Tarde de toreo bueno, pero bueno de verdad, el de El Mene, que además de ser torero lo parece (cuestión relevante) y a estas alturas ... está en boca de todos o dicho en términos más coloquiales dio en tarde de pre fallas un tranco (o dos) hacia las alturas. A propósito, no lo quiero demorar más ¡como mató ese tío a los dos toros! de dos soberanos volapiés, de los que inspiraban a Benlliure. Fue tarde de toreo bonito, lo firmó Zulueta, diría que bonito y bueno por momentos, alguien me dijo que si se enfadase más con los toros… y dejaba intencionadamente abierta la puerta a la duda y digo yo que sí, que es posible que tenga su punto de razón, pero si se enfadase más a lo peor perdía ese halo de toreo angelical que le distingue y tanta ilusión hace al sevillanismo (y a mi); también tarde de disposición y ánimo a cargo del Simón Andreu que se fue a buscar al sexto a la boca de la mina, que eso es lo que parecía la puerta de chiqueros cuando ya se habían abierto los cielos y el ruedo era una laguna que podía engullirse al más pintado y aun así allí se plantó entero y bravo este Simón que es de Chiva y hace oposiciones para que en el pueblo vuelva a caer por segunda vez el gordo del toreo en un más difícil todavía.
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Fue también tarde de toros bravos y nobles. Gallardo trajo desde Fuente Ymbro lo que siempre se dijo que era una corridita de toros, lo ideal para lanzar a los buenos novilleros y a fe que se adaptaron al guión, porque salvo el aspero sexto los hubo buenos y los hubo mejores como fue el caso del primero, también del cuarto y los hubo con edulcorada clase como fueron segundo y quinto sobre todo con esa virtud que ahora se le llama toreabilidad; y hubo un mansito dulzón, el tercero, que en su querencia se dejó pegar una docena de muletazos muy templados. Todos fueron, en términos modernos, agradecidos al buen gobierno, quiere decir que cuando se les hacía las cosas bien respondían.
Fue igualmente tarde pasada por agua que si para el campo es una bendición para una tarde de toros es ruina por mucho que cuando cae templada y suave y se echa el viento, estoy por decir que saca lo mejor de toros y toreros y ejemplos para darme la razón hay unos cuantos en la historia, ayer mismo fue así hasta que se abrieron los cielos en el quinto y acabó jarreando hasta convertir el ruedo en una peligrosa pista de patinaje. Por todo eso doy voy por bien empleado el sentarme ante el ordenador chopat como en esta tierra decimos que le pasó a la Moma personaje virtuoso en el corpus valenciano.
El Mene llegó a Valencia vestido de azul cielo y oro y se inició con una apertura de faena por arriba, estético y torero que ayudó a que el toro rompiese a embestir. Y a partir de ahí surgió la excelente obra: encajado, templado, firme, seguro, así se presenta un novillero en una capital. Nivel que reeditó en el cuarto. El impacto de las estocadas esta dicho. Atacó por derecho en las dos, clavó en la cruz y salió limpiamente por el costillar. Una puede ser casualidad, las dos ya es para tomarlo en cuenta.
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Zulueta de rosa pálido, estuvo medido y torero. Aplicó temple y mimo para compensar las fuerzas justas de su primero y volvió a reeditar el toreo bonito en su segundo en una faena de buena orfebrería. Simón fue todo voluntad, banderilleó con espectacularidad, no se amilanó y peleó contra viento y marea (contra el diluvio) hasta el final.
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