El maestro Paco Camino en la suerte de matar durante una corrida en Valencia. APLAUSOS

Muere Paco Camino, el Niño Sabio

Figura máxima del toreo guarda una estrecha relación con Valencia I En la capital del Turia toma la alternativa y se consagra en un mano a mano con Ordóñez

José Luis Benlloch

Miércoles, 31 de julio 2024, 00:42

La muerte del maestro Paco Camino Sánchez (Camas, 1940 - Madrigal de la Vera, Finca Los Caminos, 2024), en la historia del toreo El Niño Sabio de Camas, ha reverdecido la categoría y ha puesto negro sobre blanco a una de las mentes lidiadoras más preclaras ... del siglo XX. Poseedor de una estética deslumbrante, aunaba naturalidad y armonía, plasticidad y grandeza, fue la gracia sevillana y el poderío castellano y quizás por eso nunca acabó de ser el preferido de la capital andaluza; fue inigualable en la chicuelina, un ser superior con la espada y un talento de las distancias, nunca tuvo que desmelenarse y recurrir a las sobreactuaciones para dominar los toros ni a los competidores, hasta tal el punto que cuando apareció en los ruedos le acogieron como un Joselito revivido.

Publicidad

Tuvo orgullo de figura que le afloraba en la plaza por mucho que para atacarle se le señalara de indolente, Paquito Mandanga fue el apelativo que acuñó don Antonio Díaz Cañabate en ABC, no se sabe bien si para estimularle o para agraviarle, en el peor de los casos era pecado propio de un niño superdotado que si bien era cierto que alguna tarde se dejaba ir, cuando la ocasión lo requería hacía realidad aquello de que los auténticamente grandes son los que están bien cuando hay que estar bien, y en esas tesituras el maestro era intratable. Existía la teoría de que el gran Camino no fue más grande porque no hubo nadie capaz de forzarle.

Tenía su base, sabía que si era necesario con un quite bastaría para poner las cosas en su sitio y de eso podría hablar bien el Soro, al que, en la tarde de la alternativa, en plena exaltación patria tras un quite del valenciano, apareció el padrino y sin consideración alguna con el ahijado, volcó la plaza a su favor, le bastaron tres chicuelinas y lo que llamaban una graciosa media. Eran las cosas de Camino. Algo de verdad debía haber por cuanto solo reconoció haber entregado el pulso con un compañero, con El Cordobés, me lo reconoció en una entrevista que le hice en el año ochenta «Ni yo ni nadie (se refería a quienes plantaron cara al huracán Benítez), qué hicieron los otros (se preguntaba), él era la innovación, la modernidad, arrastraba a toda la gente a la plaza, a los aficionados y a los no aficionados». Pasados los años aquella concesión no fue nada que difuminase la grandeza de Paco Camino.

El momento de la alternativa de Camino. APLAUSOS

El maestro tuvo gran relación con Valencia donde se le consideraba como algo propio desde su aparición novilleril el 12 de octubre de 1959, alternando con dos novilleros de la tierra, Paco Pastor y Miguelillo. Ese día corta dos orejas e impacta de tal manera que la empresa decide anunciarle en las dos novilladas de las fallas siguientes, en los dos casos con chicos de la tierra, El Suso, que también hace dos paseíllos, Josele al que le pegan una cornada tremenda y Rogelio Monterrubio. En la primera tarde corta dos orejas y un rabo; en la segunda tres y otra cola y además regaló el sobrero.

Publicidad

El torero echa el arroz a una paella en su finca de Guadassuar. APLAUSOS

Ni qué decir que Valencia se hizo caminista para siempre. Aquellos triunfos llevaron a la empresa a contratarle para la alternativa que tuvo lugar el domingo de Pascua de Resurrección 1959, fecha nada taurina por estas latitudes, evento que en realidad supuso una intromisión en los «derechos» de su Sevilla que nunca le dio el cariño que le dio a otros toreros de la tierra y se lo dio Valencia, en realidad todo el orbe taurino. Gregorio Sánchez y Jaime Ostos completaron el cartel del ascenso, no hubo la gloria deseada, los toros no acompañaron, pero pocos meses después, en la feria de Julio, se produjo la consagración definitiva del maestro.

Despedida de los ruedos en Nimes. APLAUSOS

Estaba anunciado con Antonio Ordóñez y Diego Puerta que días antes sufre una cornada en Tudela y no puede actuar. Entre bastidores se despierta una lucha tremenda para ver quien ocupa la vacante. La prensa local toma parte por el valenciano Antonio Vera que acababa de tomar la alternativa, los apoderados de las dos figuras, Dominguín y Chopera, deciden que el cartel quede mano a mano (nada nuevo en el firmamento taurino) y la empresa, qué remedio, acepta. La decisión no pudo ser más afortunada teniendo en cuenta que da pie a una de las tardes más gloriosas de la historia de la plaza. Ordóñez en plenitud, todo un hombre hecho y derecho y Camino apenas un niño dan una tarde de toros inolvidable y los dos salen en hombros. Ya no habría quien detuviese la carrera del que ya era el Niño Sabio de Camas.

Publicidad

Noticia relacionada

La relación con Valencia siguió con incontables tardes de gloria en competencia con las primeras figuras del momento, haciendo su último paseíllo para darle la alternativa a El Soro en las fallas e invirtiendo los primeros dineros importantes que ganó en el ruedo en una finca de naranjos en Guadasuar, donde se adaptó perfectamente a la cultura de la tierra. Hacía paellas, recibía a los amigos y jugaban al frontón que era de los pocos ejercicios físicos que hacía el maestro que nunca concibió la dura preparación que hacen los toreros actuales «La gimnasia es para los atletas, esto se trata de quedarse quieto, cabeza y muñeca».

Retirado de los ruedos, su última actuación en público fue en Nimes, en la feria de Pentecostés de 1987, donde con el viejo Litri acudieron ambos a darle la alternativa a sus respectivos hijos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad