![Mítica Sophia Loren](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202210/07/media/cortadas/173626591--1248x830.jpg)
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RAFA MARÍ
Viernes, 7 de octubre 2022, 00:39
La mayor alegría en todos mis años de juvenil mitomanía cinéfila la tuve cuando Sophia Loren obtuvo el Oscar a la mejor actriz principal por la muy dramática 'Dos mujeres' (Vittorio de Sica, 1960). Una noticia gloriosa, porque -además del reconocimiento profesional- era la primera ... vez que se entregaba ese prestigioso premio, en la actualidad muy venido a menos, por una película interpretada en lengua distinta a la inglesa.
Días antes de la gala de los Oscar yo había discutido -en plan casero, como una tierna rutina- con mi madre Julia, que algunas veces se empeñaba en minar mis pretenciosos 15 años. «No sé què li trobes a Sophia Loren», me regañó. «Té els pits grans i res més». Tras obtener el Oscar, dejó de meterse con Sophia, pero cada vez que yo la elogiaba por sus películas ('El Cid', 'Matrimonio a la italiana'...), la señora Julia movía la cabeza de un lado a otro, como muestra de su desaprobación. Mi madre era una admirable heroína de la economía doméstica, pero en el ámbito de la crítica cinematográfica no era una interlocutora muy solvente. Años después pensé que, de haber estado ella más al día, podría haberme aguijoneado con un mortificante apunte: «Rafa, no em negaràs que Sophia és una Doña Jimena molt improbable en 'El Cid' de Anthony Mann... Però, clar, tu t'ho enguls tot amb ella». Palabras imposibles: mi progenitora no sabía ni quién era Doña Jimena ni quién era Anthony Mann.
Sophia Loren (Nápoles, 20 de septiembre de 1934) cumplió días atrás 88 años. En las últimas imágenes que tenemos de ella parece una mujer de sesenta años. Desde el Oscar que ganó en Hollywood en 1961, ha pasado mucho tiempo. Tanto, que uno ya no es el que era, ni siquiera como cinéfilo. Ahora la Sophia Loren que más me gusta no es la que llora y sufre, aunque en ese terreno siempre cumplió porque era disciplinada y ambiciosa. Ahora la Sophia Loren que me entusiasma es la comedianta vitalista, sensual y vulgar de 'El oro de Nápoles' (Vittorio de Sica, 1954), 'La chica del río' (Mario Soldati, 1954), 'Pan, amor y...' (Dino Risi-De Sica, 1955), 'La suerte de ser mujer' (Alessandro Blasetti, 1955) o el episodio dirigido por De Sica y protagonizado por ella en 'Boccaccio 70' (1962).
En el otoño de 1979 Sophia Loren estuvo en Valencia para presentar su autobiografía. En 1999 la mítica actriz volvió a visitar nuestra ciudad, esta vez invitada por la Mostra. Estuve en ambas ruedas de prensa (en 1979, como colaborador de la Cartelera Turia y veinte años después como periodista profesional en LAS PROVINCIAS). Mis preguntas fueron maliciosas, en especial una de ellas: «¿Es cierto que en el rodaje de 'La sirena y el delfín', de 1957, cuando se besaba con Alan Ladd, un actor bajito, usted tenía que meterse en un hoyo para que él pareciese más alto?». Esta fue la divertida precisión de Sophia: «Sí, es cierta la historia, ¡pero eso me ha pasado con muchísimos actores y siempre lo paga Alan Ladd!».
En las jornadas de la Mostra le planteé una cuestión impertinente: «Sofía, ha tenido usted una deslumbrante nómina de galanes en su carrera: Clark Gable, Cary Grant, John Wayne, Mastroianni, Paul Newman, Anthony Quinn, William Holden, Marlon Brando... Su marido, Carlo Ponti ¿nunca se puso celoso?».
Ahora jamás haría esa pregunta. Ahora querría saber cómo se llevó con sus directores: Chaplin, Hathaway, Carol Reed, Donen, Cukor... La respuesta de Sophia a mi desafortunada pregunta fue: «No comento nada de mi vida privada».
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