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Miguel Maestro es un diseñador gráfico de origen burgalés y afincado en Valencia, ciudad donde estudió y en la que desarrolla su actividad profesional. Ha impulsado y dirige el proyecto 'Tipos que importan', iniciativa enmarcada en el programa de Valencia Capital Mundial del Diseño 2022, con la que lucha por salvaguardar los rótulos comerciales que conceden personalidad a la ciudad. La propuesta comporta la grabación de un documental. En conversación con LAS PROVINCIAS recalca el valor de esos elementos urbanos y lamenta que en este campo Valencia «ha perdido mucho patrimonio».
–¿La iniciativa 'Tipos que Importan', qué es y qué pretende?
–Es un proyecto de conservación y recuperación de los rótulos comerciales de Valencia. Documentamos, catalogamos y divulgamos estas piezas de rotulación comercial que dan identidad a edificios y calles. Con estas acciones pretendemos poner en valor la relación comercial y darle el valor patrimonial que tiene.
–¿La sociedad entiende el valor de esas piezas?
–La sociedad poco a poco va valorando cómo estas piezas construyen el paisaje urbano de nuestras ciudades, generan una identidad corporativa de ciudad.
–¿Ayudan a construir la historia de una ciudad?
–Por supuesto. Una identidad corporativa se conforma de distintos elementos, y la rotulación comercial es un elemento importante porque está a pie de calle. Se ve a un nivel muy directo con la mirada del viandante. Por eso adquiere una importancia que no le hemos dado. Perder esos elementos lleva a que todas las ciudades sean uniformes.
–¿Por qué emocionan tanto?
–Por el nivel al que están establecidos, un poco por encima de la mirada del hombre. Eso nos hace verlos grandes sin llegar a ser inaccesibles. Todos los rótulos narran un pasado y atesoran una riqueza sentimental y artística en declive. Antes cuando una persona abría un establecimiento pensaba en los hijos que lo iban a heredar. Ahora pensamos a corto plazo y al rótulo u otros elementos de la fachada se le da menos importancia.
–¿Queda mucho por salvar o se ha perdido demasiado?
–Como en todas las ciudades, en Valencia se ha perdido mucho patrimonio, estamos trabajando con las sobras, sobre el reflejo. Claro, es mejor intentar restaurar y salvaguardar lo que queda que dejarlo perder y no tener ninguna seña de identidad.
–¿La Administración, las autoridades, son conscientes del valor que tienen?
–Con el proyecto 'Tipos que importan', y otras propuestas que han surgido de la Red de Defensa del Patrimonio Gráfico, creo que se están generando muchas noticias que llevan a que las autoridades están viendo que estos elementos blandos tienen una importancia y un valor ante el que hay que tener más cuidado a la hora de decidir qué es lo se quita y lo que no.
–¿Desde 'Tipos que importan' o la Capitalidad Mundial del Diseño se va a pedir a la Administración que los protejan?
–No podemos pedir nada porque muchos de estos rótulos están protegidos al formar parte de fachadas protegidas. Vamos a intentar incluir nuevos elementos en el plan de bienes protegidos.
–¿Si un rótulo desaparece, qué pierde una ciudad?
–Un cacho de historia, una pequeña pieza de identidad, el carácter de un barrio. Al final la estamos despojando de esas pequeñas expresiones.
–¿Cuáles salvaría de Valencia?
–Los salvaría todos. Por supuesto, todos los de azulejos, que hay muchos que no están protegidos. Sólo por el hecho de ser azulejo y ser algo característico de Valencia, y por su vinculación con Manises, los protegería todos.
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