
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Con la resaca aún reciente del Benidorm Fest, la cita que ha elegido a la valenciana Blanca Paloma como representante española en el próximo festival de Eurovisión, que se celebrará el próximo 13 de mayo en la ciudad británica de Liverpool, cabe analizar qué ha sido lo mejor y lo peor del certamen, por donde han pasado 18 artistas.
1. Blanca Paloma: Es la ganadora de una edición en la que partía como favorita. Los pronósticos se cumplieron y su 'Eaea', esa mezcla de flamenco y electrónica que es un derroche de voz le valió no sólo vencer en la segunda semifinal sino imponerse en la noche del sábado a su máximo rival: Agoney. Con su victoria, la Comunitat suma su segundo representante solista en la historia del festival de Eurovisión después de que Jaime Morey y su tema 'Amanece' actuarán en 1972. Aunque ha que destacar que otros dos intérpretes de la Comunitat como Javier de Juan, que formó parte de la Década Prodigiosa, grupo que actuó en 1988, y Ony (Antonio Martos) fue componente de D'Nash, que nos representó en 2007, también tuvieron son de la región.
2. El crisol de las propuestas de los artistas. La diversidad es la marca de la casa del Benidorm Fest. Por eso, entre las 18 propuestas que se colaron en las dos semifinales, hemos visto todo tipo de propuestas, géneros y estilos musicales. El flamenco de Blanca Paloma, el neofolklore de Karmento, la 'Nochentera' vibrante y discotequera de Vicco... Distintas opciones que muestran un rico mapa de la música que se hace en España. Además, si el año pasado Tanxugueiras colaron el gallego en la final -y obtuvieron muy buena respuesta del público-, en 2023 han sido los catalanes de Siderland los que han presentado 'Que esclati tot', un tema en catalán que, sin embargo, no pasó a la final.
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3. De Benidorm al mundo. La capital alicantina es el emblema del turismo, la ciudad más internacional de la Comunitat Valenciana. Gracias a su población propia pero también por ser un destino reconocido en el exterior, la recuperación del Festival de Benidorm ayuda a mejorar los índices de ocupación de un enclave que, pese a estar siempre lleno de turistas, en temporada baja y gracias a la celebración del festival, ha logrado superar el 80% de ocupación. Su imagen, además, se ve favorecida y rejuvenecida con una propuesta como el Benidorm Fest, que tendrá tercera edición, según ha anunciado este domingo el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.
4. Mónica Naranjo. Ha sido todo un acierto contar con la artista para presentar y cantar en el Benidorm Fest. Si en la primera semifinal abrió la gala con una versión de 'Diva', de Dana Internacional, en la final del sábado interpretó magistralmente uno de sus 'hits', 'Sobreviviré', haciendo un despliegue vocal que no tuvo comparación con nada. El público la acompañó entusiasta. Un perfil con experiencia y de artista todoterreno con mucho enganche que es ejemplo de que el público eurovisivo es intergeneracional. Por eso, su presencia ha dado solidez a un Benidorm Fest que también ha estado presentado por Inés Hernand (que será recordada por sus bromas al público) y Rodrigo Vázquez (que dijo algunas cosas como 'abrido' o Alice Cooper en vez de Alice Wonder).
5. Una final más ágil y que empezó antes. Parece que Radiotelevisión Española (RTVE) aprendió del error de retrasar las dos semifinales a las 22.50 horas. La gala del sábado en la que ganó Blanca Paloma dio inicio pasadas las diez de la noche. Fue ágil, dinámica y, sobre todo, más rápida, con lo que acabó mucho antes de la una de la madrugada (cómo lo habían hecho las dos semifinales) y ayudó a mantener la incógnita sobre cómo serían las votaciones. Además, contó con dos padrinos de excepción: el cantante Manuel Carrasco y la intérprete Ana Mena.
1. Audiencia a la baja. La final del Benidorm Fest salvó los muebles después de que las dos semifinales obtuvieran menos audiencia que en la pasada edición. La gala del sábado fue vista por 1.887.000 personas, el 14.7% de la audiencia y se convirtió en la opción preferida por los televidentes en esa franja horaria. Sin embargo, y con respecto a la edición pasada, en la que ganó Chanel, RTVE se ha dejado más de un millón de personas por el camino (en 2022 fue vista por 2.966.000 espectadores, lo que se tradujo en un 21% de cuota de pantalla).
2. Pérdida de relevancia mediática. La de este año no ha sido una 'lucha de gigantes' como si lo fue 2022, donde se vivió la batalla entre Chanel y su 'SloMo' y Rigoberta Bandini y 'Ay mamá' (y la polémica por la baja puntuación que el jurado dio a Tanxugueiras). Este año había dos claros favoritos, Agoney y Blanca Paloma, pero esa pelea se fue deshinchando, sobre todo después de la actuación de la valenciana (que recibió más puntos que el artista canario). El ruido mediático de este Benidorm Fest ha sido mucho menor. Es verdad que fue tendencia en las redes y ha sido muy seguido, sobre todo, por los 'eurofans', pero el efecto sorpresa del año pasado se ha visto muy reducido.
3. Peligro de acabar siendo sólo para 'eurofans'. Esa pérdida de audiencia y relevancia puede convertir al Benidorm Fest en un festival sólo para 'eurofans' y con un muy concreto nicho de seguidores. El certamen debe, como en 2022, volver a conectar con la audiencia, más allá de si son muy seguidores o no de Eurovisión.
4. Fusa Nocta. En la final del Benidorm Fest se había colado otra valenciana: la gandiense Miriam Nares, cuyo nombre artístico es Fusa Nocta. Con el tema 'Mi familia' logró un hueco en la última fase. Pero en la gala del sábado se la vio nerviosa, se comió un trozo de la canción y por ello, quedó la última de los ocho candidatos a representar a España en Eurovisión.
5. Las polémicas y las acusaciones de odio. Otra de los aspectos que han empañado esta edición del Benidorm Fest han sido algunas polémicas, declaraciones cruzadas y acusaciones de odio en un festival que, se supone, propugna por la diversidad y aboga por la libertad y la diferencia. Mucho se ha preguntado a los participantes que qué pensaban de las críticas, porque las redes fueron muy crueles con algunos de ellos. Es más, también ha habido alguna que otro polémica con los 'influencers' que han cubierto el evento por sus opiniones y conflictos con los participantes. Una cita de estas característica no debería permitir ciertas actitudes que van contra el espíritu de la cita musical.
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