timoteo Calvo. Allí reside la Facultad de Teología de la Universidad Católica San Vicente Mártir, institución académica que está de celebración. Ha iniciado los actos de su cincuenta aniversario, cita que abraza muchas historias que se funden con la trayectoria de un edificio de gran valor patrimonial en proceso de rehabilitación para recuperar el brillo de sus atractivas estancias, entre las que se encuentran su ecléctico claustro, elemento arquitectónico en torno al que todo gira.
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Formación, cultura, arte y patrimonio histórico fluyen en torno al acontecimiento que encuentra su origen el 28 de noviembre de 1973 cuando la Conferencia Episcopal Española aceptó la solicitud del Centro Superior de Estudios Teológicos del Seminario de Moncada y el Instituto Pontificio de Teología de los Dominicos de Torrente para crear una Facultad de Teología, tal como explican a LASPROVINCIAS desde la institución académica. La decisión ya estaba tomada y sólo dos meses después, el 23 de enero de 1974, llegó el decreto que la formalizaba. Valencia ya contaba con la Facultad de Teología San Vicente Ferrer, que quedaba en manos de la Archidiócesis de Valencia y la Provincia Dominicana de Aragón. Siempre ha estado vinculada a la orden de predicadores.
De las históricas aulas de la calle Trinitarios han salido un número de teólogos que los responsables de la facultad aseguran que suman «más de setencientas personas las que han concluido los estudios de Teología con nosotros» recibiendo una formación que, como señala el decano de la Facultad de Teología, Santiago Pons, enseña una disciplina que «debe poner la reflexión académica al servicio de una evangelización que fomente el diálogo como forma de acogida».
La casa que acoge el proyecto traslada hasta una construcción que en el siglo XIX se levantó sobre solares que habían pertenecido a la familia del Conde del Real. Es la austeridad la que desde la fachada recibe a quien contemple la casa de Trinitarios 3. La cara visible de la construcción, como así lo detalla la institución, se presenta al viandante «con corte académico».
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Es la piedra la que en alféizares y dinteles de las ventanas, así como en cornisas e impostas, se erige en único elemento ornamental en busca de contrastes con el color rojizo que concede «la fábrica de ladrillo». Atravesada la puerta se descubre la joya de la corona del edificio: su claustro.
A tan emblemático y personalísimo patio, la facultad lo define como «elemento central» del edificio y lo califica de «grandioso». A la vista sorprende y atrae. «Neoclásico de estilo gótico» es el perfil que regalan las columnas que crecen desde el suelo. Pero hay que levantar la mirada y contempla que «las imponentes columnas del primer tramo son correspondidas por las pequeñas columnas de madera de su galería alta». La visión transporta al siglo XIX, a la arquitectura ligera de hierro y cristal que caracterizó ese tiempo. Una suma que «confiere al conjunto un llamativo carácter ecléctico».
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El trabajo de los arquitectos dejó también una capilla de «planta rectangular y orden corintio con bóveda de medio punto y cúpula con cimborrio y lnterna», elemento este que le concede cierta peculiaridad.
Ahora los andamios recorren las estancias en una obra de la Universidad Católica que persigue «el afianzamiento y adecuación de los espacios docentes y administrativos, así como la biblioteca, adaptada a las nuevas tecnologías». Se remozarán también el Salón de Actos y otros espacios destinados a las celebraciones litúrgicas y académicas. La intervención se lleva a cabo bajo la máxima de respeto a los elementos y estilo originales del edificio.
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El fin de la obra no tiene fecha. La aspiración es que acabe en 2024 como culminación del cincuenta aniversario de la Facultad.
Mientras, el programa de celebraciones, para este año y el próximo, avanza. Abrió el camino la conferencia pronunciada por Vicente Cárcel. Está previsto un encuentro con decanos de facultades de teología de España y Portugal. Seguirán conferencias y encuentros con profesionales de distintos ámbitos. Y para cerrar el semestre, el 3 de mayo, un encuentro poético y musical que acogerá a los poetas Carlos Marzal, Bibiana Collado, Lola Mascarell o Juan Pablo Zapater. Les acompañará el coro Universitario Sant Yago.
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