El Museo de Bellas Artes de Valencia tras cerrar la estancia monográfica destinada a Joaquín Sorolla vuelve ahora a dedicar un espacio permanente al pintor. Desvistió la sala 10 del edificio principal en marzo de 2019 y llevó las piezas, junto a otras de autores coetáneos a Sorolla, al inmueble nuevo de la ampliación de la fase V. En el bautizado edificio Pérez Castiel se inauguró 'El inicio de la pintura moderna en España: Sorolla y su tiempo', una muestra en principio temporal –estaba previsto que concluyera el pasado 20 de agosto– pero la dirección del centro ha decidido que sea permanente. Menos de dos años han tardado los gestores de la pinacoteca en cambiar de criterio respecto a la presencia fija de Sorolla. ¿La justificación? La falta de plan museográfico. Hasta que no esté el nuevo ordenamiento artístico de los fondos, un proyecto que ha de aprobar el Ministerio de Cultura y que ha postergado a 2023, 'Sorolla y su tiempo', que contiene 29 piezas del maestro de la luz, permanecerá en la pinacoteca.
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Esta medida se adopta, según la dirección general de Cultura y Patrimonio, «siguiendo los criterios de la dirección del museo» y de acuerdo al futuro «plan museológico», que prevé destinar el edificio Pérez Castiel a exhibir la colección permanente del San Pío relativa a los siglos XIX y XX.
«Cuando se acometa la aplicación de la nueva museografía, pendiente de licitación por el Ministerio, se definirá nuevamente el discurso de las salas», explicaron. La aprobación del reordenamiento artístico del Bellas Artes se ha dejado para 2023, pero no es la primera demora. Cuando se presentó el borrador de la hoja de ruta en febrero de 2016 se habló de su aplicación en 2020. No ha sido así.
Hasta que llegue el plan museológico «la actual disposición de las pinturas, centrada en figuras como Pinazo, Sorolla y Muñoz Degrain, entre otros» –que hace referencia a la muestra 'Sorolla y su tiempo', comisariada por Rafa Gil, que se postuló para dirigir el centro– «es un buen complemento para la colección permanente que se expone en la fase IV y que contiene pintura de los siglos XIV a XVIII».
Las explicaciones de Cultura no dejan espacio a la duda. Sorolla se mantendrá de manera permanente en la fase V hasta el cambio pendiente de licitación por el Ministerio, titular del espacio aunque la gestión es de la Generalitat, de la dirección general de Patrimonio de la que es titular Carmen Amoraga. Los gestores de la pinacoteca defienden la relevancia de los cuadros: «Las obras que se muestran en la V Fase reflejan un periodo de auge del arte valenciano del cual el museo dispone de la mejor colección de esta ciudad».
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Cambio de planes en uno de los principales museos de la ciudad. En esa sala, la 10, se vieron en una muestra temporal joyas del artista como 'Adelfas en el patio de la casa', que tras dejar la pinacoteca lo vendió en Londres Sotheby's por 469.000 euros, y el espacio lo visitó la biznieta del pintor Blanca Pons Sorolla.
La sala exclusiva del artista fue perdiendo fuerza con la llegada del actual equipo de Cultura, que optó por cerrar una propuesta del gobierno del PP. Ahora el criterio ha cambiado y Sorolla vuelve a contar con un espacio permanente, pero en lugar del edificio principal se ha trasladado al inmueble de la V fase junto a otros pintores. ¿A qué se destina la sala 10? Tras ser vaciada de las pinturas de Sorolla se dedicó a exposiciones temporales (acogió 'Picasso-Cela. Escritos, libros y cerámicas' y 'Teste Grottesche'), pero en estos momentos no hay ninguna muestra a disposición del público.
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La sala Joanes del museo San Pío V abrirá el jueves la exposición 'El Maestro de Perea. Un primitivo valenciano' destacando el valor de la obra de uno de los creadores más interesantes de finales del siglo XV entre los primitivos valencianos, según la información que facilita la propia pinacoteca.
La muestra, que estará abierta al público hasta el 24 de enero comisariada por José Gómez Frechina –uno de los que aspiraron a dirigir el espacio en el último concurso celebrado–, pone ante el espectador la obra de un pintor anónimo activo en Valencia a fines del siglo XV y principios del XVI, como exponen desde el museo. Su trabajo está vinculado a los inicios de la historiografía del arte en Valencia a principios del siglo XX.
Fue en las páginas de LAS PROVINCIAS donde se publicaron las primeras valoraciones críticas sobre este pintor. Así lo señala el museo al recordar que Elías Tormo y Monzó –primer catedrático en España de Historia del Arte– publicó en este periódico los estudios de un retablo procedente de la población de Agullent». Tormo adoptó «una primera nomenclatura convencional que sirviese para identificar al artista, citándolo como el 'Maestro de la Oreja en Crencha'», señala el museo.
Más tarde la historiografía cambió el nombre a este anónimo artista, que pasó a conocerse como Maestro de Perea. desde la realización del Retablo de los Tres Reyes del convento de Santo Domingo, cuyo patrocinio concertó Pedro de Perea, trinchante mayor de Fernando el Católico.
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